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Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega, y a quien una nueva reforma constitucional hará oficialmente copresidenta de Nicaragua



Rosario Murillo lleva años ejerciendo "de facto" el cargo, pero una vez se apruebe la reforma constitucional propuesta este miércoles por su marido, Daniel Ortega, será oficialmente la copresidenta de Nicaragua.

Solo falta que la Asamblea Nacional le dé el visto bueno, pero el presidente de la Cámara ya dejó entrever que no tardarán en hacerlo, ya que se pondrán a trabajar "rápidamente" en los cambios ideados por el "comandante" Ortega y la "compañera" Murillo.

Estos afectan a más de un centenar de artículos de la Carta Magna, según adelanta la prensa local, y entre otras cuestiones contempla la ampliación en un año del mandato presidencial y permitir al jefe de gobierno acumular más competencias, como "coordinador" último de los poderes legislativo y judicial.

Mientras se aprueba la reforma, Murillo seguirá siendo formalmente vicepresidenta, puesto que ostenta desde 2017, aunque para la población y los medios sea parte integrante de la "pareja presidencial" y su esposo lleve tiempo refiriéndose a ella como "copresidenta".

"Aquí tenemos dos presidentes porque respetamos el principio de 50-50, aquí tenemos una copresidencia con la compañera Rosario", dijo de ella Ortega en 2021.

Esta fotografía publicada por la Presidencia de Nicaragua muestra al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega (derecha), hablando junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo y frente a una fotografía gigante del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (derecha) durante el XI ALBA. -Cumbre Extraordinaria del TCP (virtual) en Managua el 26 de agosto de 2024. (Foto de César PEREZ/Presidencia de Nicaragua/AFP)

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Rosario Murillo y Daniel Ortega, la "pareja presidencial" de Nicaragua.

"En realidad es la oficialización de lo que ya ha venido ocurriendo durante años", le dijo a BBC Mundo una periodista nicaragüense que prefiere mantenerse en el anonimato por seguridad.

Y es que, en los últimos tiempos, el gobierno sandinista ha recrudecido la persecución de opositores, organizaciones civiles que no considera afines y miembros de la prensa no oficialista.

"Lo que no está claro es si implica algún cambio en lo relativo a las funciones", agrega.

Por su parte, varios analistas que también prefieren no ser citados con nombre y apellido apuntan que la reforma anunciada es la respuesta de Ortega al interés que siempre habría mostrado Murillo por reemplazarlo y gobernar el país.

El tándem Ortega-Murillo

Compañera incondicional de Ortega durante décadas, "la Chayo" –como se la conoce popularmente–, una mujer de 73 años fácilmente reconocible por sus chillonas elecciones de vestuario y joyería, es una persona fundamental en la toma de decisiones en Nicaragua.

Juntos concurrieron a las elecciones de 2021, en las que Ortega resultó reelegido y que Occidente tachó de "farsa" ya que sus posibles rivales habían sido encarcelados. Y juntos han hecho frente al aislamiento de la comunidad internacional —en enero de 2022 prestaron juramento frente a escasos representantes gubernamentales, entre ellos sus clásicos aliados de Cuba y Venezuela, y de Honduras– y al aumento de las sanciones.

"La parte estratégica de la conducción del gobierno la lleva Ortega, mientras que la aplicación cotidiana y práctica de esas decisiones estratégicas las lleva Rosario. Ortega siempre ha tenido esa posición definida en cuanto a lo estratégico y lo práctico", le dijo el historiador sandinista Aldo Díaz Lacayo a BBC Mundo para un perfil que este medio publicó sobre ella en 2021.

Según Fabián Medina, autor de la biografía no autorizada de Ortega "El preso 198", Murillo es "la mano ejecutiva" de un binomio "que se complementa a la perfección".

Un motociclista pasa junto a una pancarta del presidente de Nicaragua -y candidato presidencial- Daniel Ortega y su esposa y compañera de fórmula Rosario Murillo, colocada en una clínica móvil, en Masaya el 2 de noviembre de 2021.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Rosario Murillo y Daniel Ortega gobiernan en tándem, dicen los analistas, con funciones bien definidas.

"Murillo es más extrovertida, más impetuosa, más colérica e impulsiva. Ortega es más retirado e introvertido", le dijo el periodista nicaragüense a BBC Mundo hace también algunos años.

"Pero ella es diferente. No le gusta que le contradigan, toma sus decisiones y es vengativa, rencorosa y muy enérgica, trabaja todo el tiempo".

