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Enfermos mentales, los más desamparados en RD



“EL ESTADO NO ASUME SU RESPONSABILIDAD CON ESTAS PERSONAS, INCUMPLIENDO CON ELLO CON LA LEY 12-06, SOBRE SALUD MENTAL”, DICE SIQUIATRA  

Santo Domingo
Algunos pululan por las calles como si no tuvieran familia. Para estos la basura es su comida si algún samaritano no se detiene a darles algo de comer.

Nadie los reclama. Pasan frío, hambre, duermen a la intemperie, sufren burlas por parte de gente que no los comprende y son vulnerables al abuso. Hay quienes son reconocidos por los ciudadanos que los ven a diario en puntos importantes de la ciudad donde siempre están.
No tienen quien los bañe, quien los cambie de ropa ni mucho menos quien les dé sus medicinas.
Esta es la realidad de los enfermos mentales que solo tienen el cielo como techo en República Dominicana.
Mientras, quienes cuentan con la “dicha” de vivir en un hogar y con una familia que pueda suplirles algunas necesidades, como alimentación, ropa, cariño, comprensión y medicina, si cuentan con los recursos económicos y pueden pagar los servicios médicos de un siquiatra, pueden vivir un poco mejor .
Sin embargo, no todos los que tienen problemas mentales que viven en un hogar pueden ser atendidos por sus familiares,  muchos no reciben la medicación ni la asistencia médica que necesitan. Ello se debe a la situación económica de la familia y a la desprotección del Estado hacia estas personas.
En ese sentido, ¿qué puede hacer una familia de escasos recursos con un enfermo mental en su hogar? Sería un acto inhumano echarlo a la calle, dejar que pase frío, hambre, y sea víctima de la delincuencia y abusos que a diario se ven en el país.
Sin embargo, hay enfermos mentales que son incontrolables porque no reciben la atención médica que necesitan, no quieren estar en un hogar y si la familia no sabe cómo tratarlos se podría convertir en una amenaza para quienes les rodean.
La poca inversión en políticas firmes a favor de los enfermos mentales y las familias que deben convivir con ellos es una problemática que afecta a la sociedad y una realidad triste, pero sin dolientes, que pone en peligro la estabilidad emocional de todos los miembros del hogar, y en algunas ocasiones, hasta cobra vidas.
Un caso reciente fue  el de Altagracia Benítez, de 71 años de edad, quien fue víctima de su propio hijo, Eduardo Benítez de 44 años, de quien la familia dice no saben lo que tienen. Solo veían a su madre echarle unas gotas en las comidas que este iba a ingerir.
Eduardo habría asesinado a su madre con un arma blanca que compró ese mismo día en que el quitó la vida, el sábado 10 del mes en curso.
Sus vecinos lo llaman “El Loco” que siempre andaba con una caja para limpiar zapatos y que “no se metía con nadie del barrio, solo peleaba con la gente de su casa”.
“Desde pequeño le daban unos temblores. No sé de qué hayan sido. Mi mamá lo llevó al médico unas cuantas veces, pero nunca nos dijo cuál era su problema”, expresó inconsolablemente, María Benítez, hija de la víctima.
Para María, la situación es más dolorosa porque ella estaba haciendo las diligencias para que su madre fuera ingresada al Asilo de Ancianos San Francisco de Asís, en el kilómetro 12 de la avenida Independencia, unos días antes de perder la vida en manos de su propio hijo.      
“Iba a llevarla al asilo porque ya estaba en cama y no podía vivir con mi hermano porque él no la cuidaba y era agresivo con todos. Y, como trabajo y no tenía tiempo para cuidarla todo el día, pensé que allí estaría mejor y bajo buenas atenciones, las cuales necesitaba  porque ella era hipertensa”, relata la hija con gran tristeza.  
El caso de la familia de María es uno de los ejemplos de la falta atención y ayuda que reciben los enfermos mentales y sus familiares. La situación de pobreza que lleva al desconocimiento de que hay que tener un enfermo en el hogar que necesita una atención diferente y ser comprendido.
Y, como su caso, hay muchos hogares que viven esta situación pero el tema de salud mental se trata poco en el país, muchos ni hablan de ello por vergüenza.
“En las familias de escasos recursos el tema de la salud mental es un problema grave, porque muchos no entienden que su familiar está enfermo y necesita ayuda, pero no solo eso, el Estado no asume su responsabilidad con estas personas, incumpliendo con ello con la ley 12-06, sobre Salud Mental”, expresa el siquiatra Vicente Vargas.
Un enfermo mental no debe ser una amenaza ni una carga para nadie, si es tratado por un médico y recibe su medicación puede llevar una vida normal, trabajar y ser un ente social útil si la enfermedad que padece puede ser controlada, según destaca el especialista.
Vargas critica que al sector salud en el país se le dedica muy pocos recursos, sin tomarse en cuenta que este unos de los más importantes y por el que hay que preocuparse más.
Por ello es que sobre el tema de salud mental la ciudadanía no está bien educada y no toman consciencia de la magnitud que esta tiene.
El especialista, quien fue director de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría y actualmente es Secretario Regional de la Asociación Psiquiátrica de América Latina, sostiene que para las familias pobres es difícil pasar por esta situación, ya que un tratamiento siquiátrico cuesta hasta 12 mil pesos al mes, mientras que las aseguradoras, algunas no tienen cobertura para enfermedades mentales, y solo cubren 3,000 pesos en medicinas al año.
Calificó de preocupante que en el país no existan departamentos en los hospitales donde puedan ser atendidos estos enfermos.
“El Estado debe crear hospitales de Día y Noche, como funcionan en Canadá, donde los enfermos reciben alimentación y asistencia médica, y los que solo quieren estar en la calle son supervisados por unidades móviles que procuran que estos no duerman sin estar abrigados, los medican y le cambian de ropa”, sugiere Vargas.
Datos
La despreocupación que existe en el país por los enfermos mentales puede convertirse en un gran problema, si no se toma en cuenta que, según Vargas, en 2020 será muy alta la cifra de personas que sufran depresión y trastornos mentales, un factor que en el país no se está tomando en cuenta a las hora de diseñar políticas públicas en este sentido.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente cuatro de cada cinco personas que necesitan atención por trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias en los países con ingresos bajos y medios-bajos no la reciben.
La OMS señala que los trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias son prevalentes en todas las regiones del mundo y son importantes factores que contribuyen a la morbilidad y a la mortalidad prematura. El 14% de la carga mundial de morbilidad puede atribuirse a estos trastornos.

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