Si bien se culpa a los tampones en la mayor parte de los casos, del síndrome de shock tóxico (SST), el riesgo de tenerlo es muy bajo: lo tiene una de cada 100,000 mujeres que menstrúan por año en los Estados Unidos, de acuerdo a los investigadores Reinisch y Beasley.
Los investigadores están de acuerdo en que es probable que el staphyloccocus aureus sea el microorganismo causante del SST, pero aún no han averiguado qué otros factores podrían ayudar a predecir cuáles son las mujeres propensas a adquirir la enfermedad.
El staphyloccocus aureus puede existir normalmente en el cuerpo sin causar dificultades a menos que se reproduzca sin control; una forma de que esto suceda es llevar un tampón muy absorbente en la vagina, o usar uno durante un período largo. El microorganismo no procede del tampón.
La mujer que experimenta los síntomas de SST -fiebre alta, vómitos, mareos, diarrea, dolor muscular o ardor, como de quemadura solar- debe consultar de inmediato con el médico.
Para disminuir el riesgo de desarrollar el SST, convendría usar "toallas higiénicas" o compresas en lugar de tampones, usar una compresa por la noche o cambiar el tampón con mucha frecuencia (cada cuatro a seis horas durante el día). Además se deberían usar los tampones de menor absorción.
El SST se produce en mujeres menores de 30 años, aunque actualmente se sabe que también los microorganismos de SST pueden afectar a mujeres mayores, aunque no menstrúen.
También se hallan contraindicados al utilizar conjuntamente el DIU y los tampones por la alta posibilidad de infección que ello comporta. Su utilización simultánea actúa como una incubadora, siendo la vagina un buen caldo de cultivo.
No somos “relojitos” de modo tal que variaciones, mudanzas, estrés y cambios climáticos pueden determinar cambios en nuestro ciclo menstrual. Se considera normal la variación en más o menos 10 días si eso se produce una o dos veces por año.
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