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Nuevas pruebas sobre el misterioso caso del asesino serial de Long Island

La policía presentó el retrato de dos de las diez víctimas y las fotos de joyas halladas en dos cuerpos. Eran prostitutas y fueron encontradas sin vida a lo largo de una playa hace 9 meses

Crédito foto: Reuters


El jefe de la policía local, Richard Dormer, presentó un dibujo de un hombre asiático, de entre 17 y 23 años de edad y que vestía ropa de mujer, y el de una mujer blanca, que tenía entre 18 y 35 años, dos de las diez víctimas de uno o varios asesinos en series de prostitutas, que luego tiraban sus cuerpos a la playa Gilgo.

Al hombre, que se cree que murió hace entre 5 y 10 años, medía 1,77 metros, le faltaban dos molares y uno de sus dientes superiores frontales, y las autoridades creen que se prostituía.

En el caso de la mujer, cuyo torso fue encontrado en 2000, medía 1,55 metros y las pruebas de ADN revelaron que la cabeza, manos y pie derecho encontrados el 4 de abril de 2001 pertenecían a la misma persona.

Los cadáveres comenzaron a ser encontrados desde el pasado diciembre en una estrecha franja de la playa que forma parte de las islas situadas al sur de Long Island, aterrorizando a los residentes de la zona. De acuerdo a las autoridades, cinco de las chicas eran prostitutas que ofrecían sus servicios a través de la web Craiglist.

Dormer reveló, además, en una conferencia de prensa que pruebas de ADN vincularon los restos de una niña de entre 18 y 24 meses que figura entre las víctimas con el de una mujer cuyo cuerpo fue encontrado a varios kilómetros de distancia, pero no se ha determinado si eran madre e hija. Las prendas mostradas este martes en fotos les pertenecían.

Los estudios forenses también han revelado que el ADN vinculó a restos de una de las víctimas con otros restos encontrados hace 15 años en Fire Island, cerca de la carretera donde se lleva a cabo la investigación.

Las autoridades han podido identificar a cinco de las víctimas: Megan Waterman, de 22 años quien residía en Maine; Melissa Barthelemy, de 24, del condado neoyorquino de El Bronx; Maureen Brainard-Barnes, de 25, de Connecticut y Amber Costello, de 27, de Long Island, encontrada el año pasado.

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