Tras un censo sin precedentes, los científicos calcularon que una persona sana puede portar más de 10.000 especies de microbios, hongos y otros gérmenes. El objetivo es comprender por qué unas se enferman y otras no
El Gobierno de los Estados Unidos difundió el miércoles los resultados del Proyecto Microbioma Humano,
para definir qué es normal en este misterioso mundo microscópico.
Viviendo sobre nuestra piel o dentro de la nariz y los intestinos,
tenemos unas 10 mil bacterias, hongos y otros microbios que reunidos
podrían pesar, sorprendentemente, más de un kilogramo. Puede parecer asqueroso, pero muchos trabajan a nuestro favor, al mantenernos sanos.
Una sorpresa: resulta que casi todo el mundo alberga niveles bajos de algunos tipos de bacterias perjudiciales -agentes patógenos conocidos por causar infecciones específicas-, pero cuando una persona está sana esos bichos simplemente coexisten tranquilamente con los microbios benignos o útiles, tal vez controlado ellos.
Un total de 242 adultos estadounidenses se ofrecieron a hacerse pruebas para el proyecto. El siguiente paso es explorar lo que los médicos realmente quieren saber: ¿Por qué los bichos malos dañan a algunas personas y no a otras? ¿Qué es lo que modifica la fauna microbiana de una persona y la pone en riesgo de contraer enfermedades que incluyen infecciones simples, el síndrome de intestino irritable y la soriasis?
Los resultados ya están cambiando las concepciones de los científicos de cómo las personas se mantienen saludables o cómo se enferman. "Esta es una nueva forma de ver la biología humana y las enfermedades humanas, y es impresionante," comentó el doctor Phillip Tarr, de la Universidad de Washington en St. Louis, uno de los principales investigadores del proyecto de 173 millones de dólares, financiado por los Institutos Nacionales de Salud.
"Estas bacterias no son pasajeras", subrayó Tarr. "Son metabólicamente activas. Como en una comunidad, tenemos que tenerlos en cuenta, de la misma manera en la que tomamos en cuenta el ecosistema en un bosque o en una masa de agua".
Y al igual que los ecosistemas del medio ambiente, su fauna microbiana varía según la parte del cuerpo: su axila equivale a una selva tropical.
Los científicos saben desde hace mucho que el cuerpo humano convive con billones de gérmenes, lo que llaman el microbioma, pero no sabían qué microbios vivían en qué partes de las personas sanas, y qué es lo que hacen realmente.
Unos 200 científicos de 80 instituciones de investigación trabajaron juntos durante cinco años en este censo sin precedentes para comenzar a responder estas preguntas. Los resultados fueron publicados el miércoles en una serie de informes en la revista Nature y las publicaciones de la Biblioteca Pública de Ciencia de Estados Unidos (PLoS por sus siglas en inglés).
Una sorpresa: resulta que casi todo el mundo alberga niveles bajos de algunos tipos de bacterias perjudiciales -agentes patógenos conocidos por causar infecciones específicas-, pero cuando una persona está sana esos bichos simplemente coexisten tranquilamente con los microbios benignos o útiles, tal vez controlado ellos.
Un total de 242 adultos estadounidenses se ofrecieron a hacerse pruebas para el proyecto. El siguiente paso es explorar lo que los médicos realmente quieren saber: ¿Por qué los bichos malos dañan a algunas personas y no a otras? ¿Qué es lo que modifica la fauna microbiana de una persona y la pone en riesgo de contraer enfermedades que incluyen infecciones simples, el síndrome de intestino irritable y la soriasis?
Los resultados ya están cambiando las concepciones de los científicos de cómo las personas se mantienen saludables o cómo se enferman. "Esta es una nueva forma de ver la biología humana y las enfermedades humanas, y es impresionante," comentó el doctor Phillip Tarr, de la Universidad de Washington en St. Louis, uno de los principales investigadores del proyecto de 173 millones de dólares, financiado por los Institutos Nacionales de Salud.
"Estas bacterias no son pasajeras", subrayó Tarr. "Son metabólicamente activas. Como en una comunidad, tenemos que tenerlos en cuenta, de la misma manera en la que tomamos en cuenta el ecosistema en un bosque o en una masa de agua".
Y al igual que los ecosistemas del medio ambiente, su fauna microbiana varía según la parte del cuerpo: su axila equivale a una selva tropical.
Los científicos saben desde hace mucho que el cuerpo humano convive con billones de gérmenes, lo que llaman el microbioma, pero no sabían qué microbios vivían en qué partes de las personas sanas, y qué es lo que hacen realmente.
Unos 200 científicos de 80 instituciones de investigación trabajaron juntos durante cinco años en este censo sin precedentes para comenzar a responder estas preguntas. Los resultados fueron publicados el miércoles en una serie de informes en la revista Nature y las publicaciones de la Biblioteca Pública de Ciencia de Estados Unidos (PLoS por sus siglas en inglés).
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