(CNN) — Helen Olive tuvo su primer ataque alérgico hace 11 años. Despertó al sentir su cuello como si estuviera ardiendo.
“Fue terrible”, dijo Olive, de 42 años. “La sensación estaba en todo mi cuerpo y desarrollé urticaria”.Olive, delgada, con cabello castaño rojizo ondulado y ojos azules, parecía perfectamente saludable. Pero despertarse a media noche con comezón incontrolable y náuseas se volvió algo común en su vida.
Un caluroso día de verano en 2008 iba manejando su motocicleta con su esposo, cuando decidieron parar a comer en un restaurante local. “Comí una ensalada de queso azul con puntas de carne”, dijo Olive. “Después tuve la misma reacción, excepto que el Benadryl no funcionó”.
A medida que sus síntomas aumentaron, hizo una cita en el Centro de Asma y Alergias de su localidad. Una prueba de sangre mostró que era muy alérgica a la carne. El médico de Olive le informó que la alergia “no era común”.
Pero dos alergólogos en la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, han recolectado datos mostrando que la alergia a alimentos que Olive tiene, conocida como galactosa-alfa-a-1.3 (abreviada alfa-gal), afecta a más de 1,500 estadounidenses (menos de uno por cada 200.000). Los investigadores sospechan que hay muchos más casos no identificados.
“La clave de la alergia es el azúcar”, dijo el médico Thomas Platts-Mills, quien descubrió la alergia con su colega Scott Commins, y publicaron sus descubrimientos en 2009.
Esencialmente, alfa-gal es un conjunto de azúcares que siempre está junto en la sangre, que está en la carne de todos los mamíferos que no son primates, incluyendo venados, gatos y perros. “También hemos visto anafilaxia en Francia con la carne de caballo y cabra”, dijo Platts-Mills. La anafilaxia es una falla generalizada de los sistemas respiratorio y cardiaco.
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