El
pasado 6 de enero, Damaris Vásquez y otros tres inmigrantes
guatemaltecos indocumentados acudieron a una sucursal de FedEx en
Riviera Beach (Florida) para retirar un paquete con pasaportes enviados
por las autoridades de su país.
En
vez de recibir los pasaportes, fueron arrestados por agentes de la
Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés). Dos ya fueron
deportados, y ahora FedEx es objeto de una demanda millonaria bajo
acusaciones de que la empresa abrió los paquetes sin orden judicial.
Tanto
FedEx como ICE niegan que hayan colaborado o actuado en contubernio
para atrapar a los indocumentados, como alega la demanda.
Una
portavoz de FedEx, Allison Sobczak, dijo al diario "The New York
Times", que los empleados siguieron los procedimientos adecuados y que,
al ver que los pasaportes no presentaban documentación oficial
adicional, contactaron a ICE "para asegurarse de que los documentos eran
legítimos".

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