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Novak Djokovic rompió el silencio tras ser descalificado del US Open: “Estoy triste y vacío”

En rueda de prensa, un periodista algo pesado le pregunta a Novak Djokovic si no tiene miedo de que su tendencia a tirar la pelota hacia atrás con rabia cuando pierde un juego importante acabe costándole caro si un día le da a alguien. Djokovic se ríe incómodo, harto, con un gesto de soberbia en la cara, de infinita paciencia: “Sois increíbles, tíos”, les dice a los periodistas como quien dice “¿Qué chorrada de pregunta es esa?”. Sin embargo, el periodista insiste: son las reglas y quizá está confiando demasiado en la suerte.

Así, hasta que la suerte le abandonó al serbio el pasado domingo en octavos de final del US Open, cuando uno de esos pelotazos sin mirar le dio en la cabeza a una juez de línea. Sin querer, por supuesto, pero no sin conocer el riesgo ni haberlo despreciado antes. Empecemos por lo primero: como buen deporte de origen británico, en el tenis los jueces son sagrados. Djokovic no le dio un pelotazo sin querer a una recogepelotas, como se lee a menudo con desprecio, sino a una juez de línea. Hubiera dado igual si el juez árbitro hubiera estimado voluntariedad... pero golpear a un juez de línea no tiene vuelta de hoja. Supone descalificación inmediata.

Obviar las reglas es un gesto de arrogancia. De soberbia. No es la primera vez que le pasa a Djokovic este mismo verano y, si no, recordemos el Adria Tour. En junio cogió el coronavirus por displicencia y en septiembre le expulsan de un Grand Slam por tres cuartos de lo mismo. No hay casualidades. No es una cuestión de puntería, como muchos argumentan. Si acaso, la puntería le ha salvado durante todos estos años, poco más. Es posible que muchos piensen que la ausencia de su séquito en la “burbuja” de Nueva York le ha podido afectar mentalmente, pero no, es un gesto automático de frustración que repite constantemente sin importarle las consecuencias porque él está por encima de las consecuencias.

Es obvio que otros jugadores lo hacen. Denis Shapovalov, flamante cuartofinalista en esta edición, lo hizo en su debut de Copa Davis ni más ni menos. Se enfadó muchísimo, le dio un raquetazo brutal a la pelota... y la pelota se vengó estampándose directamente en la cara del juez de silla. A Shapovalov, por entonces un crío de 17 años completamente desconocido en el circuito, no solo le descalificaron inmediatamente sino que hicieron falta muchas gestiones de la federación canadiense para impedir que la ITF suspendiera al chaval durante más tiempo. Venir con “esto se lo hacen a Nole porque es el número uno” es absurdo.

La descalificación pone fin a un verano lleno de altibajos para Djokovic y deja al torneo en una situación difícil y a la vez apasionante. En el caso del serbio, se esfuma la posibilidad de aumentar su ventaja como número uno del mundo y acercarse a Roger Federer y Rafa Nadal en su lucha por ser el jugador con más Grand Slams ganados en su carrera. En el caso del torneo, se queda sin su gran estrella, sin el atractivo número uno para las audiencias. A cambio, el espectador se verá ante una situación insólita: por primera vez desde que Marin Cilic ganara en Nueva York en 2014, habrá un nuevo campeón de Grand Slam. Es más: habrá un campeón nacido de 1990 en adelante. La generación perdida tendrá su primer héroe.

No está claro que eso vaya a bastar para reflotar un torneo que ha dejado demasiadas dudas: el nivel de juego está siendo un poco flojo, las gradas vacías chocan especialmente en un escenario tan ruidoso habitualmente como Flushing Meadows y la ausencia de grandes nombres penaliza, por supuesto. A la espera de que esto lo salven Dominic ThiemAlexander Zverev o Daniil Medvedev, lo cierto es que la edición masculina del torneo no está pasando a la historia. Del cuadro femenino, mejor no hablar: hasta seis “top ten” renunciaron a participar y todo lo que no sea ver a Naomi Osaka o a Serena Williams llegar a las últimas rondas será un desastre en términos de imagen.

