El alcohol es uno de los productos que en restauración ofrece un mayor margen de beneficio. Además es visto como anzuelo para captar clientes que en ciertos momentos del día no desean un café sino una cerveza, o que prefieren acompañar la hamburguesa con un cabernet sauvignon en lugar de una Coca-Cola.
La innovación tiene carácter experimental en Estados Unidos, según publicó el diario The New York Times, que cita a expertos indicando que "las bebidas alcohólicas son muy rentables". Aunque al mismo tiempo advierten sobre los costos extras que estas bebidas representan para los establecimientos.
En concreto, además de obtener la licencia para la venta de alcohol, en algunos casos se han debido contratar a guardias de seguridad para contener eventuales alteraciones del orden y controlar la venta a menores de edad. También se ve como un problema que gran parte de los empleados de estas compañías tenga menos de 21 años, edad mínima para el consumo de alcohol en Estados Unidos.
Starbucks está probando esta variante en varios de sus establecimientos de la costa del Pacífico, con el fin de potenciar el aumento de clientes después de las 14 horas, ya que el grueso de quienes entran a tomar café lo hacen antes de esa hora.
Por su parte, Burger King ya abrió una marca diferenciada llamada Whopper Bars, para poder servir alcohol con sus comidas. Mientras que la cadena de origen británico Pret a Manger vende alcohol en algunos puestos que tiene en aeropuertos, y está pensando en comercializar vinos en sus nuevos restaurantes de París.
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