
Los hospitales del suroeste de Haití están al límite este lunes, mientras las autoridades incrementaron a 1.419 el número de fallecidos y a 6.900 el de heridos a causa del fuerte terremoto de magnitud 7,2 del sábado pasado.
La gran mayoría de las víctimas mortales se han registrado en el departamento del Sur (1.133), cuya capital es Les Cayes; mientras que el resto corresponden a los departamentos de Grand Anse (162), Nippes (122) y Noroeste (2).
El potente sismo también ha destruido cerca de 37.300 viviendas y causado daños estructurales en otras 46.000 y en 25 centros médicos, y ha afectado a cerca de 60.000 familias, según las autoridades.
Hospitales saturados
Los hospitales de la ciudad de Les Cayes estaban saturados hoy por la avalancha de heridos causada por el potente terremoto, al punto de que en el Hospital General de esta ciudad, los sanitarios les colocan adhesivos numerados en la frente para identificarlos.
Los heridos con fracturas que no revisten gravedad tenían que aguardar a ser atendidos afuera del hospital, a la espera de que lleguen a la zona en las próximas horas las lluvias de la depresión tropical Grace, cuyos efectos ya se sienten en Puerto Príncipe, en el este del país.
El doctor Pierre James, traumatólogo del Hospital General de Les Cayes, dijo en declaraciones a Efe que las necesidades más urgentes que tienen en el centro médico son materiales médicos "para poder operar a las personas" que lo necesitan.
Al menos siete instalaciones médicas han reportado daños estructurales y los tres principales hospitales de la zona están saturados por la gran y creciente afluencia de personas lesionadas, y se espera que la demanda aumente en los próximos días y semanas, según dijo la ONU en un comunicado.
La ONU resaltó que existe una necesidad urgente de equipos médicos de emergencia, específicamente de atención a traumatismos y suministros ortopédicos, así como el despliegue de personal sanitario local.
En el aeropuerto de la ciudad, que no ha sufrido daños, este lunes había numerosos heridos graves aguardando para ser trasladados en helicóptero hacia la capital u otras ciudades.
El Ministerio de Salud reportó hoy de que transportó desde la zona del siniestro a 130 heridos, 100 de ellos por tierra y 30 por vía aérea.
Ayudas y promesa de celeridad
Tras presidir una reunión extraordinaria de su gabinete, el primer ministro, Ariel Henry, dijo en una rueda de prensa que las ayudas y donaciones recibidas se están canalizando hacia las poblaciones más afectadas, a través de Protección Civil y bajo la supervisión del Centro de Operación de Urgencia Nacional (COUN).
Henry dijo que en la citada reunión se evaluó lo ocurrido, pero también hicieron un balance de las necesidades del país.
"Habíamos decidido no seguir haciendo lo que se hizo en 2010 cuando se hicieron donaciones al país y se gastaron fondos sin ver su impacto", dijo Henry, en alusión al devastador terremoto de 2010.
Más temprano, Henry prometió dar una mayor celeridad en las operaciones de rescate y en la atención a las víctimas a partir de este lunes.
Critican la gestión de la ayuda
Pese a las promesas de Henry, quien asumió el cargo el 20 de julio, trece días después del asesinato del presidente Jovenel Moise, la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (Rnddh) criticó este lunes a las autoridades haitianas por su lentitud en la organización de la ayuda destinadas a las víctimas.
Dos días después del siniestro y a pesar de que se ha declarado el estado de emergencia, "el Estado tiene dificultades para organizar la ayuda a las víctimas", afirmo la ONG en un informe.
Para la Rnddh, "este escenario recuerda dolorosamente" a los terremotos del 12 de enero de 2010 y del 6 de octubre de 2018, que afectaron respectivamente a algunos municipios del Oeste, del Sureste y de Nippes, por un lado, y a algunos municipios del Noroeste y de Artibonite, por otro.
Los afectados "están completamente abandonados a su suerte" y "algunos ya han empezado a tomar medidas personales para buscar tiendas de campaña para resguardarse del mal tiempo y satisfacer sus necesidades diarias", agregó la organización.
El terremoto de magnitud 7,2 en la escala de Richter se registró a las 08.29 hora local (12.29 GMT) del sábado pasado, a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, con hipocentro a 10 kilómetros de profundidad.
El número de muertos por un sismo de magnitud 7,2 en Haití subió el domingo a por lo menos 1.297, y los socorristas buscaban a toda prisa sobrevivientes entre los escombros en antelación a los posibles aguaceros de una tormenta tropical que se aproxima a la zona.

