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Video: Se conmemora 50 años de la batalla del 24 abril 1965


50 años de la Revolucion de Abril 1965 ( Video )
La guerra constitucionalista de 1965 constituye, sin lugar a dudas, una de las gestas colectivas más relevantes en la historia reciente de la República Dominicana.La revolución de abril de 1965, de la que este día 24 se cumplen 49 años, es la gesta heroica más hermosa y significativa de la historia reciente dominicana, pues miles de hombres y mujeres tomaron las armas para reclamar la vuelta a la constitucionalidad.

Historia de la Revolucion 1965 
Estos constitucionalistas aseguran que no han pasado factura al llamado que le hizo el deber patrio, a la vez que afirmaron la decisión de volver a tomar las armas en defensa de la libertad del pueblo dominicano.
Más allá de los protagonistas más conocidos, hombres como Iván Rodríguez, Vidonio Séptimo, José Eduardo Eugenio Dotel Sánchez y Moisés Ramírez del Villar supieron tomar las armas y arriesgar sus vidas combatiendo a los militares golpistas, primero, y luego al norteamericano invasor del 28 en adelante, mientras que mujeres como Carmen Rodríguez y Elizabeth Fabián realizaban tareas de apoyo a los combatientes, como el trasiego de armas y la atención a los heridos.

El conflicto
A tan solo siete meses de haber asumido el poder tras las primeras elecciones libres después del ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo, el día 25 de septiembre de 1963 el profesor Juan Bosch fue derrocado en un golpe de Estado encabezado por el coronel Elías Wessin y Wessin y sustituido por un triunvirato integrado por Emilio de los Santos, como presidente; Ramón Tapia Espinal y Manuel Tavárez Espaillat.
Frente a las crecientes críticas internacionales, de los Santos renunció y fue sustituido por Donald Reid Cabral.

El descontento popular contra el triunvirato continuó creciendo. Un grupo de militares organizados alrededor del coronel Rafael Fernández Domínguez se propuso restaurar al profesor Bosch en la presidencia bajo la consigna de vuelta a la constitucionalidad.

El 24 de abril de 1965 estalló una rebelión militar y Fernández Domínguez muere en un intento de asaltar el Palacio Nacional.

Tras haberse asilado brevemente, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó asumió el mando de los rebeldes, siendo declarado presidente constitucional interino, pues el profesor Bosch se encontraba exiliado en la isla de Puerto Rico.

Cuando apoyado por un pueblo que se lanzó a las calles y tomó las armas tras el dramático llamado que hizo el entonces secretario del PRD, José Francisco Peña Gómez, los militares constitucionalistas estaban a punto de derrotar a los militares golpistas, el 28 de abril se inició la invasión de 42 mil soldados de la 82ava División Aerotransportada de la Marina de los Estados Unidos.

Con la invasión estadounidense, lo que era una guerra intestina se transformó en una guerra patria, en donde, además de los nombres conocidos como el mismo coronel Caamaño Deñó, Héctor Aristy, Ilio Capocci, Piky Lora y Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo) Yolanda Guzmán, Somnia Vargas, Emma Tavárez Justo, Piky Lora y Teresa Espaillat, que combatieron armas en mano, otros menos conocidos jugaron un papel fundamental en la defensa del país.

Compromiso patrio

Carmen Rodríguez Carvajal, que para abril de 1965 militaba en el Movimiento 14 de Junio y residía en San Carlos, recuerda que en contra de su familia se unió a los constitucionalistas y que su tarea fundamental era “entretener” a soldados norteamericanos y robarles pertrechos para abastecer a los combatientes de la parte alta de la capital y luego a los de la Zona Colonial.

Vidonio Séptimo y José Eduardo Eugenio Dotel Sánchez aseguran que fueron de los sobrevivientes de los fuertes bombardeos que por aire y tierra realizaron los soldados norteamericanos y los militares golpistas a los barrios de la parte alta de la capital.

Igual asegura Elizabeth Fabián, que para la revolución apenas tenía 16 años: “Yo vivía en Villa Juana y recuerdo cómo amanecíamos haciendo bombas caseras para tirárselas a los guardias y a los americanos, porque esa era la única forma de defender la patria que tenemos”.

Mientras que Moisés Ramírez del Villar, que dirige la Fundación de Excombatientes Constitucionalistas, sostiene que una de las mejores cosas que pudieron pasarle en la vida fue la de ser parte de la historia y estar al lado de la defensa de la soberanía y la constitucionalidad de la república. “Si hay que volver a tomar las armas, lo haremos con gusto, aunque perdamos la vida”, sentencia.
Lo mismo asegura Teresa Espaillat, que recuerda cómo además de tomar las armas muchas mujeres se encargaban de organizar las grandes movilizaciones de masas para repudiar la presencia de las tropas invasoras.


