Las consecuencias de que la madre se aleje de los
hijos dependerán del tiempo que dure la separación, de la edad de los
vástagos y del compromiso y la entrega de las personas que queden con la
responsabilidad de cuidarlos y amarlos
Sólo quien vive o ha vivido la separación de su madre
sabe lo que se siente: Ese vacío que nadie más puede llenar, esas
terribles ganas de verla, las ansias por su abrazo y por su consejo, esa
necesidad de escuchar sus palabras y de actuar siempre con el único fin
de enorgullecerla.
Aunque no es deseable la separación de la madre puede ocurrir y en diferentes circunstancias que van desde un viaje al extranjero por determinado período de tiempo hasta el abandono de los hijos a edad temprana o incluso la muerte.
“Cualquiera de los padres que falte en la vida de un hijo deja una marca”, asegura la psicóloga infantojuvenil Regina Pérez de González. Sin embargo, añade, la figura materna es prácticamente insustituible durante los primeros cuatro años de vida de un niño o niña debido que en ese período se forma el vínculo afectivo sano que tiene como primer modelo de relacionamiento a la madre.
Tipos de separación
“Si se trata de abandono o muerte de la madre se debe trabajar con ese hijo o hija para que pueda vivir el duelo y superar las posibles consecuencias en su desarrollo futuro”, dice Pérez de González. Si se trata de un viaje todo depende de los motivos, del tiempo de separación y de la calidad y continuidad de la comunicación que se pueda establecer.
Resulta vital la dinámica familiar y la fuerza del vínculo que pueda crear ese infante con quien se quede a su cargo, sea una tía, abuelas, el padre u otros familiares.
Mamá en la distancia
La muerte de una madre es en extremo dolorosa. Es importante vivir el duelo y soportar una existencia sin ella, pero cuando se produce el abandono, sobre todo a edad temprana, los hijos desarrollan un sentimiento de culpa y si no buscan ayuda vivirán con rencor.
La madre de Joali Suriel se marchó a Estados Unidos luego de divorciarse de su padre. Ella tenía cuatro años y su hermano, dos. “Nos llamaba por teléfono y nos enviabamos cartas, pero realmente en mi infancia estuvo muy poco conmigo. No podía volver al país por sus papeles”, recuerda.
La psicóloga infantojuvenil Regina Pérez de González explica que antes de los cuatro años de edad no es recomendable una separación permanente de la madre porque el niño se encuentra en pleno desarrollo de su personalidad. “Necesita que sea la figura materna la que lo cuide, lo arrulle, lo alimente y lo proteja”, detalla.
Si mamá se marcha, aunque los cuidadores suplen un poco el afecto, por más que se le explique el motivo, el niño lo asume como abandono. No puede entenderlo.
“Mientras fui pequeña no pensaba mucho en su ausencia porque vivía con mi abuela y dos tías. Pero en la medida que fui creciendo la situación fue afectándome porque no la tenía conmigo. Fue un choque saber que estaba lejos y yo aquí sin poder compartir, ni que ella participara de mi crecimiento”, narra Joali Suriel.
Para poder superar el dolor es importante, según Pérez de González, que los hijos puedan externar su dolor y que la madre entienda cuánto les afectó. “Hablarlo es la única forma de no encerrarse en el rencor y sanar”, dice la psicóloga.
Cuando la separación ocurre durante la adultez, es distinto. se le extraña, se añora su consejo y su calor, pero no hay un sentimiento de abandono. “Mi mamá está hace un año en Turquía ayudando a mi hermana con sus hijos. No sé cuándo va a volver, pues está haciendo sus papeles allá. Es duro tener que estar lejos de ella, porque ella es una persona muy cariñosa”, dice Gerardo Santa Farías.
Algo semejante le ocurre a Gerolis Lagrange Zabala, cuya madre vive desde 2004 en Saint Martin, a donde emigró buscando mejoría económica para ella y sus hijos. “No me afectó mucho porque siempre he sido independiente, pero claro que me hace falta”, dice.
“ELLA ES LA MEJOR MADRE DEL MUNDO, ¡Y LA EXTRAÑO!”
Gerardo Farías Santana. Gerardo tiene varias fotos con su madre. En todas aparecen abrazados y sonrientes. “Ella está hace un año en Estambul, Turquía, y aunque todos los días hablo con ella y siempre me expresa que me ama, me hace falta sentir eso en persona y sentir sus abrazos, y poderle contar los problemas que tenga”, dice.
