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La condición que hace que los embarazos se vuelvan insoportables


Hiperémesis gravídica: la condición que hace que los embarazos se vuelvan insoportables

La hiperémesis gravídica hace la gestación tan dolorosa que muchas mujeres sienten que no tienen más opción que interrumpirla.
Mujer embarazada
Las naúseas y los vómitos matinales son bastante comunes durante el embarazo. O cuanto menos son el día a día de muchas mujeres encintas: para una de cada tres, según los estudios.
Pero vomitar 30 veces al día es menos frecuente. Y más peligroso, por que puede provocar deshidratación y peso insuficiente.
Esa situación, en la que los intensos y persistentes vómitos y náuseas van acompañados de mareos, debilidad, dolores de cabeza o desmayos, se hace llamar hiperémesis gravídica.
Y para el 10% de las mujeres que la sufren, el embarazo se vuelve simplemente insoportable.
Hasta el punto que sienten que no tienen otra opción que interrumpir la gestación.
Eso es, al menos, lo que refleja el informe titulado "No pude sobrevivir otro día" (I could not survive another day), de la organización benéfica británica Pregnancy Sickness Support.
El documento recoge testimonios de quienes sufrieron hiperémesis gravídica y concluye que "hay demasiadas mujeres que no reciben la atención y el tratamiento adecuado que necesitan para continuar con sus embarazos".

"Realmente malo"

Las experiencias sugieren que en algunos casos los médicos y las parteras no suelen estar dispuestos a proporcionar fármacos para aliviar la condición o que tardan en identificar la gravedad de la misma.


Mujer con náuseas
Los vómitos frecuentes durante el embarazo afectan a una de cada tres mujeres en estado. Pero en algunos casos pueden ser un síntoma de hiperémesis gravídica.

Lily (nombre ficticio) conoce bien la situación.
Su primer embarazo fue "realmente malo", dice. "Pero luché por él", añade.
Tuvo que permanecer en cama durante los primeros meses. No era capaz de ingerir nada más que un poco de agua y vomitaba 30 veces al día.
Como consecuencia, se deshidrató y perdió 19 kilos.
"Estaba realmente débil y no podía permanecer de pie porque me mareaba. No soportaba el olor de la comida; incluso el olor de mi marido me hacía vomitar", recuerda.
El médico de cabecera la visitó y le prescribió un medicamento para que dejara de vomitar, pero no logró hacer desaparecer las náuseas extremas.
No fue hasta la semana 22 del embarazo cuando los síntomas empezaron a remitir y comenzó a vomitar sólo una vez al día.
Tras una gestación de pesadilla, Lily dio a luz a su hija en 2011.

"Rogando por esteroides"

El siguiente embarazo, sin embargo, fue peor.
Quedó encinta pocos meses después de su primer parto y ni siquiera podía beber agua sin vomitar.
Se sentía muy enferma. Y con un bebé que cuidar, simplemente no pudo hacer frente a la situación.


Agua
La rehidratación es clave para atender la hiperémesis gravídica, pero a veces tiene que garantizarse por vía intravenosa.

"Rogué a los doctores que me recetaran esteroides, pero nos mudamos y nadie vino a hacerme la prueba de orina ni fui admitida en el hospital", cuenta.
Los esteroides pueden ser una alternativa en estas situaciones para las mujeres que no responden ante otros fármacos.
Pero el informe descubrió que en algunas ocasiones se les dice que estas sustancias pueden dañar el feto o que son demasiado caras para poder prescribirlas.
Según el estudio, menos de una de cada diez mujeres con hiperémesis gravídica en Reino Unido recibe terapia con esteroides. Y el 47% de las encuestadas dijo que les fue negada la medicación cuando la solicitaron o que no les fue ofrecida.
Ante esto, Caitlin Dean, presidenta de Pregnancy Sickness Support, explica que, a muchas de las mujeres, los profesionales de la salud les dicen que no existen tratamientos seguros para aplicar durante el embarazo.
"Pero existe una serie de fármacos que todos saben que son seguros y efectivos desde hace 50 años", señala.


Mujer embarazada
Mejor comprensión de la enfermedad por parte de médicos y parteras es clave.

"Y hay un montón de evidencias de que no están causando ningún problema".
Mientras que según la doctora Daghni Rajasingam, obstetra del hospital de St Thomas, en Londres y vocero del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos, la hiperémesis gravídica necesita ser mejor entendida y tomada mucho más en serio.
"Podríamos empezar dándoles a las mujeres pastillas para ayudarles con el malestar, hospitalizarlas para que puedan recibir líquidos y alimentos por vía intravenosa y en casos muy graves darles esteroides si es necesario", dijo.
Y ella cree que mayor conciencia pública sobre la hiperémesis gravídica –que afecta incluso a la actual duquesa de Cambridge– podría hacer que tanto doctores como parteras sean más comprensivos con los pacientes que tienen severas molestias por el embarazo.
"Tenemos que garantizar que cuando las mujeres están encintas tengan con quién discutir este tipo de temas", sugirió.

Sin elección

Lily dejó de buscar ayuda durante su segundo embarazo porque estaba demasiado ocupada tratando de sobrevivir el día a día.
Y al final sintió que no tenía elección.
"Con todos esos instintos maternos que uno tiene, para terminar con la vida de un niño hay que estar verdaderamente desesperada", dice.
"Pero sentía que no podía más", recuerda.
Lily dice que ya no quiere tener más hijos, que la sola idea de quedar embarazada de nuevo le da miedo.
"No confío en los doctores. No te toman lo suficientemente en serio y eso podría llevarme a otra interrupción del embarazo", cuenta.
Caitilin Dean, por su parte, pasó por tres embarazos con hiperémesis gravídica.
Pero gracias a un doctor comprensivo y buena atención antes y después de la concepción, tuvo un tercer embarazo mucho más soportable.
Ahora Dean quiere ver mejor atención para todas las mujeres con HG.
Y cree que la clave para reducir las interrupciones voluntarias es crear un servicio que les dé a las mujeres líquidos intravenosos en sus propias casas, para combatir la deshidratación.
Sería, en su opinión, mucho más eficiente y barato que hospitalizarlas en cada oportunidad.





Abril 19, 2015
Lo que quizás no sabías del embarazo
El parto fue un momento de lucidez para mí. De repente uno se da cuenta de que está teniendo al más grande amor de su vida (pero también de que Dios es hombre)"
Kathy Lette, escritora
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Antojos

Los antojos durante el embarazo son muy misteriosos. Pueden ser una respuesta a deficiencias minerales o un esfuerzo instintivo para protegernos contra la enfermedad. Pero quizás son psicológicos. La evidencia no es concluyente.
Los antojos por ingerir sustancias no alimenticias durante el embarazo reciben el nombre de "pica".
Un tercio de los antojos en estos días no son de alimentos, lo cual sugiere que estos pueden estar relacionados más con la textura y el olor que con el sabor.
Los antojos varían en distintos lugares del mundo: casi ninguna mujer danesa come arcilla o tierra durante el embarazo, pero en partes costeras de Kenia lo hacen un 56% de las mujeres.
En Malawi, si se ve a una mujer comiendo arcilla se asume que está embarazada.
La arcilla destinada a ser consumida se vende también en tiendas de Estados Unidos. No es mala para la salud, salvo por el riesgo de sufrir estreñimiento.

Cómo tener una niña





Embarazada con lazo rosa

Hay poca evidencia confiable de que podamos influir sobre el género de los bebés.
Un estudio con 700 mujeres embarazadas concluyó que las mujeres que comen al menos un cuenco de cereales al día tienen una probabilidad 87% mayor de dar a luz a un varón que aquellas que no comen más de uno a la semana.
Las mujeres que dieron a luz a un varón también comieron 400 calorías más al día que las que dieron a luz a una niña, de media. Pero estos resultados han sido muy criticados desde su publicación.
Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) pensaba que la dieta de la madre y la posición sexual durante la concepción marcaba diferencia.
Anaxágoras, (500 a.C.-428 a.C.) creía que los niños y las niñas provenían de distintos testículos y recomendaban atar el no deseado antes de mantener relaciones sexuales.
Hipócrates (460 a.C.-370 a.C.) tenía una teoría similar: que los fetos masculinos provienen del ovario derecho y los femeninos del izquierdo.
Ahora está de moda dar a luz bajo el agua. Dicen que es menos traumático para el bebé... ¡pero debe ser más traumático para la otra gente que está en la piscina!"
Elayne Boosler, comediante
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Comer por dos

A pesar de la popular idea de que las mujeres embarazadas deben "comer por dos", las mujeres necesitan pocas calorías extra durante el embarazo.
Las futuras madres no necesitan cambiar su dieta durante los seis primeros meses, e incluso en los últimos tres sólo necesitan 200 calorías extra al día, el equivalente a un pequeño sándwich.
La vida es lo suficientemente dura como para tener a alguien pateándote desde adentro"
Rita Rudner, comediante, escritora y actriz
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Superfecundación

Aristóteles creía que las liebres podían quedar embarazadas aunque ya lo estuvieran.
Esto causó controversia durante dos milenios, pero finalmente un estudio con liebres europeas marrones realizado por el Instituto Leibniz para la investigación zoológica y de vida silvestre de Berlín y publicado en 2010 en la revista Nature, probó que Aristóteles estaba en lo cierto.
Los machos liebre pueden fecundar a las hembras incluso cuando están muy embarazadas.
El nuevo embrión se desarrolla cuatro días antes de que nazca el primer lebrato.
Dado que el útero está lleno, el nuevo embrión espera en el oviducto hasta que está listo.
Es un truco evolutivo para acortar el tiempo entre las crías y así producir más.
Este procedimiento, conocido como superfetación, ocurre cuando dos óvulos son fecundados durante distintos ciclos menstruales.
Esto sucede con más frecuencia entre liebres, pero también puede suceder (aunque con mucha menos frecuencia) entre tejones, visones americanos, panteras, búfalos y ualabíes de pantano.
Únicamente puede suceder si la ovulación continúa durante el embarazo, algo que no pasa normalmente.
Hay un truco similar llamado superfecundación, que supone que dos óvulos distintos son fecundados durante el mismo ciclo.
Aristóteles también pensaba que era posible en el caso de los humanos, y, a pesar de las burlas que recibió, parece que también tenía razón en esto.
En 2010, una mujer de Arkansas dio a luz a gemelos concebidos con dos semanas de diferencia.
Esto significa que dos bebés que compartan el mismo útero podrían tener distintos padres.

El tiburón anguila tiene el período más largo de preñez conocido:

3
años
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    QI es un programa de la BBC cuyo lema es que "todo es interesante". Y sorprendente, pues a menudo descubrimos que lo que "todo el mundo sabe" es errado y que lo que no sabemos es fascinante.
    Volveremos con QI el próximo fin de semana. Entre tanto, puedes visitar qi.com. La editorial Faber publica aplicaciones y libros de QI en inglés y la editorial Paidós, libros en español ("El pequeño gran libro de la ignorancia").

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