En el pasado reciente formamos parte de quienes se sintieron ofendidos en el plano económico, al conocer parte de las Declaraciones Juradas de Bienes de los ex funcionarios de los gobiernos de Leonel Fernández y Danilo Medina.
Tal y como si los Tres Poderes del Estado se hubieran convertidos en Fábricas de Millonarios, los declarantes de bienes con menos dinero fueron las de los profesores Radhamès Camacho y Melanio Paredes, sin embargo entre ambos se sumaron màs de 400 mil millones de pesos.
Ahora es la oportunidad de quienes componen el gobierno de Luis Abinader y del Partido Revolucionario Moderno, quienes quizás y sin el quizás, han hecho saber en sus Declaraciones Juradas de Bienes, que han acumulados cientos de millones de pesos de manera individual.
El “maldecido” presidente, doctor Joaquìn Balaguer, en una ocasión abrumado por estar rodeado de tantos funcionarios corruptos, acuñó una frase, que aún retumba en las paredes del Palacio Nacional. La citamos: “Este es un país rico, pobremente administrado”.
Los ciudadanos que han trabajado desde muy pequeños, haciendo la labor hasta de limpiabotas y lo único que cargan a espalda son telas de miserias y deudas, merecen la oportunidad de inscribirse en las citadas Fábricas de Millonarios.
¿Quién puede creer que esos miles de millones de pesos que poseen esos señores, provienen del trabajo honrado?
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