Se
acabaron las horas perdidas dando vueltas y más vueltas en un
estacionamiento abarrotado. Volvo acaba de presentar un prototipo de
coche que roza la tecnomagia. No es que aparque sólo. Es que podremos
abandonarlo en la entrada del parking
y el solo dará las vueltas necesarias hasta que encuentra plaza y aparque.
Por
supuesto, no hay nada mágico en esto, sino una ingeniosa combinación de
sensores y algo de ayuda por parte del estacionamiento. El coche está
dotado de cámaras y sensores de proximidad para poder moverse de manera
autónoma evitando otros vehículos y peatones.
Los sensores del edificio ayudan al Volvo
a orientarse en los retorcidos pasillos del estacionamiento hasta que
encuentre una plaza libre. Una vez tiene lugar ese feliz suceso, el
coche aparca y nos envía un mensaje al móvil con el número de plaza e
indicaciones para encontrarlo cuando terminemos nuestros asuntos.
La mala
noticia es que aún no hay fecha exacta para que veamos esta tecnología
en la calle. Seguramente, además, sea complicada de implantar porque no
sólo depende del coche, sino también de dotar a los edificios de cierta
inteligencia. Aún así, ya la esperamos con impaciencia. 
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