Están fuera de peligro la madre y su bebé de siete meses de nacida que se encontraban dentro de su vivienda cuando una viga de la segunda línea del Metro de Santo Domingo cayera encima de esta, por lo que ambas fueron trasladadas al hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan).
Así lo afirmó el señor Francisco Alberto Vázquez, padre de Virginia Castro, de 23 años de edad, quien resultó con un golpe en el cráneo que provocó una herida de tres centímetros que ya fue suturada.
En tanto que la recién nacida no resultó con ninguna lesión debido a que su madre, al momento del desplome, la protegió con su cuerpo.
Vázquez dijo que la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), está respondiendo por el accidente que ocurrió a primeras horas de esta mañana, el cual afectó a otras viviendas ubicadas en el sector Gualey, de esta capital.
Así lo afirmó el señor Francisco Alberto Vázquez, padre de Virginia Castro, de 23 años de edad, quien resultó con un golpe en el cráneo que provocó una herida de tres centímetros que ya fue suturada.
En tanto que la recién nacida no resultó con ninguna lesión debido a que su madre, al momento del desplome, la protegió con su cuerpo.
Vázquez dijo que la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), está respondiendo por el accidente que ocurrió a primeras horas de esta mañana, el cual afectó a otras viviendas ubicadas en el sector Gualey, de esta capital.
Estructura de varillas de la construcción de la Segunda Línea del Metro. Foto tomada de
La mujer fue identificada como Virginia Castro, de 23 años, quien fue trasladada junto a la niña al hospital Luis Eduardo Aybar de esta ciudad.
La estructura metálica afectó tres casas y agentes policiales tuvieron que apostarse en el lugar porque los moradores de esta zona agredieron a los trabajadores de la Segunda línea del Metro y rompieron vidrios de los vehículos de esos empleados.
La estructura metálica colapsó en el sector de Gualey, de esta capital, lo que provocó que los moradores se lanzaran a las calles a exigir ser desalojados porque temen que una tragedia mayor ocurra.
Estas personas habían protestado porque la Opret no lo tomó en cuenta para reubicarlos y habían advertido sobre el peligro que corren viviendo en esta zona.
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