El movimiento telúrico del sábado también dejó por lo menos 2.800 heridos en la nación caribeña, así como miles de desplazados cuyas casas fueron destruidas o dañadas. Los sobrevivientes en algunas zonas se vieron obligados a quedarse en calles o campos de fútbol con lo poco que pudieron rescatar, mientras los hospitales saturados hacían cuanto podían para ayudar a los heridos.
Sin embargo, la devastación podría agravarse en breve con la llegada de la depresión tropical Grace que, según pronósticos, arribará a Haití el lunes en la noche. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos degradó el domingo la tormenta tropical a depresión, pero los meteorólogos advirtieron que de cualquier manera Grace continúa siendo un peligro porque podría causar fuertes lluvias, inundaciones y deslaves.
]El terremoto sacudió la parte suroccidental de la nación más pobre del continente, casi arrasando con algunas localidades y provocando deslaves que obstaculizaron las acciones de rescate en un país ya asolado por la pandemia de COVID-19, un magnicidio presidencial y una ola de violencia de pandillas.
El epicentro se ubicó a unos 125 kilómetros (78 millas) al oeste de la capital Puerto Príncipe, indicó el Servicio Geológico de Estados Unidos, y las réplicas continuaban afectando la zona el domingo.
En la localidad costera de Los Cayos, que sufrió fuertes daños, algunas familias rescataron lo que pudieron y pasaron la noche en un campo de fútbol al aire libre.
El domingo en la mañana, la gente hacía fila para comprar lo poco que había disponible: plátanos, aguacates y agua en un mercado callejero local.
Algunos en Los Cayos agradecieron a Dios por haber sobrevivido al sismo, y muchos fueron a la catedral de la ciudad, que parecía libre de afectaciones aunque la residencia del sacerdote quedó destrozada.
“Ahora sólo tenemos a Jesús”, dijo Johanne Dorcely, de 58 años, cuya casa fue destruida. “Si no fuera por Jesús, no podría estar aquí hoy”.
El primer ministro Ariel Henry declaró el estado de emergencia durante un mes para todo el país y señaló que se estaba enviando con urgencia ayuda a las localidades destruidas y los hospitales saturados. Un exsenador rentó un avión privado a fin de trasladar a heridos de Los Cayos a Puerto Príncipe para que reciban asistencia médica.
“Lo más importante es rescatar a tantos sobrevivientes como sea posible de entre los escombros”, dijo Henry. “Sabemos que los hospitales locales, en particular en Los Cayos, están rebasados en su capacidad por la cantidad de personas heridas y fracturadas”.

La cifra de muertes difundida el domingo por la Oficina de Protección Civil es un fuerte incremento respecto de la cantidad previa de 304. La agencia indicó que más de 7.000 casas fueron destruidas y casi 5.000 dañadas. También fueron afectados hospitales, escuelas, oficinas e iglesias.
Los hospitales se han visto rebasados en su capacidad en un momento en que Haití pasa apuros por la pandemia y la falta de recursos para hacerle frente. El país de 11 millones de habitantes recibió apenas el mes pasado su primer lote de vacunas contra el COVID-19 donadas por Estados Unidos vía un programa de las Naciones Unidas para países de bajos ingresos.
Trabajadores médicos de toda la región acudían a prestar sus servicios, y los hospitales en Los Cayos comenzaban a quedarse sin espacio para efectuar cirugías.
“Básicamente necesitan todo”, dijo el doctor Inobert Pierre, pediatra de la organización sin fines de lucro Health Equity International, que supervisa el Hospital St. Boniface, situado a unas dos horas de Los Cayos.
El terremoto azotó el país un poco más de un mes después de que el presidente Jovenel Moïse fuera baleado de muerte en su casa, lo que desató un caos político.
El presidente estadounidense Joe Biden autorizó una respuesta inmediata y nombró a Samantha Power, administradora de la agencia de ayuda humanitaria USAID, para que supervise el apoyo de Estados Unidos a Haití.
En el lugar de los hechos ya se encuentran varios miembros de la misión de ayuda sanitaria de Cuba en Haití, y en medios estatales cubanos se difundieron fotografías de ellos proporcionándoles primeros auxilios a los heridos.
El papa Francisco expresó su cercanía con el pueblo haitiano, dándole aliento a los sobrevivientes y orando por las víctimas. El pontífice exhortó a la solidaridad de la comunidad internacional “para ayudar a aliviar las consecuencias de la tragedia”.
Collin Binkley informó desde Boston. Los periodistas de The Associated Press Mark Stevenson, en Puerto Príncipe, Haití; Trenton Daniel, en Nueva York; Regina García Cano, en la Ciudad de México, y Colleen Barry, en Milán, contribuyeron a este despacho.