Hoy, día de las madres dominicanas, Gerardo quiere aprovechar para decirle: “Que ella para mí es la mejor madre del mundo, la mejor consejera, en todos mis proyectos siempre me ha apoyado. Todo lo que hago es pensando ella, en darle todo lo que le pueda dar, ya que ella lo ha dado todo por nosotros. Si la tuviera enfrente ahora mismo le diría gracias por ser la mejor madre, gracias por los consejos, por el amor que me ha brindado, por depositar su confianza en mí y demostrarme que puedo alcanzar lo que me propongo. Le diría que así como ella ha dado todo por criarnos y darnos buenos principios y valores, así mismo pondré todo mi esfuerzo para que ella se sienta orgullosa de mí. La amo con todo mi corazón”.
“VALORO TANTO SU SACRIFICIO POR DARNOS LO MEJOR
”Gerolis Lagrange Zabala. Cuando se graduó de la UASD, Gerolis Lagrange Zabala obtuvo un doble regalo, la dicha de ser profesional por fin y la presencia de su madre, quien viajó desde Saint Martin, donde vive desde 2004, para formar parte del gran día.
“Ella se fue del país por razones económicas, buscando que sus cinco hijos tuvieramos un techo y mejor educación”, cuenta Gerolis, que al momento de su partida tenía sólo 17 años.
“Fue difícil para todos. Al abordar el taxi al aeropuerto, no pudo despedirse, rompió en llanto y no le salía la voz. Optó por no mirar atrás”. Los hijos quedaron al cuidado de sus tías que vivían al lado de la casa.
Gerolis le expresa a su madre: “Mami, estoy super orgullosa de ser su hija. Gracias por ser ese ser maravilloso que ha hecho todo lo posible por darnos lo mejor, por preocuparse por nuestro bienestar, por siempre estar para nosotros, por todos los sacrificios hechos. Gracias, porque sé que fue, es y ha sido primero madre y luego mujer. La amo, aunque no se lo digo mucho”.
“GRACIAS POR SU ESFUERZO”
Joali Suriel. La imagen muestra a Joali el día de su matrimonio acompañada de su madre, quien viajó desde Estados Unidos para formar parte de la celebración. “Ya no pienso en las cosas que pasaron, ya crecí, mi hermano también y realmente aunque mi madre no podía viajar al país para vernos siempre estuvo al pendiente de nosotros y lo mejor es que ya nos vemos con más frecuencia porque viene hasta dos veces al año. Ahora se trata de compartir y pasar tiempo juntas mientras permanece aquí”, dice.
Por motivo del día de las madres Joali desea externarle a la suya estas palabras: “Pues, que la quiero mucho y la admiro por todo el esfuerzo realizado para salir adelante”.
Aunque no es deseable la separación de la madre puede ocurrir y en diferentes circunstancias que van desde un viaje al extranjero por determinado período de tiempo hasta el abandono de los hijos a edad temprana o incluso la muerte.
“Cualquiera de los padres que falte en la vida de un hijo deja una marca”, asegura la psicóloga infantojuvenil Regina Pérez de González. Sin embargo, añade, la figura materna es prácticamente insustituible durante los primeros cuatro años de vida de un niño o niña debido que en ese período se forma el vínculo afectivo sano que tiene como primer modelo de relacionamiento a la madre.
Tipos de separación
“Si se trata de abandono o muerte de la madre se debe trabajar con ese hijo o hija para que pueda vivir el duelo y superar las posibles consecuencias en su desarrollo futuro”, dice Pérez de González. Si se trata de un viaje todo depende de los motivos, del tiempo de separación y de la calidad y continuidad de la comunicación que se pueda establecer.
Resulta vital la dinámica familiar y la fuerza del vínculo que pueda crear ese infante con quien se quede a su cargo, sea una tía, abuelas, el padre u otros familiares.
Mamá en la distancia
La muerte de una madre es en extremo dolorosa. Es importante vivir el duelo y soportar una existencia sin ella, pero cuando se produce el abandono, sobre todo a edad temprana, los hijos desarrollan un sentimiento de culpa y si no buscan ayuda vivirán con rencor.
La madre de Joali Suriel se marchó a Estados Unidos luego de divorciarse de su padre. Ella tenía cuatro años y su hermano, dos. “Nos llamaba por teléfono y nos enviabamos cartas, pero realmente en mi infancia estuvo muy poco conmigo. No podía volver al país por sus papeles”, recuerda.
La psicóloga infantojuvenil Regina Pérez de González explica que antes de los cuatro años de edad no es recomendable una separación permanente de la madre porque el niño se encuentra en pleno desarrollo de su personalidad. “Necesita que sea la figura materna la que lo cuide, lo arrulle, lo alimente y lo proteja”, detalla.
