
Un equipo de físicos de la Universidad de Princeton
ha logrado obligar a la luz a que se comporte de manera realmente
extraña. En lugar de desplazarse a su velocidad normal, han conseguido
que se detenga formando estructuras similares a cristales.
No es la primera vez que se logra "congelar" la luz. En julio del pasado año, investigadores de la Universidad de Darmstadt, en Alemania, lograron detener la luz durante un minuto utilizando entrelazamiento cuántico. En septiembre de 2013, científicos del Centro de Átomos Ultrafríos que gestiona a medias el MIT y la Universidad de Harvard fueron
los primeros en lograr que las partículas de luz se agruparan formando
una estructura similar al cristal. Lo hicieron sometiendo los fotones a
temperaturas cercanas al cero absoluto.
Ahora,
el equipo de Princeton ha llegado al mismo punto, pero mediante una
técnica sutilmente diferente. De nuevo, han recurrido al entrelazamiento cuántico.
Los físicos de Princeton han creado una máquina formada por miles de
millones de átomos superconductores alineados para que se comporten como
un único átomo artificial. Después han situado este átomo junto a un
cable superconductor por el que circulan fotones.
Por la propia mecánica cuántica,
los fotones tomaron algunas de las cualidades del átomo artificial y
comenzaron a interactuar entre ellos como si tuvieran masa. En este
estado, el equipo logró que los fotones fluyeran de manera similar a un
líquido, o se detuvieran formando estructuras sólidas.
Por
ahora, el tamaño de estas interacciones es muy pequeño, pero los
investigadores confían en aumentar la escala y seguir estudiando como
controlar la luz para que adopte diferentes comportamientos. En el
futuro, la técnica quizá podría llevar al descubrimiento de superfluidos
o aislantes con propiedades aún desconocidas. También permitirá
entender mejor la computación cuántica.
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