Enero 12, 2015
Cómo sacar el mejor provecho de una buena siesta
Todos conocemos los beneficios de dormir un siesta, pero, ¿cuál es la mejor manera de echar una cabezada durante el día?
Aunque la sociedad en la que vivimos de alguna forma "desprecie" el sano ejercicio de dormir una siesta durante el día, la evidencia demuestra cada vez más que regalarnos con un pequeño respiro en una ajetreada jornada puede tener efectos muy beneficiosos.
En un estudio llevado a cabo el año pasado investigadores descubrieron que el sueño tanto diurno como nocturno mejoraba la consolidación en la memoria de parejas de palabras sin relación -como "pimienta" y "codo"- sugiriendo que un buen descanso ayuda a la hora de memorizar conceptos difíciles.
Otro estudio examinó los efectos de la siesta tras el entrenamiento de atletas, y concluyó que mejoraban el funcionamiento cerebral y los sistemas visuales, además de promover la recuperación mental y física.
En un estudio publicado en 2008 la profesora de la Universidad de California Sara Mednick y un grupo de colegas compararon los beneficios que produce tomar 200mg de cafeína con una siesta de unos 60 o 90 minutos.
Los resultados demostraron que la siesta generalmente mejoraba el rendimiento de la memoria, mientras que la cafeína o no lo afectaba o lo empeoraba.
Los supuestos beneficios de la siesta han incluso provocado que algunas compañías permitan a sus trabajadores tomarse un descanso durante el día para echar una cabezada.
La empresa HubSpot instaló un cuarto para siestas en sus oficinas de Estados Unidos que sus empleados pueden reservar sin ningún tipo de limitaciones.
Según la compañía, la iniciativa fue todo un éxito, y los trabajadores no abusaron de este derecho a tener una siestecita.
En otros casos el resultado no fue tan positivo. Una empresa tecnológica de Toronto sufrió un descenso del 30% en productividad tras implantar la misma medida.
Aun así, Mednick asegura que un 40% de la población duerme la siesta de forma habitual, lo que quiere decir que sienten la necesidad de hacerlo y que se benefician de ello.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de tomársela?
La mejor siesta
Según los expertos el mejor momento para echarse una siesta, basado en nuestros ritmos de sueño, es a la tarde entre las 2 y las 4.
Pero el beneficio de una buena siesta depende también de los efectos que estemos buscando.
En un estudio de 2009, Mednick y sus colegas compararon los efectos del sueño en fase REM (de Movimiento Ocular Rápido, en sus siglas en inglés), no REM y el descanso durante la vigilia, así como su relación con la resolución de problemas de manera creativa.
En la mañana de la prueba a los estudiantes se les dio un ejercicio en el cual tenían que proponer una palabra asociada con otras tres aparentemente no relacionadas.
Durante la tarde hubo algunos que tomaron una siesta REM, otros no REM y un tercer grupo permaneció despierto.
Cuando volvieron a la noche para hacer la prueba, los que habían tomado una siesta REM tuvieron los mejores resultados.
Pero esto también implica que para tener mejores resultados hay que dormir más, ya que la fase REM es la última fase del sueño.
Aunque otros estudios demuestren que siestas "rápidas" también tienen beneficios.
Investigadores en Australia descubrieron que una mini siesta de 10 minutos era suficiente para recuperarse de una noche con falta de sueño.
Los participantes en el experimento se sintieron menos cansados, con más vigor y demostraron una mejora en el rendimiento cognitivo durante 155 minutos después del descanso.
Aunque las siestas de 20 o 30 minutos también pueden tener beneficios, las mejoras cognitivas tardan más en establecerse, ya que los participantes deben recuperarse de la inercia de sueño causada por siestas más largas.
La importancia del cuándo
Elizabeth McDevitt, del Laboratorio de Sueño y Cognición de la Universidad de California, estudia si aquellos que no se tomarían una siesta pueden mejorar sus capacidades cognitivas si son entrenados para tomársela.
Aunque el estudio aun no ha sido publicado, McDevitt asegura que, hasta ahora, parece ser que a los que no les gustan las siestas no se benefician de ellas.
Esto implica que si uno no siente la necesidad de una siesta, es probablemente mejor no tomársela.
Otros expertos son rápidos a la hora de rechazar la noción del sueño polifásico -una estrategia según la cual la gente duerme durante cortos periodos en el día para en conjunto pasar menos tiempo durmiendo.
Algunos aseguran que no importa cómo se lo planee: tomarse una siesta no va a ser nunca tan bueno como una buena noche completa de sueño.
Parece ser que para poder tomarse una buena siesta hay que consultar con un experto sobre la mejor manera de hacerlo.
Agosto 1, 2014
Los expertos alertan del riesgo de dormir siestas de más de media hora
Investigadores del Hospital de Alzira confirman que dormir al medio día «mejora el estado de alerta e incrementa la capacidad de concentración»
Especialistas del Hospital Universitario de La Ribera, en Alzira (Valencia) han confirmado que la siesta es una costumbre mediterránea «saludable»,
pero han recomendado que «no exceda los 30 minutos de duración porque
un exceso puede perturbar el sueño nocturno», según ha informado este
viernes la Generalitat.
Así, los expertos de la Unidad del Sueño de este centro
sanitario han explicado que el reloj biológico de una persona entra en
un periodo de leve somnolencia fisiológica a las ocho horas de
levantarse, por lo que han indicado que «sobre la hora de comer el cuerpo requiere de un descanso, incluso, cuando la persona ha dormido bien por la noche».
El doctor Francisco Javier Puertas, jefe de esta Unidad del
Sueño y expresidente de la Sociedad Española del Sueño (SES), ha
señalado, en este sentido, que la siesta es «positiva ya que varios
estudios han demostrado que mejora el estado de alerta e incrementa la capacidad de concentración por la tarde».
No obstante, ha afirmado que alargar la siesta también es contraproducente para el rendimiento personal ya
que, si se duerme muchas horas, se alcanzan fases profundas del sueño y
el despertar puede acompañarse de cierto malestar físico, apatía o
irritabilidad.
Puertas ha aconsejado, de este modo, que las siestas no se alarguen más allá de las 16.00 ó 16.30 horas,
dado que cuanto más tarde se despierte una persona más tardará en
conciliar el sueño por la noche, lo que puede acabar por perturbar el
ciclo del sueño.
Igualmente, el facultativo ha alertado de que detrás de una alta necesidad de siesta o de somnolencia importante, puede encontrarse un problema de base en la calidad del sueño,
de manera que ese descanso de después de comer sólo serviría para
enmascarar algún trastorno del sueño, como la habitual apnea --paradas
respiratorias durante el sueño que impiden un buen descanso--.
Por lo que respecta a los menores, los especialistas del
Hospital Universitario de La Ribera han recordado que «hasta los seis
años, es normal la necesidad en los niños de realizar una siesta al día,
que complete las necesidades de sueño a esta edad junto con el sueño nocturno».
El doctor Puertas han agregado que «la falta de sueño en los niños
puede producir irritabilidad, bajo rendimiento escolar y generar
problemas de desarrollo».
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