Un hombre que duró 29 años en una infructuosa persecución de otro hombre, para vengar la muerte de un tío suyo, fue sentenciado ayer a 30 años de prisión por el asesinato en venganza del sobrino del perseguido, Melvin Bienvenido Martínez Lara, en el sector Los Ángeles de la capital.
Los
jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, presidido
por la jueza Pilar Rufino Díaz, condenaron a la pena máxima a Fernando
Antonio Lara y al pago de una indemnización de cinco millones de pesos
como reparación de daños a la familia de Martínez Lara.
De acuerdo a la acusación del ministerio público, Antonio Lara duró casi tres décadas persiguiendo al hombre que había matado a su “tío querido, a quien quería como a un padre”, buscándolo hasta en Estados Unidos. Al no dar con su paradero,
se desesperó y tomó venganza matándole a un sobrino. En la audiencia,
Antonio Lara declaró que la muerte de su tío le frustró su vida desde
que era pequeño, y que los familiares del victimario se burlaban de su
familia, diciéndole que el asesino de su tío no había sido apresado.
En la acusación se señala que desde enero de 2010, el imputado frecuentaba la empresa Transdiesel del Caribe, ubicada en la avenida Monumental del sector Los Ángeles, simulando que buscaba empleo, reuniéndose, debajo de un árbol cercano a esa empresa, con personas que sí tenían ese propósito.
En realidad, el imputado lo que hacía era acechar a Martínez Díaz, para perpetrar su asesinato.
El 13 de enero del mismo año, cerca de las 4:30 de la tarde, Lara se presentó al taller “Servifreno Los Girasoles”, propiedad
de Martínez Lara, acercándose a éste cuando reparaba un vehículo y, sin
mediar palabras le hizo tres disparos con un revólver Smith &
Wesson, calibre 38, que le ocasionaron la muerte.
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