España, con la generación de futbolistas más brillante de su historia, ganó su tercer partido definitorio en cuatro años de éxito en el Olímpico de Kiev.
La "Roja" salió decidida a lastimar en los primeros instantes del juego y a los 14 minutos logró romper el cerrojo “azzurro”. Andrés Iniesta jugó entre líneas, asistió a Cesc Fábregas que llegó exigido hasta la línea de fondo y David Silva, de cabeza, en posición de "9" batió a Buffon, que ya no podía hacer nada.
Los italianos, afectados por el impacto, mostraron su fortaleza para llevar riesgo al arco español y conseguir la igualdad inmediata, pero Iker Casillas comenzó a transformarse en figura. Antonio Cassano se topó con sus manos en el minuto 33.
A los 41, un pase fantástico de Xavi por dentro habilitó a Jordi Alba, y el nuevo refuerzo del Barcelona, delante de Buffon, definió por bajo para marcar 2-0 y desatar la algarabía española antes del descanso en Ucrania.
El complemento fue un festival ibérico. En el minuto 50 pudo sentenciar la definición si el árbitro portugués, Pedro Proenca, sancionaba una clarísima mano de Bonucci tras un cabezazo de Ramos. Era penal.
Pero tuvo que esperar hasta los 84 minutos para dar rienda suelta a los festejos. Fue el "Niño" Fernando Torres el encargado de estampar el tercero con una bonita definición ante la deseperada salida de Buffon.
En el minuto 88, la dupla ofensiva del Chelsea decoró el marcador. Juan Mata, después de una notable asistencia de Torres, definió a la puerta vacía para el 4-0 definitivo.
Silbatazo final en Kiev y final de una Eurocopa apasionante pero con un campeón previsible: España, el "Rey de Europa". El mejor seleccionado de todos en los últimos cuatro años. Imbatible.
Italia perdió el invicto tras un torneo magnífico y se marcha con una derrota inmerecida en la final. Fue aplastado por un rival superior. Pero se retira con la frente en alto y muchas esperanzas para el futuro.
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