Investigadores
de la Universidad de Illinois y Washington han desarrollado una
diminuta cinta de luces LED que se puede, literalmente, inyectar en el
cerebro. ¿Para qué? Funciona como un implante y es capaz de estimular
zonas del cerebro mediante impulsos de luz.
Se trata de
una cinta lo suficientemente flexible y delgada como para entrar en el
ojo de una aguja. Mientras que sus LEDs son tan pequeños como el tamaño
de neuronas individuales. Su propósito como implante es inyectarse en el cerebro para proporcionar una interacción directa con el tejido nervioso.
El
procedimiento consiste en programar genéticamente neuronas específicas
que responden a la luz. La optogenética permite a los investigadores
estudiar las funciones especificas del cerebro que antes era imposibles
con la estimulación eléctrica, ya que afectaba un amplio rango de
neuronas, mientras que los medicamentos saturan todo el cerebro.
El implante
en forma de cinta flexible no solo incluye LEDs a nano-escala, sino
también sensores de temperatura y electrodos que pueden estimular y
registrar la actividad eléctrica. La cinta conecta los dispositivos a
una antena inalámbrica y un circuito rectificador que se alimenta
mediante radiofrecuencia. Este módulo se monta en la parte superior de
la cabeza y puede ser desconectado de la cinta cuando no está en uso
Aparentemente, este es uno de muchos ejemplos de microdispositivos inyectables que veremos en el futuro. [Wired]

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