Las nuevas plantas solares no están exentas de problemas. Los pilotos se quejan
de ellas, y a la fauna local no le va mucho mejor. La primera prueba de
funcionamiento de una de estas nuevas y enormes instalaciones en
Nevada, Estados Unidos, se ha saldado con 130 pájaros abrasados en pleno
vuelo.
Se trata de la planta conocida como Crescent Dunes, una instalación capaz de producir 110 megavatios. Según KCET,
el incidente tuvo lugar hace un mes, pero no se ha hecho público hasta
ahora. La planta orientó una tercera parte de sus 17.500 espejos a 365
metros sobre la torre central para calibrar su funcionamiento. En ese
momento, los biólogos de la estación comenzaron a advertir estelas de
humo y vapor de agua en el aire.
Las estelas no eran otra cosa que aves carbonizadas en pleno vuelo al
entrar en el área de operación de planta solar. La prueba comenzó a las
9 de la mañana y terminó a las tres de la tarde. En ese tiempo, los
biólogos contaron 130 estelas correspondientes a otros tantos pájaros.
Se supone que una vez calibrada la planta, los espejos se orientarán
más paulatinamente de modo que el calor esté más concentrado sobre la
torre y el riesgo para la fauna voladora sea menor. Con todo, no es la
primera vez que surgen reportes similares, y Crescent Dunes ni siquiera
es la planta solar más grande. Ivanpah Solar Electric Generating System,
en el desierto de Mojave, en California, cuenta con 300.000 espejos y
tres torres. A pesar de sus indudables ventajas, la energía solar se
está ganando a pulso un problema de imagen entre los conservacionistas. [KCET y Rewire, vía iOS9]
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