Por eso, la eterna pregunta es si Murillo acabará siendo la sucesora natural de Ortega al frente del gobierno, ya no como copresidenta, sino como presidenta única.

Y es que los analistas siempre han apuntado a una resistencia a que eso ocurra en la vieja guardia del Frente Sandinista, entre la cual cuenta con menos apoyos que su marido.

Pero según analistas, el mayor freno a sus aspiraciones presidenciales llegó en abril de 2018, cuando varias fuentes la señalaron como la persona que dirigió la represión contra las protestas ciudadanas que dejaron más de 300 muertos y por las que Estados Unidos le impuso sanciones.

Entre la poesía y el poder

Ortega y Murillo se conocieron a finales de los años 70, cuando él se había autoexiliado en Costa Rica por su participación en el movimiento sandinista que en julio de 1979 sacó a la dinastía de los Somoza del poder tras una guerra civil de dos años.

Ya luego, como líder de la junta de lo que se denominó como "Gobierno de reconstrucción nacional", Ortega comenzó una serie de giras internacionales en búsqueda de apoyo externo a la joven revolución nicaragüense.

Murillo siempre estaba a su lado. Muchos años después, en 2005, se casaron por la iglesia.

Pero "la Chayo" siempre fue mucho más que una primera dama. De hecho, nunca le gustó el apelativo.

Tenía a su favor ser hija de Zoilamérica Zambrana Sandino, sobrinanieta de Augusto Sandino, el héroe nacional de Nicaragua e inspirador del movimiento revolucionario sandinista.

Por esa época se perfilaba como poeta y una de las principales representantes femeninas de las letras nicaragüenses. Según ella misma contó, comenzó a escribir como una necesidad de expresión, tras la muerte de su primer hijo en un terremoto en 1973.

Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, en una foto de junio de 1990.

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Pie de foto,Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, en una foto de junio de 1990.

Durante la primera presidencia de Ortega, entre 1985 y 1990, Murillo aprovechó su posición para que la cultura tuviera un espacio trascendental en el plan de gobierno de Ortega.

Sin embargo, su influencia no era entonces ni remotamente parecida a la de ahora.

"En los años 80 estuvo bastante ignorada. Fue una figura menor y Ortega no la tomaba mucho en cuenta", le aseguró a BBC Mundo Fabián Medina.

Durante la campaña por la reelección en 1990, de hecho, los asesores le recomendaron al mandatario mantener a su mujer con un bajo perfil por su imagen extravagante.

Finalmente el Frente Sandinista de Liberación Nacional no salió reelegido ni Murillo logró un puesto en la Asamblea Nacional. Se avecinaba una década desde la vereda de la oposición.

Las acusaciones de violación

Según analistas, hay tres eventos que habrían marcado "el acercamiento o control" que tomó Murillo sobre Ortega.

El primero fue esa derrota electoral de 1990. Murillo le dijo con antelación que perdería la elección y que personas cercanas a él como Sergio Ramírez o Carlos Fernando Chamorro "le acabarían traicionando".

El segundo fue cuando, tras detectarle en 1994 que había sufrido dos infartos silenciosos, Murillo tomó el control de su medicación y su dieta.

Pero el evento clave para estrechar la relación de ambos ocurrió en 1998, cuando Zoilamérica Narváez, hija de Murillo de otra relación anterior a Ortega, acusó a su padrastro de haberla violado en repetidas ocasiones.

Sea como fuere, lo que ha quedado patente en todos estos años es el creciente peso de Murillo en las decisiones que se toman sobre el país.

Ahora queda por ver qué cambios implicará en ello, si es que supone alguno, la reforma constitucional recién propuesta.


Haydée Castillo

Fuente de la imagen,Archivo personal

Pie de foto,Haydée Castillo anticipa que la Constitución que impulsa Ortega provocará un cambio "drástico" en Nicaragua.
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La reconocida activista nicaragüense Haydée Castillo siente que su país vuelve a nacer, pero de un modo opuesto al que soñaba desde que luchó como estudiante contra el régimen de Anastasio Somoza a fines de los años 1970.

Esta lideresa de la sociedad civil y defensora de los derechos humanos ve la reforma constitucional que ordenó el presidente Daniel Ortega en Nicaragua el miércoles -y que fue aprobada ayer por la Asamblea Nacional- como la instauración definitiva de un poder absoluto bicéfalo para él y su esposa, Rosario Murillo.

"Para mí es como un golpe al pueblo de Nicaragua, donde un matrimonio dictatorial y dinástico se toma prácticamente el país como si fuera su finca", dice Castillo en una entrevista con BBC Mundo.