Si mamá se marcha, aunque los cuidadores suplen un poco el afecto, por más que se le explique el motivo, el niño lo asume como abandono. No puede entenderlo.
“Mientras fui pequeña no pensaba mucho en su ausencia porque vivía con mi abuela y dos tías. Pero en la medida que fui creciendo la situación fue afectándome porque no la tenía conmigo. Fue un choque saber que estaba lejos y yo aquí sin poder compartir, ni que ella participara de mi crecimiento”, narra Joali Suriel.
Para poder superar el dolor es importante, según Pérez de González, que los hijos puedan externar su dolor y que la madre entienda cuánto les afectó. “Hablarlo es la única forma de no encerrarse en el rencor y sanar”, dice la psicóloga.
Cuando la separación ocurre durante la adultez, es distinto. se le extraña, se añora su consejo y su calor, pero no hay un sentimiento de abandono. “Mi mamá está hace un año en Turquía ayudando a mi hermana con sus hijos. No sé cuándo va a volver, pues está haciendo sus papeles allá. Es duro tener que estar lejos de ella, porque ella es una persona muy cariñosa”, dice Gerardo Santa Farías.
Algo semejante le ocurre a Gerolis Lagrange Zabala, cuya madre vive desde 2004 en Saint Martin, a donde emigró buscando mejoría económica para ella y sus hijos. “No me afectó mucho porque siempre he sido independiente, pero claro que me hace falta”, dice.
“ELLA ES LA MEJOR MADRE DEL MUNDO, ¡Y LA EXTRAÑO!”
Gerardo Farías Santana. Gerardo tiene varias fotos con su madre. En todas aparecen abrazados y sonrientes. “Ella está hace un año en Estambul, Turquía, y aunque todos los días hablo con ella y siempre me expresa que me ama, me hace falta sentir eso en persona y sentir sus abrazos, y poderle contar los problemas que tenga”, dice.
Hoy, día de las madres dominicanas, Gerardo quiere aprovechar para decirle: “Que ella para mí es la mejor madre del mundo, la mejor consejera, en todos mis proyectos siempre me ha apoyado. Todo lo que hago es pensando ella, en darle todo lo que le pueda dar, ya que ella lo ha dado todo por nosotros. Si la tuviera enfrente ahora mismo le diría gracias por ser la mejor madre, gracias por los consejos, por el amor que me ha brindado, por depositar su confianza en mí y demostrarme que puedo alcanzar lo que me propongo. Le diría que así como ella ha dado todo por criarnos y darnos buenos principios y valores, así mismo pondré todo mi esfuerzo para que ella se sienta orgullosa de mí. La amo con todo mi corazón”.
“VALORO TANTO SU SACRIFICIO POR DARNOS LO MEJOR
”Gerolis Lagrange Zabala. Cuando se graduó de la UASD, Gerolis Lagrange Zabala obtuvo un doble regalo, la dicha de ser profesional por fin y la presencia de su madre, quien viajó desde Saint Martin, donde vive desde 2004, para formar parte del gran día.
“Ella se fue del país por razones económicas, buscando que sus cinco hijos tuvieramos un techo y mejor educación”, cuenta Gerolis, que al momento de su partida tenía sólo 17 años.
“Fue difícil para todos. Al abordar el taxi al aeropuerto, no pudo despedirse, rompió en llanto y no le salía la voz. Optó por no mirar atrás”. Los hijos quedaron al cuidado de sus tías que vivían al lado de la casa.
Gerolis le expresa a su madre: “Mami, estoy super orgullosa de ser su hija. Gracias por ser ese ser maravilloso que ha hecho todo lo posible por darnos lo mejor, por preocuparse por nuestro bienestar, por siempre estar para nosotros, por todos los sacrificios hechos. Gracias, porque sé que fue, es y ha sido primero madre y luego mujer. La amo, aunque no se lo digo mucho”.
“GRACIAS POR SU ESFUERZO”
Joali Suriel. La imagen muestra a Joali el día de su matrimonio acompañada de su madre, quien viajó desde Estados Unidos para formar parte de la celebración. “Ya no pienso en las cosas que pasaron, ya crecí, mi hermano también y realmente aunque mi madre no podía viajar al país para vernos siempre estuvo al pendiente de nosotros y lo mejor es que ya nos vemos con más frecuencia porque viene hasta dos veces al año. Ahora se trata de compartir y pasar tiempo juntas mientras permanece aquí”, dice.
Por motivo del día de las madres Joali desea externarle a la suya estas palabras: “Pues, que la quiero mucho y la admiro por todo el esfuerzo realizado para salir adelante”.
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