Una grabación en timelapse muestra cómo es ensamblado un Boeing 787-9. Desde la clase turista hasta la superior, los detalles de un armado perfecto
Virgin Atlantic y los uniformes de diseñador que el personal de vuelo odia
A principios de este mes la línea aérea
Virgin Atlantic, propiedad del conocido empresario Richard Branson,
presentó sus nuevos y modernos uniformes, diseñados por Vivienne
Westwood. Consisten en una falda de talle alto y chaqueta estructurada
en el rojo característico de la marca, y una camisa blanca cerrada al
cuello.
El diseño es diferente y a primera vista atractivo, con un aire al estilo de la década de los 40 del siglo pasado; sin embargo, según reporta el periódico The Daily Mail, el personal de vuelo se está quejando de que las camisas les causan heridas en el cuello. También encuentran que los zapatos son incómodos y las faldas de talle alto están mal hechas.
Desde Virgin Atlantic, por otro lado, afirman que la retroalimentación sobre los uniformes ha sido buena en general. No entienden las quejas, porque ninguno de los 150 voluntarios que se utilizaron como maniquíes para confeccionar y ajustar los uniformes hace seis meses hizo comentarios negativos similares.
No obstante, reconocen que los nuevos uniformes son diferentes a los otros que han tenido hasta ahora. Por esta razón, aseguran que todo el personal se prueba su ropa previamente y se le hacen las correcciones de lugar, ya que cuentan con tallas suficientes para todas las figuras de sus 7,500 tripulantes de cabina. A ellas, la aerolínea les ofrece además tacos bajos, medios y altos, a gusto de cada una.
Quizá lo que no esté funcionando sea el poliéster reciclado de botellitas plásticas que utilizaron para confeccionar los uniformes. Westwood es una convencida activista de la preservación medioambiental, pero parece que ese tipo de tejido no es el más óptimo en contacto con la piel humana.
Lo que resulta claro es que este es uno de esos casos en los que el diseño rivaliza con lo práctico, y si hay algo tiene que ser un uniforme es precisamente eso: práctico. Sobre todo, cuando hay que sufrirlo allá arriba en el cielo, durante bastantes horas de trabajo continuo.
El diseño es diferente y a primera vista atractivo, con un aire al estilo de la década de los 40 del siglo pasado; sin embargo, según reporta el periódico The Daily Mail, el personal de vuelo se está quejando de que las camisas les causan heridas en el cuello. También encuentran que los zapatos son incómodos y las faldas de talle alto están mal hechas.
Desde Virgin Atlantic, por otro lado, afirman que la retroalimentación sobre los uniformes ha sido buena en general. No entienden las quejas, porque ninguno de los 150 voluntarios que se utilizaron como maniquíes para confeccionar y ajustar los uniformes hace seis meses hizo comentarios negativos similares.
No obstante, reconocen que los nuevos uniformes son diferentes a los otros que han tenido hasta ahora. Por esta razón, aseguran que todo el personal se prueba su ropa previamente y se le hacen las correcciones de lugar, ya que cuentan con tallas suficientes para todas las figuras de sus 7,500 tripulantes de cabina. A ellas, la aerolínea les ofrece además tacos bajos, medios y altos, a gusto de cada una.
Quizá lo que no esté funcionando sea el poliéster reciclado de botellitas plásticas que utilizaron para confeccionar los uniformes. Westwood es una convencida activista de la preservación medioambiental, pero parece que ese tipo de tejido no es el más óptimo en contacto con la piel humana.
Lo que resulta claro es que este es uno de esos casos en los que el diseño rivaliza con lo práctico, y si hay algo tiene que ser un uniforme es precisamente eso: práctico. Sobre todo, cuando hay que sufrirlo allá arriba en el cielo, durante bastantes horas de trabajo continuo.
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