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El lunes 23 de abril de 1984 los barrios marginados de la capital y el interior del país iniciaron un levantamiento popular que culminó tres días después con un saldo oficial de más de 125 personas muertas.El levantamiento popular, bautizado por el profesor Juan Bosch como “poblada”, estuvo precedido de más de un año de denuncias y protestas en todo el país por parte de los Comités de Lucha Popular (CLP), dirigidos por la izquierda, y las comunidades Cristianas de Base (CCB), influenciadas por sacerdotes católicos militantes de la Teología de la Liberación, en contra las negociaciones que el gobierno del expresidente Salvador Jorge Blanco realizaba con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estrenaba en América Latina la llamada “Política de Shock”.

La “Política de Shock” enarbolada por el FMI era la propuesta de los economistas formados en la Escuela Económica de Chicago (Chicago Boys), y que encabezaba el Premio Nobel de Economía Milton Friedman, la cual planteaba que en medio de la conmoción y confusión interna se pueden hacer reformas impopulares que recuperen la economía.

Para entonces, el tercer gobierno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que encabezaba Jorge Blanco atravesaba por una situación económica difícil caracterizada por una inflación galopante, la cual había iniciado en 1981 y que obligaron a adoptar las primeras medidas restrictivas, lo que generó el rechazo de los sectores populares.

En 1981 la crisis presupuestaria obligó al gobierno a limitarse económicamente y a adoptar las primeras medidas de austeridad, lo que se complicaba con el aumento de los precios del petróleo y por ende con el encarecimiento de los productos de primera necesidad.

La crisis económica se combinó con el malestar social, lo que contribuyó a que en sentido general se unieran voluntades contra las negociaciones con el FMI y las políticas económicas que venía aplicando el gobierno de Jorge Blanco, alejando así al PRD de sus bases de sustentación.

“El palo acecha’o”

Culminada las negociaciones con el FMI, el Gobierno decidió aprovechar el largo asueto de Semana Santa para hacer efectiva la política fondomonetarista, por lo que entre sábado y domingo todos los productos del mercado nacional subieron en más de un 500% (hay quienes aseguran que 700%), lo que impactó en la psiquis de la población que despertaba el lunes 23 en medio de esa pesadilla.

Las autoridades del PRD no tomaron en cuenta el impacto que en el imaginario popular tiene el mes de abril en el sentido de que en dicho mes “siempre ocurre algo” en el país, y sobre todo cuando esa misma semana se cumplían 19 años de la revolución de 1965 y 11 del desembarco en Playas Caracoles del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Para la psiquis popular, el aprovechar el feriado de Semana Santa para aplicar la receta fondomonetarista fue un “palo acecha’o”, es decir, un acto de traición del gobierno de Jorge Blanco y el PRD hacia la población más pobre, su aliada tradicional.

La poblada

Los reportes de las radioemisoras más populares de entonces: Radio Mil, Radio Popular y Radio Comercial, despertaron a la población dominicana informando de protestas y quemas de gomas en el populoso sector de Capotillo, en la parte norte de la capital.

De acuerdo con los reportes, las amas de casa pegaban el grito al cielo en los colmados por el alza descomunal de precios de los productos de consumo básico, a lo que siguió la reacción de los jóvenes de los sectores que tomaron las calles, incendiaron autobuses del transporte y locales de instituciones públicas.

De barrios populares como Simón Bolívar, Cristo Rey, Gualey, Villa Juana y Villas Agrícolas, el movimiento pasó a Los Mina, Villa Duarte, Herrera y Los Alcarrizos y zonas aledañas, arropando para la media mañana toda la capital, con excepción de aquellos sectores del casco central y otros exclusivos habitados por las clases media alta y rica.

Ya para el mediodía se informaba de violentas protestas en ciudades y municipios de Santiago, San Francisco de Macorís, La Vega, Sánchez Ramírez, Salcedo, Puerto Plata, Valverde, San Juan de la Maguana, Barahona, San Cristóbal, Peravia, San Pedro de Macorís, La Altagracia, La Romana, El Seibo y Hato Mayor, entre otros pueblos.

La reacción

Aunque en principio el Gobierno pensó que se trataba de un movimiento con dirección política dirigido a socavarlo, lo cierto es que la explosión social sorprendió a todos los grupos políticos, aunque en medio de la situación sí trataron de sacar provecho político en contra del gobierno del PRD.

Distintas versiones atribuyen al doctor José Francisco Peña Gómez, líder del PRD, haberse presentado al Palacio Nacional y advertirle al presidente Jorge Blanco que si no sacaba a las Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y Aviación) de seguro lo tumbarían, ya que la Policía Nacional no podía contener las violentas protestas.

Abril de 1984 marcó al PRD e impactó al FMI

Los tres días de enfrentamientos callejeros de abril de 1984 marcaron al gobierno y al PRD, distinguiéndose dos discursos: en el Palacio Nacional se hablaba de conspiración para derrocar y Peña Gómez de respuesta a la política económica. Una poblada similar se produjo años más tarde en contra del gobierno de Carlos Andrés Pérez, en Venezuela, lo que obligaría al FMI a abandonar la imposición de las del shock y a negociar reformas con los gobiernos.

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