Exiliada en Estados Unidos, despojada de su nacionalidad nicaragüense y con sus bienes confiscados por el gobierno de Ortega, que la declaró "traidora a la patria", Castillo llama a la oposición a unirse y a la comunidad internacional a actuar de forma más decidida por el país centroamericano.

Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con esta mujer de 63 años, que se separó del sandinismo tras la revolución contra Somoza y que en abril ganó el premio internacional de la red Acampa a la defensa de los derechos humanos 2024, el último de varios reconocimientos que ha recibido:

¿Cómo tomas el anuncio de cambio constitucional en Nicaragua hecho por Daniel Ortega?

Esta propuesta de reforma es casi como que hayamos amanecido en un nuevo país, que no es el país en que nacimos.

Esa nueva Constitución no resume la historia de Nicaragua, ni sus valores y sus principios.

Para mí es como un golpe al pueblo de Nicaragua, donde un matrimonio dictatorial y dinástico se toma prácticamente el país como si fuera su finca y quiere adaptar toda la institucionalidad a su medida.

Ya lo han venido haciendo de hecho, pero este es como su intento de legitimar procedimientos que han estado completamente fuera del orden constitucional en Nicaragua.

Rosario Murillo ya ejerce un enorme poder en Nicaragua y Ortega ya había anunciado el año pasado su deseo de nombrarla "copresidenta" de la república. ¿Qué cambiaría con esta reforma constitucional?

El cambio es drástico. Diría que no podemos hablar de una reforma: ellos están instituyendo un nuevo orden constitucional como si estuviéramos en los tiempos del feudalismo, de la esclavitud, en que prácticamente se instaura una dinastía familiar de Ortega-Murillo, donde se autonombran copresidentes.

Ellos ya se ven en su ancianidad y se están protegiendo para perseverarse en el poder.

Dicen que ellos dos van a tener totalmente la tutela del Estado, del pueblo de Nicaragua y de todos los poderes del Estado. Que si uno de los dos faltara, el otro queda en el poder.

Rosario Murillo y Daniel Ortega

Fuente de la imagen,AFP

Pie de foto,Ortega y Murillo "se ven en su ancianidad y se están protegiendo para perseverarse en el poder", sostiene Castillo.

Además dice que pueden nombrar todos los vicepresidentes que sean necesarios. Y, como hemos visto por su manera de actuar, esto equivaldría a que el montón de hijos que tienen pueden ser nombrados vicepresidentes y, cuando ellos desaparezcan, continúen la sucesión.

Quieren darle a entender al pueblo de Nicaragua que cada vez que hacemos acciones desde el exilio político junto con la comunidad internacional, es una injerencia extranjera.

Y en esta nueva Constitución dicen que toda injerencia extranjera atenta contra la vida del pueblo. No dicen que es en contra del poder dictatorial de ellos. Y plantean que es deber de todo el pueblo preservar esos derechos.

Quieren comprometer al pueblo de Nicaragua a defender a esta familia en el poder.

¿Entonces estás de acuerdo con quienes creen que esto encaminaría definitivamente la sucesión en el poder para Ortega y Murillo?

Efectivamente. Ellos usaron prácticamente una propuesta de reforma de 65 paginas que, si la resumes, dice que Daniel Ortega y Rosario Murillo, esta pareja dictatorial, se autonombran como que son el señor y la señora feudal y que el pueblo de Nicaragua debe estar al servicio de ellos.

Prácticamente resumen el unipartidismo, porque dice que cualquier partido político tiene que asumir los principios de esta nueva Constitución, que se autonombra revolucionaria, socialista, cristiana y solidaria.

Esto quiere decir que ningún partido de otro pensamiento ideológico podrá ostentar el poder.

Que un matrimonio pase a controlar los tres poderes del Estado sería algo insólito. ¿Se te ocurre algún otro caso que pueda haber inspirado este cambio?

Ellos están prácticamente superando a Nicolae y Elena (Ceausescu), a Mao Zedong con Jiang Qing, a Francisco Franco y "doña Carmen".

Esto creo que es inaudito; no se ha visto en el mundo este cargo de copresidenta.

Sus niveles de distorsión de la realidad y de estar prácticamente borrachos de poder les han llevado a semejante aberración jurídica en pleno siglo XXI.

Como decía el secretario general de la OEA, esta es una dictadura matrimonial y esta reforma es completamente ilegítima.

De todos modos, la nueva Constitución establecería que el "copresidente" y la "copresidenta" serían electos por sufragio universal…

Sí, pero el gran asunto es que, al tener ellos control de todos los poderes del Estado, quiere decir que vamos a seguir en la repetición de los fraudes electorales.

