Vislink Technologies cotiza en el Nasdaq. Es una compañía dedicada a soluciones tecnológicas de comunicación. Apenas se movía sobre los 12-13 centavos por acción a mediados de marzo. Una «penny stock» (acciones de a centavo), que se llaman. A finales de abril estaba ya casi en los 40 centavos, lo que supone multiplicar hasta por tres su valor en apenas mes y medio. Este tipo de sociedades fluctúan así, y mucho más en estos tiempos del Covid-19 en los que la volatilidad es la reina de los parqués de casi todo el mundo. Fernando Ruiz de Velasco, cofundador de JFpartners, dio el aviso en su momento de que esta empresa iba a dispararse. Y así ocurrió. Él es un joven de apenas 19 años que, junto a su socio en la empresa Javier del Valle, se dedica a inversión tradicional (a largo plazo) y al «trading» (muy corto plazo).
Genius Brands es otro valor del Nasdaq. En este caso se dedica al entretenimiento, tan cotizado en tiempos de pandemia. Esta empresa ha pasado de estar sobre los 22 centavos a más de 80 y subiendo. Los beneficios, de vender ahora, rondarían el 300%. Y ejemplos de este estilo hay por decenas. Los mercados se han convertido en un campo de minas para inversores tradicionales e institucionales; no así para los «traders», que están disfrutando como nunca de esta situación y ganando dinero como pocas veces antes.
«Normalmente, entre marzo y abril otros años te encontrabas una buena ‘‘penny stock’’ a la semana con la que operar; ahora te topas con cinco cada día», cuenta Ruiz de Velasco. Pero advierte: «Tan pronto como ves una subida del 200%, puede ocurrir que pierdan un 50%». En un instante puedes estar arriba y al siguiente momento abajo. Es uno de los beneficios y riesgos que se han de asumir en estas fechas. Pero en lo que todos coinciden es en que este panorama no lo han vivido nunca.
«Estamos viviendo un momento excepcional para el ‘‘trading’’. Lo que les gusta a los ‘‘traders’’ son los movimientos bruscos; no se han visto en una así, ni parecida», dice Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). A su juicio, este tipo de personas tienen una disciplina muy estricta con su análisis técnico. Son gente que opera en el mayor corto plazo que uno se pueda imaginar, intradía, siguiendo sus pautas técnicas. Dentro de esa disciplina -explica- está el dejar correr las ganancias y cortar rápidamente las pérdidas. Gracias a sus habilidades y conocimientos del mercado son capaces de saber muy pronto si una operación les va a ser rentable. «No sufren como el resto de inversores», destaca.
Los «traders», en cifras
Esa postura la mantiene Borja Muñoz, «trader», formador y autor de «El pequeño libro del day trading» (Alienta Editorial). Se trata de uno de los más famosos de este mundillo en España, con años de experiencia a sus espaldas. No duda en señalar que vive toda esta situación con tranquilidad, pero sabiendo que se tratan de fechas históricas. «A esto se sobrevive con cabeza, cuidando la exposición al riesgo, marcando limites muy claros de pérdidas e intentando aprovecharse al máximo de los movimientos más lógicos. Me he preparado para estos meses durante 10 años y estoy disfrutando como nunca delante de un gráfico. Soy un especulador, no puedo cambiar la situación del mundo, pero sí sacar beneficio de ello», detalla. No teme que le llamen especulador, una palabra a menudo utilizada a menudo con connotación negativa, en referencia principalmente a fondos buitre, como en el mercado del alquiler.
Este tipo de personas incluso celebran la volatilidad actual del mercado. Es el caso de Francisca Serrano, «trader», formadora y autora de «Análisis técnico de Bolsa y trading» (Para Dummies): «Somos muy cortoplacistas. Operamos solo un ratito y no dejamos operaciones abiertas para el día siguiente. Para mí, que haya volatilidad en el mercado es una cosa buenísima; en condiciones normales nos aburrimos. No damos a basto para cubrir las oportunidades de inversión que hay». En su caso, para mostrar al mundo cómo opera, estuvo durante 22 días retransmitiendo sus operaciones a través de internet; no hay trampa ni cartón. Hay días que, junto a uno de sus compañeros, se ha levantado entre 4.000 y 5.000 dólares (3.700-4.700 euros).
Esas cifras no son las habituales y cree que para un «trader» novato el objetivo habría de estar en unas ganancias diarias de entre 50 y 150 dólares, con no más de 50-60 dólares de pérdidas máximas. Ella se mueve mucho en índices, y especialmente está tratando con materias primas como el petróleo, que ha experimentado fuertes desplomes en el último mes. Eso, para Serrano, es una ocasión para incrementar sobremanera sus beneficios, si se sabe cómo aprovechar las fluctuaciones. «No tenemos una bola de cristal, sino que ponemos las matemáticas, la estadística, a nuestro favor», cuenta.
Félix Fuertes, «trader», inversor alternativo y fundador de formacioneninversion.com, destaca que sus ganancias diarias están sobre el 2,5% de su cartera, pero puede haber días que alcance hasta un 7%. En su caso ha cambiado parte de su forma de operar a causa de tanta volatilidad. Ahora actúa de una manera mucho más cortoplacista si cabe, teniendo en cuenta que a cada minuto se suceden noticias que hacen variar los valores. Al día suele invertir en un par de divisas, una materia prima y una criptomoneda. «Nos lo pasamos bien», dice, aunque recalca que su objetivo con el «trading» no es ganar dinero por acumulación sino para poder reinvertir luego los beneficios en empresas que aporten valor a la sociedad; igual piensan los socios de JFpartners. Y una tesis parecida sostiene Serrano, que se defiende ante quienes les pueden acusar de aprovecharse de una pandemia: «¿Cómo se siente el dueño de Amazon ganando dinero? Yo soy también empresaria, y con esto puedo invertir en mi empresa, generar empleos...».
Javier del Valle, cofundador de JFpartners, señala que parte de su forma de actuación está en no jugárselo todo a una carta, sino en diversificar. Y saber qué porcentaje de dinero puede dedicar a cada tipo de estrategia. «Este panorama está siendo todo un reto, y estoy aprendiendo muchísimo.», explica. Una de las cosas de las que ha sacado más lecciones es que nunca puedes llegar a saber dónde estará el suelo de un activo. Puedes querer intuirlo, pero nunca saberlo con certeza. Sin olvidar que, ahora, cada vez se opera más en los mercados de futuros para tratar de adelantarse.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Y eso que el oro, en inversión, siempre se lo ha considerado como un valor refugio. La Bolsa ha vuelto a ser noticia diariamente; está en los telediarios prácticamente como una sección más. «La gente, al ver que el mercado se mueve mucho y hay posibilidades de ganar dinero, pretende entrar a dedicarse a esto sin tener formación. Y hacer eso es como si te tiras de un avión en paracaídas pero nadie te ha enseñado a abrirlo. Las posibilidades de estrellarse son muy altas», comenta Serrano. Asimismo, Muñoz habla con franqueza y se refiere a la tradicional regla del 90-90-90: el 90% de la gente perderá el 90% de su dinero en los primeros 90 días. «Su dinero pasará a nuestras manos y la noria seguirá girando», explica.
Un nuevo «boom»
Ha habido un «boom» de personas que ahora quieren dedicarse a esto, tal como destacan desde JFpartners. Del Valle, uno de sus cofundadores, pone un ejemplo: «Puedes llegar a jugar en el Real Madrid, no es imposible, pero no es para todo el mundo. