Los países miembros de la Unión
Internacional de Telecomunicaciones (UIT) no lograron ponerse de acuerdo
este jueves sobre la supresión del actual sistema de tiempo universal,
establecido hace 40 años para calcar la hora atómica y la hora solar.
"El asunto será remitido a un grupo de trabajo, para aclarar algunos interrogantes formulados por varios países miembros", indicó el presidente de la Asamblea de Radiocomunicaciones, Alan Jamieson, al cabo de tres horas de debates en Ginebra.
Según Jamieson, las discusiones mostraron que los alrededor de 700 delegados representantes de 70 países en la Asamblea estaban muy divididos. "Los hay que están a favor y los que están en contra, y los que consideran que no tienen suficiente información para pronunciarse, ése es el punto más importante", declaró. Por ello, propuso confiar el asunto a un grupo de trabajo, lo que aprobó la Asamblea.
El sistema de tiempo adoptado en la mayoría de los países se conoce como "tiempo universal coordinado" (TUC), es decir, la hora dada por los relojes atómicos, a la que se agrega o quita de vez en cuando un segundo, llamado "segundo intercalar", para que esté sincronizada con la hora solar.
La Asamblea de Radiocomunicaciones debía pronunciarse este jueves sobre la supresión de este sistema, considerado por algunos muy complicado y aleatorio.
Los Estados Unidos, Japón y Francia, entre otros, apoyan la supresión del sistema actual, mientras que Gran Bretaña y China quieren mantenerlo. Los países africanos y los países árabes pidieron más información antes de pronunciarse.
"El problema es que no podemos prever con antelación si hay que agregar o no un segundo intercalar a la hora atómica, ya que todo depende de la rotación de la tierra, que puede verse afectada por acontecimientos como los terremotos", explicó a la prensa Vincent Meens, presidente del grupo de estudios sobre este tema en la UIT.
Desde la creación del TUC y el segundo intercalar en 1972, hubo 24 segundos adicionales, el último que se agregó fue el 31 de diciembre de 2008.
En cada ocasión, esta rectificación se hace "manualmente", indicó Meens, el último día de junio o el último día de diciembre. El procedimiento es considerado muy costoso por los detractores del segundo intercalar.
En tales intervenciones siempre "hay un riesgo de error" y cada vez hay que verificar todo, indican los expertos del tiempo de la UIT.
Los ajustes de hora se hacen siempre el 30 de junio o el 31 de diciembre y es "por ello que nunca se lanzan cohetes esos días, debido a un eventual desfase que falsearía todos los cálculos", indicó Meens.
La supresión del segundo intercalar simplificaría la vida de los técnicos informáticos, pero terminaría con una "distorsión" entre la hora atómica y la hora solar, que sería de "15 segundos cada 100 años". Esta distorsión es "un tema importante de principio", indicó la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, que se interesa sobre el caso.
"El asunto será remitido a un grupo de trabajo, para aclarar algunos interrogantes formulados por varios países miembros", indicó el presidente de la Asamblea de Radiocomunicaciones, Alan Jamieson, al cabo de tres horas de debates en Ginebra.
Según Jamieson, las discusiones mostraron que los alrededor de 700 delegados representantes de 70 países en la Asamblea estaban muy divididos. "Los hay que están a favor y los que están en contra, y los que consideran que no tienen suficiente información para pronunciarse, ése es el punto más importante", declaró. Por ello, propuso confiar el asunto a un grupo de trabajo, lo que aprobó la Asamblea.
El sistema de tiempo adoptado en la mayoría de los países se conoce como "tiempo universal coordinado" (TUC), es decir, la hora dada por los relojes atómicos, a la que se agrega o quita de vez en cuando un segundo, llamado "segundo intercalar", para que esté sincronizada con la hora solar.
La Asamblea de Radiocomunicaciones debía pronunciarse este jueves sobre la supresión de este sistema, considerado por algunos muy complicado y aleatorio.
Los Estados Unidos, Japón y Francia, entre otros, apoyan la supresión del sistema actual, mientras que Gran Bretaña y China quieren mantenerlo. Los países africanos y los países árabes pidieron más información antes de pronunciarse.
"El problema es que no podemos prever con antelación si hay que agregar o no un segundo intercalar a la hora atómica, ya que todo depende de la rotación de la tierra, que puede verse afectada por acontecimientos como los terremotos", explicó a la prensa Vincent Meens, presidente del grupo de estudios sobre este tema en la UIT.
Desde la creación del TUC y el segundo intercalar en 1972, hubo 24 segundos adicionales, el último que se agregó fue el 31 de diciembre de 2008.
En cada ocasión, esta rectificación se hace "manualmente", indicó Meens, el último día de junio o el último día de diciembre. El procedimiento es considerado muy costoso por los detractores del segundo intercalar.
En tales intervenciones siempre "hay un riesgo de error" y cada vez hay que verificar todo, indican los expertos del tiempo de la UIT.
Los ajustes de hora se hacen siempre el 30 de junio o el 31 de diciembre y es "por ello que nunca se lanzan cohetes esos días, debido a un eventual desfase que falsearía todos los cálculos", indicó Meens.
La supresión del segundo intercalar simplificaría la vida de los técnicos informáticos, pero terminaría con una "distorsión" entre la hora atómica y la hora solar, que sería de "15 segundos cada 100 años". Esta distorsión es "un tema importante de principio", indicó la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, que se interesa sobre el caso.

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