He sido observadora electoral y puedo dar fe de cómo este régimen se ha robado elecciones municipales y presidenciales. Lo hemos denunciado en su momento.

Simplemente ellos se suben al poder con un descaro comunal. Han extendido el período presidencial a seis años. Todo el mundo esperaba que se convocara a elecciones en 2026. Ahora van a convocar hasta 2027, dándose tiempo.

Pero esto es una pantomima, porque en Nicaragua ya no quedan partidos opositores.

Policías con escudos en Nicaragua

Fuente de la imagen,AFP

Pie de foto,Castillo cree que uno de los "aspectos más peligrosos" de la reforma en Nicaragua es la incorporación de brigadas ciudadanas a la policía.

Incluso el unipartidismo es cuestionable, porque el Frente Sandinista ya no existe: no existe asamblea sandinista, ni congreso, ni consultas.

Como amanecen ellos son las decisiones que se toman en todo el país.

Otro de los cambios previstos es oficializar a los "policías voluntarios" formados por ciudadanos como parte de la Policía Nacional. ¿Qué papel han cumplido hasta ahora estas brigadas en el gobierno de Ortega?

Esos son de los aspectos más peligrosos. Prácticamente están "legalizando" lo que han venido haciendo desde 2018, cuando se dio la rebelión de abril.

Estos "policías voluntarios" son todo el tendido de paramilitares con que han agredido al pueblo nicaragüense.

Y hoy tenemos un saldo de más de 300 muertos en 2018. Pero los asesinatos en el campo y la costa del Caribe no se han detenido. Tenemos desaparecidos, gente perseguida, presos políticos en sus propias casas.

Y el ejército de Nicaragua, tristemente, también queda subordinado.

El grupo de expertos de la ONU para los derechos humanos en Nicaragua tiene clarísimo que Daniel Ortega, Rosario Murillo y todo el escalafón de mando hacia abajo cometieron crímenes de lesa humanidad.

Lo mismo ha comprobado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Como he escuchado en pasillos de la ONU cuando hemos hablado con diplomáticos, esto con lo único que se compara es con Corea del Norte.

¿Y cómo observas la propuesta de limitar la libertad de expresión, supeditándola a "los principios de seguridad, paz y bienestar establecidos en la Constitución"?

Esta dictadura cuando habla de paz se refiere a la guerra que tiene contra el pueblo de Nicaragua. Cuando habla de seguridad, prácticamente habla de un estado de terror en el que vive todo el pueblo, que quedó desprotegido de todos sus derechos.

El preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que fue creada para que ningún pueblo sea compelido a la rebelión.

Y aquí prácticamente ellos están convocando al pueblo a otra rebelión, porque están diciendo que la nacionalidad queda condicionada a los requisitos que ellos pongan, que el derecho a la libertad de pensamiento queda condicionado a los principios que ellos determinan, que la sociedad civil queda totalmente sometida y la manifestación de creencias religiosas queda también subordinada.

Una pregunta que muchos se hacen es por qué Ortega impulsa este cambio ahora, luego de haber reformado ya una docena de veces la Constitución desde 2007. ¿Tienes una respuesta?

Sí, creo que ellos se sienten vulnerables, porque saben que no tienen escapatoria por los señalamientos de haber cometido crímenes de lesa humanidad.

Están atrincherándose en el poder. Se sienten vulnerables a los imprevistos de la historia, incluido el fallecimiento de cualquiera de ellos dos, y están completamente a la defensiva.

Eso se suma a un contexto internacional. Están viendo el hilo en que se encuentra la crisis venezolana y que cualquier cosa que pase en Venezuela va a repercutir en Nicaragua. La crisis del sistema cubano también es un asunto de tiempo.

Este modelo que el régimen está instaurando en Nicaragua lo quiere proyectar a toda la región centroamericana.

El presidente de la Asamblea Nacional anunció que la propuesta constitucional será aprobada rápido, quizás esta misma semana. ¿Consideras esto inevitable?

Sí, es inevitable porque en Nicaragua no existe independencia de poderes del Estado.

La Asamblea Nacional es como una caja de resonancia de lo que dice la pareja dictatorial: están completamente subordinados y son ilegítimos en el poder, porque la Asamblea General de la OEA declaró que las elecciones de 2021 eran ilegítimas.

Ortega y Maduro se saludan

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Pie de foto,Ortega sabe que "cualquier cosa que pase" en la Venezuela de Maduro "va a repercutir en Nicaragua", sostiene Castillo.

