Mientras Redmond de 30 años disfrutaba de una practicaba de snorkel en las cristalinas aguas y su esposa de 27 años, tomaba el sol en la playa, fue víctima del ataque. El tiburón le arrancó un brazo y le dio graves mordiscos en una pierna, en la cadera y en el torso.
Su esposa escuchó los gritos y poco después vio a unos pescadores subiendo a un bote el cuerpo de su marido. Pese a que sobrevivió al ataque, las heridas resultaron ser demasiado graves, por lo que murió desangrado poco tiempo después.
Las autoridades cerraron gran parte de las playas de Praslin y de las zonas de buceo.

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