Los científicos que trabajan en la Antártida se
enfrentan siempre al mismo problema: las placas de hielo se mueven unos
400 metros cada año en dirección hacia el mar. Además, la nieve y el
hielo entierran poco a poco cualquier estructura construída sobre el
continente helado.
Todo esto hace que las estaciones científicas y
edificios allí no duren más de 10 años. ¿Cómo solucionar el problema? Un
firma británica de arquitectos ha diseñado una base científica
futurista con unos pies hidraúlicos sobre esquís, capaces de elevarse a
medida que sube el nivel de hielo y de desplazarse según se mueven las
placas. No es un concepto, es real, se llama Halley VI y estará
plenamente operativa a partir del próximo 5 de febrero.
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