En las páginas gloriosas y patrióticas del pueblo dominicano, se consagra el mes de agosto, como sede de aquel grito en las lomas de Capotillo, de los próceres de 1863, mediante el cual Gregorio Luperòn y otros, anunciaron al país y al mundo la restauración de la República nacida en 1844.
En la actualidad todos fuimos testigos de un cambio de gobierno, a manos del PRM, que desplaza del poder al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que gobernó al país por espacio de 20 años, 16 de ellos de manera consecutiva.
Los gobiernos peledeistas que lideraron el doctor Leonel Fernández y licenciado Danilo Medina, dejaron una deuda pública externa que asciende a màs de mil 237 millones de pesos, “que no es pajas de coco”, como dice el hombre del campo.
Hacer lo mismo que se hizo en 1863, serà tarea difícil del nuevo presidente Luis Abinader, que deberá servir al país y no servirse con la cuchara grande los dineros del erario público, como terminaron haciendo los peledeistas.
Se ha comenzado con buen pie, cancelando “Bocinas del Gobierno”, retiraban sueldos por encima de los 200 mil pesos, 22 subdirectores de Inespre y 200 reclusos que cobraban sueldos lujosos, además recuperando 2 jeepetas del año destinadas a cada funcionario y dejar sin efecto gastos comestibles, tan similares al del Superintendente de Bancos, Luis Armando Asunción, cuyos gastos ascendían a 23 mil 750 pesos diario.
Por esas y otras diabluras, podríamos decir, que bien estamos.
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