¿Os acordáis de los experimentos que se estaban haciendo casi un año con pilas de 9V enchufadas al cerebro?
Pues parece que a pesar de lo absurdo que sonaba, varios científicos de
diversas ramas han empezado a usar el mismo concepto para comprobar su
eficacia y posibles problemas. Los resultados por ahora parece que son positivos y que no hay efectos secundarios, pero entonces ¿cuál es el problema?
Los estimuladores de corriente continua transcraneales (tDCS) parecen ser una manera efectiva de mejorar el aprendizaje, tus habilidades videojueguiles y hasta paliar la depresión.
Aunque la estimulación eléctrica del cerebro no es algo nuevo, tras las pruebas de DARPA
se ha creado una enorme expectación en el público en general, ya que
fabricarte el dispositivo en sí no cuesta apenas nada y los efectos
secundarios no tienen pinta de llegar a mucho más que ver a veces luces
de colores.
Pero claro, esto también ha llevado a varios científicos a plantearse
cuales son los posibles conflictos que puede causar. A ninguna empresa
le interesa crear un dispositivo así, ya que resulta esencialmente
simple y barato, pero entonces ¿cómo llevar esta tecnología a las masas?
¿Algo tan delicado como trastear con el cerebro debería dejarse como
proyecto DIY o los gobiernos deberían plantearlo para llevar dicha
tecnología a los ciudadanos de manera segura y educando sobre el tema?
Y no sólo eso, aunque sus efectos en adultos parece que se conocen,
¿qué pasaría si de repente empieza a usarse con niños? ¿Deberían hacerse
pruebas con ellos a pesar de que el concepto de voluntariedad es tan
difuso?
¿Qué impide que a algunos padres, al igual que aquellos que explotan a
sus hijos para convertirlos en “superadultos”, luego no se les vaya la
pinza y enchufen a su hijo durante horas sin conocer que puede pasar?
La respuesta ante todo esto es que aunque parece que funciona, no recomiendan su uso por ahora, hasta que no haya una cierta regulación sobre el tema que lo haga seguro y fiable para todos.
Pero claro, como adulto con juicio propio siempre puedes probar y
arriesgarte, no creo que cause mayor daño que ver 5 minutos de tele de
sobremesa, pero elijas lo que elijas, ten cuidado y que conste que en
Gizmodo aconsejamos no hacer DIY cerebral, asi que no nos eches la culpa
si luego te conviertes en un zombie sanguinario. [Scientific American]

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