El número de muertos por el terremoto de magnitud 7,2 que se registró el sábado en Haití aumentó a 724, según un nuevo balance ofrecido este domingo por Protección Civil, que precisa que hay 2.800 heridos.
Equipos de rescate se apresuran a encontrar sobrevivientes del poderoso terremoto que este sábado sacudió a Haití matando al menos 304 personas y destrozando edificios de un país pobre y plagado de desastres que aún no se recuperó del arrasador sismo de 2010.
El sismo de magnitud 7,2 hizo temblar las casas y obligó a la población a buscar protección y tuvo su epicentro a unos 160 km de la capital haitiana, Puerto Príncipe, según del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El terremoto dejó al menos 304 muertos, según un recuento divulgado a la noche por Jerry Chandler, director de protección civil.
"Muchas casas están destruidas, hay muertos y muchos están en el hospital" dijo a la AFP Christella Saint Hilaire, que vive cerca del epicentro.
Hospitales en las regiones más afectadas ya enfrentaban dificultades para proveer atención de emergencia y al menos tres centros de salud en las localidades de Pestel, Corailles y Roseaux estaban totalmente abarrotados de pacientes, según Chandler.
"Las casas y los muros que las rodean se han derrumbado. El tejado de la catedral se derrumbó", aseguró por su parte Job Joseph, residente de la ciudad de Jeremie, en el extremo occidental de Haití.
Haití declaró el estado de emergencia y el presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó ayuda "inmediata" para el país caribeño.
Países de América y Europa hicieron llegar su pesar y disposición a socorrer a Haití.
"Estoy entristecido por el sismo devastador" en Haití, afirmó el presidente Biden, y subrayó la implementación de "una respuesta inmediata" de ayuda
Los 253 médicos cubanos desplegados en Haití se desplazaron a la zona del sismo para atender heridos y adecuar un hospital de Puerto Príncipe hasta ahora utilizado para enfermos del covid 19, informó el jefe de esa brigada en la televisión cubana.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo haber ordenado ayuda inmediata para Haití.
España también tendió su mano. "Contáis con el apoyo de España para salir adelante tras este terrible suceso", dijo a los haitianos el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
- Solidaridad, no pánico - El gobierno declaró el estado de emergencia por un mes tras el desastre y el primer ministro Ariel Henry llamó a la nación a "mostrar solidaridad" y no entrar en pánico.
La larga sacudida inicial se sintió en gran parte del Caribe, incluso en Santiago de Cuba (a unos 300 km de Saint-Louis-du-Sud), donde muchos residentes salieron de sus hogares, según Radio Rebelde.
El USGS emitió inicialmente una alerta de tsunami, previendo posibles olas de hasta tres metros a lo largo de la costa de Haití, pero poco después la levantó.
Los daños en la ciudad de Les Cayes parecen ser importantes, incluyendo el derrumbe de un hotel de varios pisos.
Los residentes compartieron imágenes en las redes sociales de las ruinas de edificios de hormigón, incluida una iglesia en la que aparentemente se estaba celebrando una ceremonia el sábado en la ciudad suroccidental de Les Anglais.
- Una tragedia tras otra - Un terremoto de magnitud 7 en enero de 2010 dejó gran parte de Puerto Príncipe y las ciudades cercanas en ruinas polvorientas. Causó la muerte de más de 200.000 personas y dejó otras 300.000 heridas.
Más de un millón y medio de haitianos se quedaron sin hogar, dejando a las autoridades de la isla y a la comunidad humanitaria internacional ante un reto colosal en un país que carece de un registro de tierras y de códigos de construcción.
Ese terremoto destruyó cientos de miles de viviendas, al igual que edificios administrativos y escuelas, así como 60% del sistema sanitario de Haití.
La reconstrucción del principal hospital del país sigue incompleta, y las organizaciones no gubernamentales se han esforzado por suplir las numerosas deficiencias del Estado.
El terremoto se produce poco más de un mes después de que el presidente Jovenel Moise fue asesinado por un comando armado, lo que conmocionó a un país que lucha contra la pobreza, una creciente violencia de las bandas criminales y la pandemia de covid-19.
El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) consideró este sábado que es "probable" que el terremoto de magnitud 7,2 registrado en el sur de Haití deje "un alto número de víctimas", además de daños materiales "significativos".
El USGS hizo esos pronósticos poco después de informar sobre el sismo, registrado a las 8.29 hora local (12.29 GMT) al noreste de Saint-Louis du Sud y que tuvo una profundidad de 10 kilómetros, de acuerdo con la información.
Sin embargo, no se ha declarado ninguna alerta de tsunami, de acuerdo con la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA).





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