
Mientras tanto, el Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que se opone al régimen de Birmania y tiene control sobre ciertas áreas del país, ha informado que aproximadamente 8,5 millones de personas han sido “directamente afectadas” por el devastador sismo.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) han alertado sobre los riesgos de propagación de enfermedades entre aquellos que se ven obligados a dormir al aire libre, rodeados por los cuerpos sin vida que permanecen en las calles.

Nuevo terremoto en medio del rescate
Apenas cuatro días después del terremoto inicial, un nuevo temblor de magnitud 5 volvió a sacudir la región cerca de Mandalay, una de las áreas más afectadas. El segundo sismo fue registrado por el Servicio Geológico de Estados Unidos a las 5:31p.m. hora local, a una profundidad de 10 kilómetros y a unos 15 kilómetros al noroeste de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país con alrededor de 1,5 millones de habitantes.
Los equipos de rescate están trabajando contrarreloj para proporcionar asistencia y salvar vidas atrapadas bajo los escombros. Sin embargo, enfrentan serias limitaciones logísticas y deben lidiar con el contexto conflictivo entre el Ejército birmano y grupos guerrilleros étnicos en algunas zonas afectadas.
El terremoto también tuvo repercusiones en Tailandia, donde al menos 20 personas han perdido la vida debido al colapso de un rascacielos en construcción. Se estima que unas 70 personas siguen desaparecidas tras este trágico incidente.
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