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Estas son las posiciones sexuales que tienen más probabilidades de llevarte al hospital, según la ciencia


Después de escribir sobre cómo puede llegar a romperse un pene (y qué ocurre después) pensé que no volvería a escribir sobre un tema tan sensible. Me equivoqué, aunque espero que el siguiente post sea más didáctico a la hora de evitar una posible llegada a urgencias después de tener sexo.

Hace unos días fue un médico en TiKTok el que nos recordó que algunas posiciones sexuales son más peligrosas que otras, y que incluso las hay que pueden llevarte al hospital con fracturas de pene y otros problemas derivados. Según explicaba en la red social el Dr. Karan Raj:

Esta es la posición sexual más peligrosa según la ciencia y es la causa del 50 por ciento de las fracturas de pene. Si hay algún empuje errático o si los movimientos de las dos partes no están sincronizados, podría provocar que el hombre se salga y sea aplastado por el hueso púbico femenino. Hablo de la posición “vaquera inversa” y el resultado de todos esos penes rotos.

Algo de eso ya lo contamos en el artículo que comentaba al inicio. Los médicos dicen que entre el 30% y el 50% de las “fracturas” de pene se dan durante las relaciones sexuales. Puede ocurrir tanto durante el coito vaginal como por culpa de una masturbación demasiado agresiva.Si se produce practicando sexo en relaciones heterosexuales, la posición más común para sufrir la lesión ocurre cuando la pareja está encima, ya que el hombre renuncia al control de los movimientos y, al hacerlo, el pene es susceptible de “escapar” y recibir un impacto no deseado.

Como explicaban esta semana en IFLScience, Raj parece ofrecer datos del estudio Mechanisms Predisposing Penile Fracture and Long-Term Outcomes on Erectile and Voiding Functions publicado en Advances in Urology.En este trabajo se le preguntó a los pacientes que se presentaron en las salas de emergencia de tres hospitales entre 2000 y 2013 con sospecha de fracturas de pene sobre los síntomas, el mecanismo del trauma, la posición sexual en la que se encontraban cuando sucedió, así como un formulario de seguimiento con preguntas sobre sus “funciones eréctiles y miccionales” a largo plazo y si eran “normales o anormales”.

¿Resultados? Más de la mitad “presentó la tríada clásica de un chasquido audible seguido de detumescencia y dolor”. El trabajo encontró que, de las fracturas de pene, las relaciones heterosexuales fueron la causa más común de la fractura (66,7 por ciento de las fracturas observadas), seguida de la manipulación del pene (14,3 por ciento) y de las relaciones homosexuales (9,5 por ciento), con un 9,5 por ciento prefiriendo no revelar cómo sucedió.

Más datos. De los que se habían lesionado el pene durante las relaciones heterosexuales, el 50 por ciento ocurrió mientras la mujer estaba encima. En este punto, el Dr. Raj habla específicamente de la posición “vaquera inversa”, quizás con nuevos datos que no aparecían en dicho estudio.En el trabajo, el “estilo perrito” fue el siguiente caso más peligroso, con el 28,6 por ciento de los pacientes informando que estaban en esta posición cuando escucharon el chasquido. Además, el 21,4 por ciento estaba encima en ese momento, mientras que el 92,9 por ciento informaron que tenían relaciones sexuales vaginales en el momento de la lesión. Por último, el 7 por ciento informaron que tenían sexo anal.

En cuanto a las relaciones homosexuales, la mitad informaron que su pareja estaba arriba y la otra mitad que lo estaban haciendo al “estilo perrito”. Según cuentan en el estudio los autores:

Nuestra hipótesis es que cuando la mujer está arriba suele controlar el movimiento con todo su peso corporal aterrizando en el pene erecto, no pudiendo interrumpirlo cuando el pene sufre una penetración en sentido contrario, pues el daño suele ser menor en la mujer, pero importante en el pene. Por el contrario, cuando el hombre está controlando el movimiento, tiene más posibilidades de detener la energía de penetración en respuesta al dolor relacionado con el daño del pene, minimizándolo.

Dicho todo esto, el estudio recalca que no pueden estar completamente seguros de la causa de las fracturas, dada la naturaleza de la lesión. “Dada la intimidad y los tabúes de la vida sexual de los pacientes, aunque una cuarta parte prefirió omitir detalles, muchos pacientes podrían haber sido imprecisos sobre la verdad real”, zanjan.

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