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El lado oculto de Robert De Niro


Todas sus interpretaciones fueron únicas. Irrepetibles. Su perfeccionamiento como actor fue de tal magnitud que se sumergía en cada uno de sus personajes a grados extraordinarios. Un ejemplo es suficiente: cuando Robert De Niro interpretó a Vito Corleone en El Padrino II, se instaló en una aldea siciliana para aprender el dialecto específico y poder "actuarlo".

Pero esa obsesión por su trabajo terminaría siendo un karma en su vida, como sucedió cuando su amigo, el actor John Belushi murió de sobredosis en marzo de 1982. ¿El motivo? Ingesta desmedida de heroína en el hotel Chateau Marmont de Los Ángeles. De Niro estaba allí, en el mismo hotel y fue el conserje el que le informó de la muerte de su amigo. El actor lloró. La noche anterior había pasado por su habitación, tomado cocaína y vuelto a su cuarto.
 
El karma para De Niro sobrevino después de las lágrimas. Fue cuando supo el motivo por el cual su amigo Belushi se había inyectado heroína de manera brutal. El actor cómico quería imitar la técnica de actuación de su amigo, y su próxima interpretación sería la de una estrella de rock con profundos problemas de drogas. Hasta tal punto se metió en la piel del papel que él mismo comenzó a ingerir estupefacientes. Hasta que su cuerpo le dijo "basta". Cuando le contaron los motivos ocultos del deceso de su gran amigo, De Niro se sintió culpable. Estaba en la cima de su carrera y recibía el golpe más fuerte.

Los detalles de estas historias salieron a la luz en el nuevo libro escrito por Shawn Levy, y llamado De Niro: una vida, que muestra detalles nunca antes contados sobre el genial artista, consignó el diario británico DailyMail.

Levy también cuenta situaciones más escabrosas de De Niro respecto a su relación con las mujeres. Después de su separación con Diahnne Abbott en 1979, el actor narró la historia de presiones que sufrió. Pero a partir de allí ingresó en una espiral de escándalos amorosos en los que incluso el autor asegura que obligó a varias de sus "novias" a abortar. La lista de celebridades que acompañaron al genial intérprete fue larga y variada. Entre ellas, figuran Bette Midler, Helena Springs, que fueron dos grandes amores.


La cantante fue quizás la relación más tormentosa que tuvo a principios de los 80. Springs quedó embarazada dos veces. La primera interrumpió la gestación, pero el segundo estaba dispuesta a llegar a término y ver nacer a su hijo. Pero según Levy, De Niro no estaba contento con esta decisión y revela que el actor trató de convencerla de todas maneras de no tener el bebé. Finalmente nació Nina, una niña. El actor sólo le dio 50 mil dólares y se negó a dar muestras de sangre para determinar si se trataba de su hija. Creía que la mujer quería sacarle dinero. Diez años después, el actor se sometió a los análisis correspondientes y el resultado lo alegró: no era el padre.

Gillian de Terville, la famosa chica de la Página 3 de un diario londinense y que luego fue "Chica Bond", y Naomi Campbell, luego de que terminara su relación con el campeón mundial de boxeo Mike Tyson, fueron otras de sus conquistas en los años ochenta. La década siguiente lo sorprendería junto a Whitney Houston, Veronica Webb y Uma Thurman. Toukie Smith y Grace Hightower también figuran en su listado en esa década. Con la segunda se casó en 1997.

En la biografía, Levy encuentra una teoría sobre el por qué de la fragilidad de las relaciones de De Niro con las mujeres que lo rodearon a lo largo de su vida. Cree que la causa es la temprana ruptura de sus padres: cuando su matrimonio apenas tenía dos años, Su madre estaba casada con un pintor expresionista bisexual y De Niro sufrió el después de ese tormentoso vínculo. Su madre llevaba continuamente novios nuevos a su hogar y él veía cómo cada uno de ellos desfilaba efímeramente por sus vidas. Eso explica, según el autor, el por qué se volvió también un genial actor.



El registro de taxista de Robert A. De Niro antes de su éxito en Taxi Driver

El prestigioso actor condujo por las calles de Nueva York antes de filmar la película de Martin Scorsese 

Es uno de los actores más meticulosos de Hollywood. El ganador de dos Oscar no dudó en conducir un taxi para preparar su rol en la mítica cinta Taxi Driver, dirigida por Martin Scorsese y escrita por Paul Schrader.

La licencia se conserva en el Harry Ramson Center de la Universidad de Austin, Texas.


El documento, expedido a nombre de Robert A. De Niro (la A es de Anthony), deja constancia de que tiene permiso para conducir un taxi hasta el 31 de mayo de 1976, año en que se estrenó la película.

Para convertirse en Travis Bickle también visitó los lugares que frecuentaban los taxistas.

En el libro The films of Martin Scorsese and Robert De Niro, de Andrew J. Rausch, recoge una divertida anécdota de las jornadas que pasó el actor neoyorquino al volante en las calles de la Gran Manzana.

Un pasajero lo reconoció y le dijo : "Bueno, eso es actuar. Un año el Oscar, y el siguiente conduces un taxi".

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