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Lo que quizás no sabías del radio


Febrero 21, 2015

Lo que quizás no sabías del radi


No es cierto que no tenía nada puesto... tenía puesto el radio"

Radio por teléfono

El Drahtfunk (radio por cable) fue un ancestro primitivo de la banda ancha: una manera de escuchar radio conectándose a la línea telefónica.
Fue desarrollado en Noruega y Suiza, donde las montañas dificultaban la transmisión de radio, de manera que originalmente se enviaba por los cables de electricidad.
Pero en los años 30, con la llegada del teléfono, se empezaron a usar esos cables.
A diferencia del radio, drahtfunk no podía ser bloqueado, así que los alemanes lo usaron en la Segunda Guerra Mundial. Era particularmente útil durante los bombardeos aéreos, cuando los transmisores de radio convencionales tenían que apagarse para evitar que fueran usados por el enemigo para encontrar su ubicación.
También era una manera más segura de alertar a la gente de los bombardeos que las sirenas y fue lo que más hizo que la gente se fuera a los refugios. Se comunicaba en detalle la cercanía y progreso de los aviones enemigos. Los berlineses se reunían con mapas del área local e iban siguiendo el curso de los bombarderos a medida que el presentador leía las coordenadas.
Drahtfunk siguió usándose hasta los años 50 en el sector estadounidense de Berlín, aunque para ese entonces las transmisiones eran más alegres.

Gustav Eiffel originalmente propuso que la Torre Eiffel fuera usada como un mástil de radio inalámbrico

    Radio Facebook



    Like

    Una especie de precursor de los "me gusta" de Facebook fue Radiovota.
    Era una caja que se le adjuntaba al radio y funcionaba como un aparato para hacer encuestas instantáneas.
    Tenía tres botones: Presente, No y Sí.
    Con ellos, la gente podía comentar sobre lo que estaba escuchando.
    La intención inicial fue probar la popularidad de las canciones, pero inmediatamente resultó obvio que tenía un potencial más amplio.
    Un comentarista predijo que "el presidente de Estados Unidos puede pararse frente a un micrófono, hacer una pregunta sobre política pública y recibir la respuesta inmediata de millones".
    No funcionó, pues cuando el radioescucha apretaba el botón, la señal se demoraba siete horas en llegar a la estación de monitoreo.
    La televisión contrae la imaginación, la radio la expande"
    Terry Wogan
    THINKSTOCK

    Radio a gas

    En los años 30, las compañías de gas británicas lucharon para evitar que los consumidores los dejaran por la electricidad. Identificaron el radio (que en esos días tenía que estar conectado a la red eléctrica) como la "aplicación mortal" de sus rivales. Si la gente quería escuchar a la BBC, eso quizás los llevaría a cambiarse a la electricidad. Para prevenirlo, desarrollaron un equipo de radio que funcionaba a gas.


    Un modelo de radio a gas del Museo de Gas en Leicester, Inglaterra.
    Un modelo de radio a gas del Museo de Gas en Leicester, Inglaterra

    Medía casi un metro de alto, con el radio mismo arriba y un quemador de gas debajo metido en un gabinete forrado con asbestos.
    Como bono, ayudaba a calentar un poco la habitación.
    Después produjeron máquinas de lavar, gramófonos y aspiradoras a gas, pero desafortunadamente nada se vendió bien.
    Esos aparatos se valían del efecto termoeléctrico: la corriente se obtiene explotando la diferencia en temperatura entre el artilugio y su entorno.
    En Rusia eso se usó para desarrollar un radio que funcionaba con keroseno, que se usaba en áreas rurales en las que no había electricidad: para lograr que la temperatura ambiente estuviera lo suficientemente fría, uno tenía que escuchar radio con todas las ventanas abiertas.

