Tres activistas del Partido de los Trabajadores Kurdos fueron ejecutadas con un tiro en la cabeza en una sede del Instituto Kurdo de París
La ejecución ocurrió "mientras el gobierno turco trata directamente con el líder kurdo, Abdulá Ocalan", en prisión desde 1999, dijeron fuentes kurdas en París.
Las víctimas fueron identificadas como Sakine Cansiz, cofundadora del PKK; Fidan Dogan, representante del Congreso nacional de Kurdistán (KNK), con base en Bruselas, y Leyla Soylemez, una joven activista kurda.
El independentista Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) fue fundado en Turquía en 1978 y tiene un brazo armado denominado Fuerzas de Defensa Popular. Su líder es Abdulá Ocalan, condenado a cadena perpetua por delitos de terrorismo y separatismo. El grupo es considerado una organización terrorista por Turquía, los Estados Unidos y la Unión Europea.
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Los cuerpos de las tres mujeres se descubrieron en la noche entre el miércoles y el jueves en la sede del Instituto Kurdo. "La escena del crimen sugiere que se trata de una ejecución, pero la investigación deberá aclarar las circunstancias", dijeron las fuentes del caso.
Los cadáveres fueron hallados por algunos amigos de las víctimas, preocupados porque sus continuas llamadas telefónicas no tenían respuesta.
Leon Edart, responsable de la federación de las asociaciones kurdas, afirmó que las tres mujeres mantenían una reunión en una oficina del primer piso del edificio, donde sólo se puede acceder digitando un código y luego llamando al intercomunicador.
Según sospecha la Policía, las víctimas le abrieron la puerta a quien o quienes luego las ejecutaron.
Las víctimas fueron identificadas como Sakine Cansiz, cofundadora del PKK; Fidan Dogan, representante del Congreso nacional de Kurdistán (KNK), con base en Bruselas, y Leyla Soylemez, una joven activista kurda.
El independentista Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) fue fundado en Turquía en 1978 y tiene un brazo armado denominado Fuerzas de Defensa Popular. Su líder es Abdulá Ocalan, condenado a cadena perpetua por delitos de terrorismo y separatismo. El grupo es considerado una organización terrorista por Turquía, los Estados Unidos y la Unión Europea.
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Los cadáveres fueron hallados por algunos amigos de las víctimas, preocupados porque sus continuas llamadas telefónicas no tenían respuesta.
Leon Edart, responsable de la federación de las asociaciones kurdas, afirmó que las tres mujeres mantenían una reunión en una oficina del primer piso del edificio, donde sólo se puede acceder digitando un código y luego llamando al intercomunicador.
Según sospecha la Policía, las víctimas le abrieron la puerta a quien o quienes luego las ejecutaron.
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