Son pocas las precauciones que se pueden tomar contra una bala perdida.
Oakland, California. Enero 10,
2008. Christopher Rodríguez, un niño de 10 años, tomaba una lección de
piano cuando se produjo el robo de una gasolinera en el vecindario. Hubo
disparos. Una de las balas atravesó la pared de la escuela de música e
impactó en el torso de Christopher dejándolo parapléjico.
Conmocionado por la tragedia, el doctor Garen
Wintemute, médico de Urgencias y experto en Prevención de Violencia de
la Universidad de California, en Davis, inició una investigación de
incidentes similares en todo Estados Unidos para conocer el efecto de
las balas perdidas en la población.Como el blanco de una bala perdida no se puede predecir, el doctor Wintemute concluye que se deben aplicar medidas directas que reduzcan los hechos violentos, en particular, el control de armas de fuego.

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