Para la mayor parte de los mortales, las palomitas de maíz son solo un apetitoso
aperitivo asociado al cine. Sin embargo, el proceso por el que los
granos de maíz explotan y se convierten en palomitas tenía no pocos
misterios. El último en descubrirse es cómo se produce el característico
sonido que emiten.
En ABC
explican que el hallazgo es obra de los científicos franceses Emmanuel
Virot y Alexandre Ponomarenko. Ambos han estudiado el proceso por el que
el maíz se convierte en palomitas mediante micrófonos y cámaras de alta
velocidad que filmaban a 2.900 fotogramas por segundo. Los resultados
acaban de publicarse en la revista Journal of the Royal Society Interface.

Todo
comienza cuando la temperatura del grano de maíz alcanza los 100 grados
celsius. En ese momento, el agua que almacena se convierte en vapor,
transformando la semilla en una olla a presión en miniatura. Además, el
almidón que forma el núcleo se vuelve líquido. En ese momento, la
presión en el interior del grano de maíz es de unas 10 atmósferas. Los
investigadores han comprobado que si las semillas son especialmente
grandes pueden necesitar más temperatura, pero que al alcanzar los 180
grados el 96% de ellas explota.
Eventualmente,
la presión es tan fuerte que la cubierta del grano de maíz se rompe y
el almidón líquido sale violentamente al exterior junto al vapor de
agua. El almidón que sale por esta primera fractura forma una especie de
extremidad que choca a gran velocidad con la superficie de la sartén (o
contra otras palomitas), impulsando el grano a distancias de entre unos
pocos milímetros a varios centímetros en función de la resistencia que ofrezca el objeto contra el que choca.

Hasta
aquí han transcurrido solo 6 milisegundos. En este momento se produce
una segunda fractura que agranda la anterior y tiene lugar el sonido
"¡POP!". Su origen es el vapor se agua mezclado con el almidón líquido
al escapar de manera violenta por la fractura de la cáscara. El sonido
dura en tono a 50 milisegundos. La mezcla de vapor y almidón se expande
violentamente y se enfría formando una espuma sólida que da a las
palomitas su característica consistencia.
El proceso
completo desde la ruptura de la cáscara hasta la formación completa de
la palomita dura unos 90 milisegundos. En este vídeo anterior a la
investigación de Virot y Ponomarenko podéis apreciarlo a cámara súper
lenta. [Journal of the Royal Society Interface vía ABC]
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