    Para jugar dardos con el campeón



    Dardos

    Algo que podrías haber escuchado en la radio en Reino Unido en los años 30 era dardos.
    En 1938, el campeón F.H. Wallis retó a toda la audiencia radial a un juego de 301.
    Desde el pub Alexander Arms en Eastbourne, tiraba sus tres dardos y se anunciaba cuántos puntos había logrado. Luego había una pausa para que los radioescuchas tiraran sus tres dardos, donde fuera que estuvieran.
    No se ofreció ningún premio: los radioescuchas que le ganaran a Wallis podían "darse una palmada en la espalda y contárselo a sus colegas de trabajo al día siguiente".
    La radio es un medio de entretenimiento que le permite a millones de personas escuchar el mismo chiste al mismo tiempo y sin embargo seguir solas"
    T.S. Elliot 1888-1965
    THINKSTOCK
    QI es un programa de la BBC cuyo lema es que "todo es interesante". Y sorprendente, pues a menudo descubrimos que lo que "todo el mundo sabe" es errado y que lo que no sabemos es fascinante.
    Volveremos con QI el próximo fin de semana. Entre tanto, puedes visitar qi.com. La editorial Faber publica aplicaciones y libros de QI en inglés y la editorial Paidós, libros en español ("El pequeño gran libro de la ignorancia").

    Diciembre 14, 2014
    El misterioso mundo de las "emisoras de números"
    Vivimos en la era de espionaje hipertecnológico, correos electrónicos cifrados y criptografía aturdidora. No obstante, en la radio de onda corta, todavía se puede escuchar una forma de espionaje muy anticuada...
    Son las 13:03 de un martes en una habitación abarrotada con equipos de radio medianamente avanzados. De repente se oye por onda corta es un mensaje de 10 minutos en clave Morse.
    Hay una pequeña comunidad de aficionados que creen que este tipo de mensajes son un vestigio de la era de espionaje de la Guerra Fría.
    Se trata de las misteriosas "emisoras de números" o "estaciones numéricas".

    "Ein... zwei... drei..."


    En el clímax de la Guerra Fría, los amantes de la radio en todo el planeta empezaron a notar unas transmisiones bizarras.
    Empezaban con una melodía rara o el sonido de varios pitidos, seguidos por el inquietante sonido de una voz extraña de mujer contando en alemán o una escalofriante voz de un niño recitando letras en inglés.
    Al toparse con esos mensajes en onda corta, muchos aficionados concluyeron que estaban siendo usados para enviar información codificada a través de distancias extremadamente extensas.
    Escuchar este tipo de mensajes era una experiencia curiosa y los entusiastas les dieron nombres pintorescos como "La rapsodia sueca" o "La estación gong".

    Para agentes secretos

    Los tiempos han cambiado y la tecnología se ha desarrollado, pero hay evidencia de que este aparentemente anticuado método de comunicación podría seguir en uso.
    Aunque las estaciones de números de onda corta a la luz de hoy parezcan de baja tecnología, probablemente siguen siendo la mejor opción para transmitirle información a los agentes secretos, indican algunos expertos en espionaje.
    "Nadie ha encontrado una manera más conveniente y expedita de comunicarse con un agente", resalta Rupert Allason, un autor que se especializa en asuntos de espionaje y escribe bajo el seudónimo de Nigel West.
    "Para las agencias de inteligencia, su único propósito es comunicarse con sus espías en lugares prohibidos: territorios en los que es difícil usar una forma consensuada de comunicación", le dice a la BBC.
    Un antiguo funcionario del GCHQ, el Cuartel General de Comunicaciones del gobierno británico, quien no quiere ser nombrado y cuya tarea era interceptar señales enviadas a Reino Unido y buscar esas estaciones de números en los años 80, también afirma categóricamente que son transmisiones para agentes secretos o mensajes para las embajadas.
    Se trata de una comunicación en un sólo sentido: los emisores le transmitían números a los destinatarios; estos no respondían.

    Un espía y un radio

    ¿Por qué habrían usado las estaciones de números?
    "El sistema es completamente seguro pues los mensajes no pueden ser rastreados; el destinatario puede estar en cualquier lugar del mundo", explica Akin Fernández, creador del Proyecto Conet, un archivo del fenómeno de las estaciones de números.
    "Es fácil: uno sólo tiene que mandar a los espías a un país y decirles que compren un radio. Ellos sabrán dónde y cuándo sintonizar", le dice a la BBC.




     
    Un espía, un rádio y un código: eso es todo lo que se necesita para comunicarse por onda corta en secreto.
    A Fernández le fascinó el misterio de las estaciones de números.
    "Era tan raro que quise saber más sobre el fenómeno". Por ello, dedicó tres años de su vida para hacer un archivo coherente de estas emisoras.
    "Una vez las escuchas, te afectan", dice. "Yo nunca anticipé que estaría hablando de ellas 17 años después de escuchar una transmisión por primera vez".

    ¿Una broma?

