Desde la excitación que puede producir estar sentado en un silla, hasta los movimientos del útero para reunir el esperma
El sexo sigue siendo objeto de estudio y de descubrimientos. En esta última ocasión, el Dr. Eden Fromberg y Naomi Wolf,
autora del libro «Vagina: A New Biography», han recopilado datos de
múltiples estudios para ofrecer algunos de los hallazgos más
sorprendentes de los últimos tiempos. Estos son algunos de ellos, según ha recogido la revista «Time» en su sección dedicada a Salud y Familia.
Los ciclos de luz afectan a la fertilidad
Aunque tradicionalmente los ciclos de menstruación han
estado influidos por el ciclo lunar, coincidiendo la luna llena con el
momento de la ovulación, en la actualidad esto ha cambiado. Al vivir en
un mundo dominado por la luz artifical, las mujeres ya no están tan en
sintonía con el calendario que «marca» la luna.
El uso de tacones puede afectar a los orgasmos
Los tacones muy altos, que fuerzan el empeine, hacen que
los talones creen una contracción de la pelvis muy similar al que se
produce en una mujer cuando tiene un orgasmo. Esto hace que la
musculatura inferior de la pelvis no pueda contraerse más durante el
orgasmo lo que, según Fromberg, hace que las mujeres no puedan tener
después «una experiencia completa».
La píldora disminuye la libido
Según explican los expertos, cualquier anticonceptivo tiene
como efecto secundario la disminución de la libido por motivos
psicológicos. Los autores señalan que existen casos en los que, a pesar
de que la mujer haya dejado de tomar los anticonceptivos, sigue teniendo
problemas para quedarse en estado.
Los orgasmos ayudan a la creatividad
Los orgasmos pueden hacer que las mujeres se sientan más
seguras, además de que sean más productivas y creativas. Además, se
trata de una situación que se retroalimenta, ya que según explica
Fromberg, las mujeres alcanzan la cumbre del placer de una manera más
completa cuando están siendo creativas.
Las sillas pueden llevar a la excitación
Ciertos tipos de sillas pueden activar las zonas erógenas
de la mujer, al activar los nervios de la región pélvica. La presión
sobre estos nervios puede llevar así a la excitación sexual. Sin
embargo, es un hecho con doble filo, ya que al estar sentadas la mayor
parte del día, también encoge el suelo pélvico y los músculos psoas
—músculos esenciales para un orgasmo completo—. Cuando estos músculos
están tensos por estar sentado demasiado tiempo, a las mujeres les
resulta más difícil lograr un orgasmo.
Cada mujer es diferente
Las terminaciones nerviosas de cada mujer se distribuyen de
forma diferente a lo largo de su cuerpo y, especialmente, en las zonas
erógenas. De esta manera, cada mujer necesitaría emplear métodos
diferentes para lograr un orgasmo.
El útero reúne el esperma
Según explica el experto, las pulsaciones que las mujeres
sienten durante el orgasmo son espasmos del útero tratando de reunir el
esperma. De hecho, los ligamentos que terminan en los labios mayores
«mueven al útero hacia adelante y hacia atrás durante el orgasmo para
que el cuello uterino tenga la oportunidad de recolectar el semen hasta
que se haya agrupado en la parte posterior», dice Fromberg. Esto
aumentaría «las posibilidades de fertilidad».
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