Un daño que en eses sentido también sufriráDjokovic, un jugador que ya hemos dicho que no es el más querido del mundo precisamente. Lleva desde primavera poniendo pegas a jugar el US Open y quejándose por todo. Al final ha ido y le han acabado echando. Supongo que en breve le veremos en Europa, listo para disputar la mini-gira de tierra batida. Quizá ahí, con su gente cerca, se sienta más cómodo. Al fin y al cabo, el US Open siempre le ha sido relativamente esquivo. Sí, lo ha ganado tres veces pero ha perdido cinco finales. Nada que ver con su idilio con Australia. El lugar donde más famoso se hizo con sus imitaciones y aquella sorprendente final de 2007 se ha convertido en un lugar hostil y desagradable al menos durante un año más.


Novak Djokovic fue descalificado del US Open (Danielle Parhizkaran-USA TODAY Sports)

Luego de ser descalificado en la cuarta ronda del US Open por golpear a una jueza de línea con una pelota, Novak Djokovic se retiró del predio de Flushing Meadows sin hacer declaraciones a la prensa. Horas más tarde, el serbio rompió el silencio y publicó un comunicado en sus redes sociales. Lejos de intentar justificar su accionar, Nole optó por disculparse con la mujer a la que agredió y con la organización del torneo.

Toda esta situación me ha dejado realmente triste y vacío. Consulté qué pasó con la jueza de línea y desde el torneo me dijeron que gracias a dios se siente bien. Estoy muy apenado por haberle causado ese estrés. Fue sin querer y estuvo muy mal. No diré su nombre para respetar su privacidad”, escribió el número uno del mundo en sus redes sociales.

Sobre la dura sanción que recibió, planteó: “Necesito repasarlo y trabajar en mi decepción para trasformar todo esto en una lección para mi crecimiento y evolución como jugador y como ser humano”.

El serbio se refirió al estado de la jueza golpeada (Danielle Parhizkaran-USA TODAY Sports     TPX IMAGES OF THE DAY)

El serbio se refirió al estado de la jueza golpeada (Danielle Parhizkaran-USA TODAY Sports TPX IMAGES OF THE DAY)

Pido disculpas al US Open y a todos los involucrados por mi comportamiento. Estoy muy agradecido a mi equipo y a mi familia por ser mi roca, mi soporte, y a mis fanáticos por estar siempre conmigo. Gracias y perdón”, finalizó Djokovic, que, de acuerdo a un comunicado emitido por la USTA (Asociación de Tenis de los Estados Unidos), “perderá todos los puntos ganados, como así también el dinero ganado en el torneo hasta el momento, además de las multas impuestas en relación al ofensivo incidente”..

El serbio, número uno del mundo y gran candidato a quedarse con el Abierto de los Estados Unidos, fue descalificado del certamen tras haber agredido sin intención a una jueza de línea durante el partido ante el español Pablo Carreño Busta correspondiente a la cuarta ronda.

El hecho sucedió durante el primer set, cuando el serbio caía 6-5 y le habían quebrado el saque. De la bronca, el número 1 del ranking ATP pegó un pelotazo hacia atrás y le dio en la garganta a una asistente que estaba contra el muro. De inmediato, el tenista se disculpó e intentó explicar que no había tenido intención de lastimarla. Pero ya era tarde.

El número uno del mundo llevaba 25 victorias consecutivas en el circuito (Danielle Parhizkaran-USA TODAY Sports)

El número uno del mundo llevaba 25 victorias consecutivas en el circuito (Danielle Parhizkaran-USA TODAY Sports)

Djokovic, que en este 2020 protagonizó una larga serie de episodios controversiales, llevaba un invicto de 25 partidos en la temporada. El serbio se alzó este año con los títulos en el Abierto de Australia, el ATP de Dubai y el Masters 1000 de Cincinnati. La ausencia del español Rafael Nadal y del suizo Roger Federer lo posicionaban como el gran favorito a ganar el US Open, pero esa posibilidad quedó trunca este domingo a raíz del desafortunado incidente con la jueza de línea.

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