    A diferencia de otros aspectos de la época de la Guerra Fría, las estaciones de números no dejaron una huella duradera en la cultura popular. "Es un tema soso... hasta que uno los escucha", dice Fernández.
    "Es una manera segura de comunicarse entre los servicios de inteligencia y sus espías, y es incomprensible", apunta Phillip Davies, profesor de Política e Historia de la Universidad Brunel de Londres.
    No obstante, el espionaje no fue la única explicación que se consideró.
    Algunos llegaron a argumentar que se trataba de una elaborada broma. Sin embargo, la escala de las emisoras -frecuencias múltiples en diferentes lenguajes- hace que esa explicación parezca improbable. Fernández señala que un bromista tendría que invertir millones de dólares para comprar transmisores de radio.

    Libretas de un solo uso

    A pesar del halo de misterio que rodea al espionaje, se ha filtrado algo de evidencia sobre el propósito de las estaciones de números.




     
    En Estados Unidos, hace apenas 4 años, se dijo que unos espías rusos se valían de "transmisiones de radio cifradas".
    "Hubo filtraciones anónimas, historias de gente que fue arrestada con radios y libretas de un solo uso (un tipo de algoritmo de cifrado), y otras piezas de evidencia, así como algunos libros y revistas publicados en privado", cuenta Fernández.
    Las libretas de un solo uso servían para tener un código que impedía que quien estuviera escuchando pudiera descifrar el mensaje.
    En 1989, un espía checo fue arrestado en Reino Unido porque su equipo estaba fallando y se escuchaba en los apartamentos de otra gente. Y, "cuando el gobierno de Ceausescu colapsó, cesaron las transmisiones desde Rumania", apunta el exfuncionario de GCHQ.

    Sin rastro

    Los expertos están seguros de que las emisoras numéricas todavía existen, aunque haya menos.
    "De igual manera que otros trucos de espías, como pretender que uno está alimentando a los patos al lado de un lago, todavía existen, las estaciones de números también", afirma el radioaficionado Al Bolton. "Es un método anticuado pero seguro".









     
    Lápiz y papel: aunque anticuado, fácil de destruir.
    Las computadoras casi siempre dejan rastros, mientras que el papel y lápiz son fáciles de destruir.
    "El peligro con una computadora es que si a uno lo atrapan, es posible acceder a los datos, mientras que uno puede comerse una libreta de un solo uso, o echarla por el inodoro".
    En la redada de espías rusos de 2010 en Estados Unidos, los documentos presentados en la corte decían que estos habían usado "transmisiones de radio cifradas e información encriptada", una pista que apunta a que quizás recibían sus órdenes por la vía de las emisoras numéricas en onda corta.

    Si dudas...

    A pesar de todas las pistas, ningún gobierno o servicio de inteligencia ha admitido o negado oficialmente haber usado o usar las estaciones de números.

    Consigue un radio de onda corta, espera a que sea de noche y empieza a buscarlas
    "Cuando lanzamos el Proyecto Conet, algunas agencias de espionaje admitieron que 'no eran para el consumo público'. Eso es lo más cercano a una admisión que hemos logrado", dice Fernández.
    Aunque los escépticos siguen retando a los entusiastas sobre el verdadero propósito de esas emisoras, lo que es cierto es que no son producto de la imaginación.
    Si no lo crees, "consigue un radio de onda corta, espera a que sea de noche y empieza a buscarlas", aconseja Fernández.
    Y luego, escucha y asómbrate.

    Dia Mundial de la Radio
    Hoy 13 de febrero se celebra el Día Mundial de la Radio, declarado por la UNESCO. La fecha encuentra a la radiodifusión nacional en un momento de importantes avances y acorde a las nuevas tecnologías. Según entendidos, sólo falta un poco de atención a la preparación del personal que presta su voz para trabajar en ella. Por Mariela Mejía

    El Día Mundial de la Radio. Desde los días de la intervención norteamericana en el país, entre 1916 y 1924, se escuchan ondas hertzianas en la República Dominicana cuyo uso fue transformado y, a la fecha, ya el país cuenta con más de 380 emisoras.
    El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones ha afirmado que, en término de capacidad poblacional y densidad territorial, el país tiene la mayor cantidad de emisoras de todo el mundo y que, según estudios, el 93% de la población se entera por la televisión y el 63% por la radio.

