El autor del polémico "Dios no existe" murió en Houston, Estados Unidos, víctima de un cáncer de esófago. Colaboraba con Infobae América con sus textos periodísticos.
Nacido en Portsmouth, sur de Inglaterra, el 13 de abril de 1949,
Hitchens estudió Filosofía, Ciencias Políticas y Economía en el Balliol
College de Oxford, y se mezcló con el ambiente intelectual y la
izquierda radical de la Inglaterra de los 70.
Se opuso a la guerra de Vietnam, al aborto, y en sus libros y conferencias, se centraba en el tema de la inexistencia de Dios. Hitchens fue famoso, también, por su libro El juicio a Kissinger, un texto muy explosivo que cuestionaba la gestión del que fuera secretario de Estado de los EEUU.
Considerado como uno de los intelectuales más polémicos e influyentes
de la escena internacional en los últimos treinta años, Hitchens se afincó en los Estados Unidos en 1981 y colaboró con las publicaciones más prestigiosas a ambos lados del Atlántico: Vanity Fair, Slate, The Nation, The New York Times Review of Books, The Times Literary, National Geographic e Infobae America, entre otras.
Además de su antología sobre el ateísmo, Dios no existe, Hitchens es autor, también, de Dios no es bueno, Cartas a un joven disidente, La victoria de Orwell y Amor, belleza y guerra.
El escritor, nacionalizado estadounidense en 2007, estaba casado con Carol Blue, con la que tenía una hija, Antonia, además de otros dos hijos -Alexander y Sophia- de un matrimonio anterior.
El periodista siempre decía lo que pensaba, hasta el punto de tener una riña con su hermano Peter -periodista del dominical Mail on Sunday, también reconocido en el Reino Unido-, si bien se reconcilió con el tiempo.
En el año 2010, tras diagnosticarse su cáncer, Hitchens reiteraba su
profundo ateísmo y llegó a decirle a un periodista que lo entrevistaba: "No se ha presentado aún una prueba o un argumento que pueda cambiar mi forma de pensar. Pero me gustan las sorpresas".
Sus primeros pasos como periodista los dio en el semanario The New Statesman, que le permitió asociarse a un grupo de jóvenes escritores como Martin Amis, Ian McEwan y Salman Rushdie.
Pese a su enfermedad, Hitchens no dejó de trabajar y se sentía afortunado por eso: "Tenía mucho miedo de que eso detuviera mi escritura. Me quedé realmente petrificado de miedo ya que pensé que ello, además de otras cosas, podía disminuir mi deseo de vivir".
La detección de su enfermedad se produjo cuando se encontraba en plena promoción de su última obra, unas memorias tituladas "Hitch-22", un libro "conmovedor, gracioso, delicioso, provocador e inspirador", según subrayaba la editorial Debate -responsable de la publicación en español- en su comunicado de prensa.
En éste se repasa la trágica historia de su madre, y ofrece retratos
de intelectuales como Chomsky, Said, Martin y Kingsley Amis o McEwans,
así como el Oxford revolucionario de finales de los años 60.
El dolor de Salman Rushdie
"Adiós mi querido amigo. Una gran voz ha quedado en silencio. Un gran corazón se ha parado", afirmó el autor de Los Versos Satánicos en Twitter tras conocerse la noticia de la muerte de Hitchens.
Además, el fundador de la revista Skeptic, Michael Shermer, comentó hoy viernes a los medios británicos que la gente echará de menos la voz del periodista, "su pluma y, sobre todo, la mente de Christopher". "Gracias a ti, el mundo es mejor", concluyó.

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