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Inglaterra, el país que combate el crimen sin armas

En la última década disminuyó la inseguridad, los asesinatos y los delitos contra la propiedad gracias a políticas de control e inclusión, y a una policía desarmada pero eficiente

 Tanto bajaron las tasas de criminalidad que actualmente las probabilidades de que un inglés sufra un delito se encuentran en su mínimo histórico.
 Londres es el mejor ejemplo. Tiene una población estimada en 7 millones de habitantes, para la que hay 30 mil policías.
 Entre 2000 y 2010 los homicidios en la capital del país pasaron de 190 a 113 por año, lo que representa una reducción del 40 por ciento, según estadísticas de la Policía Metropolitana de Londres. En el mismo lapso, los asaltos pasaron de 77.083 a 43.571, un 43 por ciento menos.
 Pero el dato más impactante se verifica en los delitos contra la propiedad, que descendieron de 116.027 a 33.480, un 71 por ciento.
 La única deuda pendiente son las violaciones, que en el mismo período aumentaron de 2.498 a 2.839.

 El diagnóstico

El Gobierno laborista, que en ese momento encabezaba Tony Blair, detectó que uno de los principales focos de conflicto era la delincuencia juvenil.

Lo primero fue descifrar las posibles causas del fenómeno. Hallaron dos: el aumento de los divorcios y la mayor inestabilidad y desprotección laboral. Así, había cada vez más padres separados, que trabajan, y que hasta tenían que conseguir dos empleos para subsistir. Esto dejaba a los jóvenes la mayor parte del tiempo solos, sin la supervisión que necesitaban.

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