    La Conferencia General de la Unesco, en su reunión 36, en noviembre de 2011, proclamó el 13 de febrero el Día Mundial de la Radio, fecha en que se creó Radio Naciones Unidas en 1946.

    La Unesco resalta que la radio se considera como un medio de comunicación de bajo costo, "especialmente apropiado para llegar a las comunidades alejadas y a las personas vulnerables como los analfabetos, los discapacitados, las mujeres, los jóvenes y los pobres, que, además, ofrece una plataforma para intervenir en el debate público, independientemente de cuál sea el nivel de educación de los oyentes".

    En un mensaje conjunto que difundió junto con la Unión Internacional de Telecomunicaciones resalta que "están apareciendo nuevas herramientas para elaborar material de audio, al tiempo que la distribución es cada vez más eficaz. La radio está cada vez más digitalizada, democratizada y personalizada".

    En la República Dominicana y como ocurre en otras naciones, la radio desempeña un papel importante en la comunicación en situaciones de emergencia y en las operaciones de socorro.

    Teo Veras, director de las emisoras La 91 FM y Raíces, y locutor de radio desde el año 1969, entiende que la radiodifusión criolla está actualmente a la vanguardia de los estándares internacionales. "Estamos con tecnología de punta y el locutor dominicano es un radiodifusor muy emprendedor y siempre está al tanto de lo último que está saliendo en el mercado", dice.

    El expresidente de la Asociación Dominicana de Radiodifusores, José Enrique Mc-Dougal, también considera que ese sector de la comunicación ha crecido enormemente. "Actualmente se hacen esfuerzos sobrehumanos para poder mantener el fortalecimiento y sostenimiento de esos medios de difusión y expresión pública y una seguridad económica", agrega.

    Lejos de mermar su uso, Veras resalta que la tecnología de teléfonos móviles inteligentes ha dado un repunte al uso de la radio y asegura su continuidad al permitir hacer llamadas, navegar por la internet, tomar fotografías, ver televisión y, entre otras aplicaciones, escuchar la radio.

    "La radio tiene una ventaja sobre los otros medios y es que utiliza solamente un solo sentido que es el sentido del oído... y se pueden hacer otras cosas mientras se está escuchando", comenta.

    Entiende que, pese a los avances, la radio dominicana tiene puntos a mejorar, como capacitar más al personal en todos los órdenes, sobre todo en cultura general, gramática y lenguaje.

    Sobre el lenguaje, entiende que es tiempo de que se tomen medidas sobre el de tipo soez que usan algunos locutores de programas diarios. "Están mal informando a la población y están acostumbrando a la población a conducirse de una manera que no es la correcta", asegura.

    "Brea Frank", locutor de la emisora Mortal 104.9, ganador del Micrófono de Oro en el renglón locutor urbano 2011 y nominado a los premios Casandra en la categoría de Locutor del Año, entiende que su clase es un motor de ayuda a la sociedad: "por lo tanto entiendo que siempre hay espacio para mejorar, llevar información y educar".

    "Esto, más que una profesión, es una responsabilidad que implica estar en constante aprendizaje y llevarlo al oyente", agrega.

    Inicios de la radio en RD

    Según publica el Círculo de Locutores Dominicanos en su página web, fue después de la mitad del decenio de los años 20 que el ingeniero Frank Hatton Guerrero como presidente del radio club de Santo Domingo, construye un pequeño transmisor de Amplitud Modulada de pocos vatios para crear la primera señal de broadcasting del país, nombrándola luego HIRC.

    "Por algunos años, la estación HIRC transmitió prácticamente solo versiones de algunos juegos de baseball, peleas de boxeo, música en vivo y noticias extraídas del periódico Listín Diario. Hasta que el 8 de abril del 1928 sale al aire la estación HIX, la estación oficial del estado dominicano con la asistencia del presidente de la República, Horacio Vásquez, y su esposa doña Trina de Moya. Ese día se transmitió por primera vez el Himno nacional", reseña la organización.

    Más adelante destaca que la puesta en operación formalmente de las estaciones HIH y la HIX, puso al país como uno de los primeros países en América Latina en incorporarse a la radiodifusión internacional.

    En los inicios de la radio en el país, hablar por ella era un modo de entretenimiento y, como ocurre con proyectos en sus comienzos, muy pocos creyeron en el futuro de la industria radiofónica.

    "Estamos con tecnología de punta y el locutor dominicano es un radiodifusor muy emprendedor".











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