Aquí tenemos que hacerle el cuestionamiento a los partidos que supuestamente se consideran de oposición, el Partido Liberal Constitucionalista y otros, que en las elecciones de 2016 sirvieron de comparsa. Y en la Asamblea Nacional están prácticamente como un adorno.

Así que esta Constitución seguro va a entrar en vigencia para los destinos que la pareja dictatorial considere.

Distintos expertos han señalado que este cambio debería pasar por una Asamblea Constituyente en vez de la Asamblea Nacional, porque implica una reforma total de la Constitución vigente. ¿Coincides?

Sí, porque en Nicaragua el sistema político era participativo y representativo, se regía bajo los principios de pluralismo político y la soberanía la tenía el pueblo.

Para hacer un cambio tan sustantivo y prácticamente institucionalizar una dinastía familiar, se requiere necesariamente una Asamblea Constituyente.

Has llamado a los liderazgos políticos, económicos y sociales de Nicaragua a formar "una alternativa política honrosa" que "logre poner fin a esta dictadura" de Ortega . ¿Cómo se puede hacer eso las circunstancias actuales?

No es fácil hacer oposición ante un régimen que funciona como el crimen organizado.

Imagina lo que significa hacer oposición desde el exilio, desde la cárcel o teniendo las patrullas de policía en la puerta de la casa.

El régimen cuenta con todos los recursos: los de la comunidad internacional y con todas las remesas que mandamos, que ya son casi el 30% del PIB.

Prácticamente estamos enfrentando un régimen como si desde el exilio tuviéramos que enfrentar a Pablo Escobar en Colombia, o al Chapo Guzmán en México.

A pesar de todo eso, tenemos que ponernos a la altura y dejar a un lado las diferencias ideológicas, porque esta es la lucha de un pueblo contra una dictadura que se ha tomado el país.

Esto implica conformar una sola fuerza política que proponga un proyecto de nación que nos devuelva las libertades y la democracia. Necesitamos unos liderazgos diversos, probos y colectivos, para no volver al caudillismo.

Ese es mi llamado al pueblo de Nicaragua y a los liderazgos.

¿Ves alguna señal en ese sentido?

Han sido seis años muy duros; ha habido cantidad de intentos, como la misma rebelión que hicimos en 2018, pero ya sabemos en lo que ha quedado.

Hay síntomas en algunos liderazgos de la oposición de reconocer que no tenemos otra alternativa que unirnos. Se empiezan a ver algunos signos, pero creo que aún no es suficiente.

Dos mujeres con la bandera de Nicaragua

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Pie de foto,Castillo cree que la reforma constitucional de Ortega puede abrir una oportunidad para sus opositores.

Creo que esta reforma constitucional puede ser también el elemento para que le demos vuelta a la crisis y convertir esta barbarie en una gran oportunidad para construir esa paz que nunca hemos podido tener.

El secretario general de la OEA rechazó de inmediato esta iniciativa de Ortega y sostuvo que "la presión diplomática sobre el régimen dictatorial conyugal debe redoblarse". ¿Qué puede hacer la comunidad internacional por Nicaragua que no haya hecho?

Pues diría que tiene una gran corresponsabilidad.

Quiero agradecer a quienes han hecho esfuerzos. Pero quiero decir que el multilateralismo ha quedado sobrepasado por esta dictadura.

La comunidad internacional se ha tardado en ser coherente. Por un lado, en los foros políticos se condena a la dictadura. Pero por otro, esos mismos países que son socios de la arquitectura financiera internacional le siguen proporcionando préstamos al régimen, que los usa para su tendido represor.

Se debe revisar el tratado de libre comercio que tiene Estados Unidos con Nicaragua, que beneficia a la dictadura.

La Unión Europea debe evaluar inmediatamente el acuerdo de asociación estratégica que tiene con Centroamérica, que incluye a Nicaragua.

La comunidad internacional debería aislar completamente al régimen.

Ahora hay un gran riesgo de que elijan al excanciller de la dictadura Denis Moncada como secretario general del SICA (Sistema de Integración Centroamericana), cuando esto pone en riesgo la seguridad de Centroamérica

La comunidad internacional puede agilizar el paso para que la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia abran los casos penales para llevar a Ortega y a Murillo a juicio.

Así como veo que se mueven por la barbarie en Gaza, que duele muchísimo, o por lo que pasa con Ucrania, tienen que ver que en Nicaragua se están cometiendo crímenes y no pueden seguir indiferentes.

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