RINCÓN, Samaná.- Desde la Ciudad cualquiera se imagina
como es la vida del campo en la República Dominicana. Como se cultiva
un conuco, como se ordeña una vaca o como se duerme en una casita de
tabla y cana en medio del follaje y bajo el arrullo de las aves y de
los pajaritos.
Alguien que haya habitado en una comunidad rural lo podría explicar
con palabras, pero no es igual que vivir la experiencia de manera
personal.
Eso lo confirman los que han tenido el privilegio de conocer la vida
campesina a través del proyecto ecoturístico Ecocampo La Sangría,
ubicado en el pequeño poblado de Los Tocones, en Las Galeras de Samaná y
a pocos minutos de Playa Rincón, considerada por publicaciones
especializadas como una de las diez mejores playas del mundo.
Se trata de un original proyecto ecológico, alimentado con energía
solar, que cuenta con siete cabañas hechas en madera y cana, rodeadas
de flores, cocoteros, palmeras y frutales, separadas unas de otras,
lo que permite a los visitantes sentirse en un ambiente tranquilo y
en total privacidad.
Certificado por “Dominican Treasures”
La Sangría ha recibido en el pasado mes de abril la certificación de
“Dominican Treasures”, un acreditado reconocimiento que se otorga a los
productos y servicios turísticos dominicanos que cumplen con estándares
de calidad y sostenibilidad basados en los criterios globales de
turismo sostenible.
La certificación es auspiciada por el Consorcio Dominicano de
Competitividad Turística (CDCT). Mientras que las opiniones que expresan
los visitantes de este proyecto a través de la prestigiosa publicación
Tripadvisor, coinciden en definirlo como excelente.
Este peculiar establecimiento es dirigido por una extraordinaria
mujer, que combina en su personalidad la belleza de la mujer del Caribe,
la fortaleza y la bondad del campesino dominicano, y al mismo tiempo
la notable pericia de una profesional especializada en el área de la
administración turística, con 16 años de estudio y experiencia laboral
en Cánada y España.
“Hemos tratado de mantener el ambiente lo mas natural posible, y que
la rutina diaria del campo fluya como un día normal del campo, sobre
todo queremos que nuestros huéspedes se sientan parte de nuestra
comunidad durante su estadía. Que experimenten lo que es la vida rural, y
que al mismo tiempo aprecien las maravillas y dificultades que
significa vivir en el campo”, explica María Cristina al describir la
filosofía del proyecto.
La esencia del campo dominicano
En La Sangría se ofrece a los visitantes la oportunidad de
participar en actividades sencillas, desde ordeñar una vaca, hasta
plantar en el conuco y cosechar los frutos. Cocos, mangos, naranjas,
limones, aguacates, chinolas, lechozas y piñas, abundan en el terreno
del proyecto para el consumo ilimitado de los huéspedes.
También hay plátanos, guineos, batatas, yucas, ñames, yautias, huevos
de gallina y otros productos de campo que forman parte de la gastronomía
del lugar y de la comida que se sirve en el proyecto, además de todo
tipo de carnes y pescados procedentes de la zona.
Dedicadas a huéspedes que quieran pasar algunos días en un ambiente de
privacidad o a grupos interesados en compartir la experiencia de la vida
campesina, el proyecto cuenta con un área recreacional común en forma
de enramada, con hamacas para “echar una pavita”, para leer o
simplemente para disfrutar de un momento de relajamiento lejos del
mundanal ruido. Via Telenoticias

0 Comentarios