La Policía detuvo hoy en Kumamoto (sur de Japón) a un sacerdote y al
padre de una niña de 13 años que murió ahogada mientras le practicaban
un ritual para quitarle los "espíritus malignos", informaron medios
locales.
Durante el exorcismo, que tuvo lugar hace un mes pero se conoció hoy,
la pequeña Tomomi Maishigi fue atada a una silla y sujeta con la cabeza
hacia arriba para aplicarle un ritual budista dirigido a espantar a los
malos espíritus, que consiste en arrojar agua sobre la cabeza, detalló
el diario Yomiuri en su edición digital.
La Policía detuvo al padre, Atsushi Maishigi, de 50 años, y al
sacerdote Kazuaki Kinoshita, de 56, por la muerte de la pequeña, aunque
ambos han rechazado las acusaciones ya que aseguran que sus acciones
estaban "encaminadas a exorcizar los malos espíritus" y no a infligirle
un abuso físico.
Según fuentes policiales citadas por el Yomiuri, Tomomi perdió la
consciencia durante el ritual, practicado durante la noche del 27 de
agosto y, pese a que fue trasladada a un hospital cercano, murió durante
la madrugada.
Los dos hombres habían practicado este ritual de la "cascada" de agua
en más de 100 ocasiones a la niña desde marzo, para lo que incluso
habían habilitado una estancia en un templo donde llevaban a cabo los
exorcismos.
Los padres de Tomomi habían acudido al sacerdote preocupados por una
enfermedad física y mental que padecía su hija, y éste recomendó iniciar
el ritual con el que la pequeña supuestamente se recuperaría una vez
hubiera expulsado sus "demonios". EFE
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