
Mejores tratamientos han logrado que las personas infectadas con el virus del sida tengan una esperanza de vida similar a la de una persona sin infectar
La hipertensión es un grave factor de riesgo cardiovascular
Un estudio parece confirmar la relación entre el
virus que causa el sida, el VIH, y un mayor riesgo de enfermedad
cardiovascular. Este nuevo trabajo, realizado en la Universidad Johns Hopkins, en EE.UU. puede corroborar lo que otros trabajos ya habían sugerido: el VIH parece favorecer la patología cardiaca, independientemente de otros factores de riesgo. El estudio se ha publicado en «Annals of Internal Medicine».
El hallazgo es relevante porque gracias a que los
avances en el tratamiento han incrementado la supervivencia a largo
plazo de las personas con VIH, también lo ha hecho el riesgo de enfermedades crónicas cardiacas relacionadas con la edad.
Los investigadores estudiaron a los hombres que forman parte del Estudio Multicéntrico de Cohorte del SIDA
(MACS). En total se analizó a 618 hombres infectados con VIH y a 383 no
infectados de entre 40 y 70 años de edad y que habían sido sometidos a
ningún tratamiento quirúrgico previo por causa cardiovascular. «Los
participantes del MACS son una buena fuente de estudio ya que el grupo
de control comprende hombres no infectados procedentes de la misma
población de los que sí lo están» asegura Wendy S. Post, autora
principal del estudio. «Esto significa que los varones no infectados del
estudio comparten los mismos factores de riesgo cardiovascular que los portadores del VIH».
Se analizó a 618 hombres infectados con VIH y a 383 no infectados de entre 40 y 70 años de edad
En este caso los investigadores han medido la
presencia y extensión de la placa de las arterias del corazón y también
la estenosis -estrechamiento anormal de los vasos sanguíneos- para
determinar si las placas que causan el estrechamiento eran no
calcificadas, en parte calcificadas (menos del 50%) o calcificadas. Una
estenosis coronaria que estrecha la arteria en más de 50% indica la
presencia de aterosclerosis avanzada.
Post explica que la presencia de placas no
calcificadas y en parte calcificadas es significativa, debido a que son
más propensas que las placas calcificadas a la ruptura y así provocar el
desarrollo de un coágulo que reduce o bloquea el flujo de sangre al
corazón. Dado que la placa no calcificada no es visible usando una
angiografía coronaria por tomografía computarizada estándar, los
investigadores inyectaron una contraste especial por vía intravenosa que
mejoraba la visibilidad de estas placas.
Los investigadores encontraron que la placa
coronaria calcificada era más frecuente y extensa en los hombres
infectados por el VIH, lo que sugiere un mayor riesgo de infarto. Los resultados mostraron que las personas con VIH tienen una mayor prevalencia de cualquier placa,
especialmente la placa no calcificada, que los varones no infectados,
incluso después de tener en cuenta otros factores de riesgo de
enfermedad de arterial coronaria, como el colesterol alto, tabaquismo e
hipertensión arterial.
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