Un fotógrafo los utiliza para hacer tomas aéreas
SANTO DOMINGO.- En República Dominicana todavía no llegamos a tener drones que reparten pizzas y cajas a domicilio pero el país se acerca. Sobre el cielo de Santo Domingo ya vuelan ejemplares de este tipo de aparatos que toman fotos y graban videos con fines comerciales. Se trata del nacimiento de un nuevo servicio fruto del desarrollo tecnológico. Y así en un futuro no muy lejano, será común la escena de estos aparatos distribuyendo carga o ayudando en labores de rescate.
Luis Delince, quien de profesión es fotógrafo, hace ocho meses vio esta oportunidad y decidió combinar su criterio de fotógrafo con las posibilidades comerciales del aparato. Adquirió uno y lo ha modificado hasta convertirlo en una suerte de cámara aérea, desde la que hace tomas y grabar videos a empresas y a particulares.
El costo de un dron depende de los fines. El precio del más básico anda entre US$$2,000 y US$5,000, y así hasta llegar a los US$18,000. El de su propiedad costó US$5,000, más las adaptaciones que le ha hecho, como modificar los motores para reducir la velocidad pero aumentar su resistencia además de las cámaras. También tiene la capacidad de regresar al mismo punto de donde partió en caso de que pierda la señal del control. Todo con la ventaja que el límite de su capacidad es prácticamente determinado sólo por la batería del aparato, ya que como no cuenta con tripulación puede volar sin parar.
Iniciado el neogocio ahora a través del programa de apoyo a las Pymes que desarrolla el Ministerio de Industria y Comercio, el fotógrafo busca formalizar el negocio con la esperanza de que la demanda del servicio aumente y esos US$500 que cobran por servicios se multipliquen para poder reinvertir y vivir de la pasión de tomar fotos a través de un lente aéreo ya no sólo en labores de fotografías si no también en otros proyectos para los que el dipositivo resulta útil como la cartografía, el apoyo en los servicios forestales, el seguimiento a las planificaciones urbanísticas o la gestión de patrimonio.
El equipo y las regulaciones
El equipo que Luis utiliza es un Hexacopter (por sus seis aspas) se eleva a una velocidad de seis metros por segundo y con un alcance de doce kilómetros dependiendo de la radio. Llevando carga se puede desplazar a una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora y sin cargar, a 90.
Posee un dispositivo que le permite estabilizar la cámara de fotos sin importar los movimientos del aparato. Con la misma cámara que se utiliza para tomar fotos, el controlador puede ver a través de unos visores cuya señal también se conecta a un monitor externo.
En el mundo, recientemente la regulación del espacio aéreo de los drones ha saltado a la palestra luego de que se esta semana se diera a conocer un video en que un dron alemán casi choca con un avión que llevaba 100 pasajeros, en Afganistán.
Según el Instituto de Aviación Civil estos dispositivos no se pueden volar por encima de 1,000 pies, que es la altura mínima en que vuelan los helicópteros. Sin embargo, para Luis, quien ha interactuado con este ambiente, la gente maneja estas normas con criterio particular. Aunque no han ocurrido accidentes.
Agradecimiento especiales a Luis Delince (XFlight2013@gmail.com, 829-308-4361)
SANTO DOMINGO.- En República Dominicana todavía no llegamos a tener drones que reparten pizzas y cajas a domicilio pero el país se acerca. Sobre el cielo de Santo Domingo ya vuelan ejemplares de este tipo de aparatos que toman fotos y graban videos con fines comerciales. Se trata del nacimiento de un nuevo servicio fruto del desarrollo tecnológico. Y así en un futuro no muy lejano, será común la escena de estos aparatos distribuyendo carga o ayudando en labores de rescate.
Luis Delince, quien de profesión es fotógrafo, hace ocho meses vio esta oportunidad y decidió combinar su criterio de fotógrafo con las posibilidades comerciales del aparato. Adquirió uno y lo ha modificado hasta convertirlo en una suerte de cámara aérea, desde la que hace tomas y grabar videos a empresas y a particulares.
El costo de un dron depende de los fines. El precio del más básico anda entre US$$2,000 y US$5,000, y así hasta llegar a los US$18,000. El de su propiedad costó US$5,000, más las adaptaciones que le ha hecho, como modificar los motores para reducir la velocidad pero aumentar su resistencia además de las cámaras. También tiene la capacidad de regresar al mismo punto de donde partió en caso de que pierda la señal del control. Todo con la ventaja que el límite de su capacidad es prácticamente determinado sólo por la batería del aparato, ya que como no cuenta con tripulación puede volar sin parar.
Iniciado el neogocio ahora a través del programa de apoyo a las Pymes que desarrolla el Ministerio de Industria y Comercio, el fotógrafo busca formalizar el negocio con la esperanza de que la demanda del servicio aumente y esos US$500 que cobran por servicios se multipliquen para poder reinvertir y vivir de la pasión de tomar fotos a través de un lente aéreo ya no sólo en labores de fotografías si no también en otros proyectos para los que el dipositivo resulta útil como la cartografía, el apoyo en los servicios forestales, el seguimiento a las planificaciones urbanísticas o la gestión de patrimonio.
El equipo y las regulaciones
El equipo que Luis utiliza es un Hexacopter (por sus seis aspas) se eleva a una velocidad de seis metros por segundo y con un alcance de doce kilómetros dependiendo de la radio. Llevando carga se puede desplazar a una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora y sin cargar, a 90.
Posee un dispositivo que le permite estabilizar la cámara de fotos sin importar los movimientos del aparato. Con la misma cámara que se utiliza para tomar fotos, el controlador puede ver a través de unos visores cuya señal también se conecta a un monitor externo.
En el mundo, recientemente la regulación del espacio aéreo de los drones ha saltado a la palestra luego de que se esta semana se diera a conocer un video en que un dron alemán casi choca con un avión que llevaba 100 pasajeros, en Afganistán.
Según el Instituto de Aviación Civil estos dispositivos no se pueden volar por encima de 1,000 pies, que es la altura mínima en que vuelan los helicópteros. Sin embargo, para Luis, quien ha interactuado con este ambiente, la gente maneja estas normas con criterio particular. Aunque no han ocurrido accidentes.
Agradecimiento especiales a Luis Delince (XFlight2013@gmail.com, 829-308-4361)
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