Stephen Box, al igual que la mayoría de los hombres estadounidenses, está circuncidado.
Cuando nació su bebé, hace siete meses, tuvo que tomar la decisión de circuncidar o no a su hijo. No fue fácil."Me daba cierta incomodidad pensar que sería diferente a mí", dice.
Box es parte de una generación en Estados Unidos para la cual este procedimiento es casi universal. Sin embargo, tras meditarlo extensamente, Box y su esposa decidieron no someter a su hijo a este procedimiento quirúrgico.
Ambos sentían que no podían hacerlo, a menos que encontrasen una buena razón. Y no la encontraron.
"No había un argumento fuerte para hacerlo y había motivos de duda", recuerda Box.
Cambio de tendencia
En junio de este año una corte en Alemania determinó que la circuncisión era dañina para los menores y constituía una violación de los derechos del niño.La decisión del tribunal fue interpretada por judíos y musulmanes en ese país europeo como un ataque a uno de los fundamentos de su religión, pero las críticas surgieron incluso del otro lado del Atlántico.
A diferencia de Europa, donde la tasa de circuncisión es menor y suele estar confinada a la comunidad judía y musulmana, este procedimiento es uno de los más comunes en EE.UU.
El 75% de los adultos estadounidenses está circuncidado. Se producen más de un millón de estas intervenciones al año, es decir, una cada tres segundos.
Pero la tendencia está mermando debido a padres -como Stephen Box y su esposa- que deciden romper con la tradición, a lo que se suma un movimiento que aboga cada vez más por terminar con esta intervención.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), entre el 55 y el 57% de recién nacidos en EE.UU. son circuncidados en el hospital, y esta cifra cae un 1% al año.
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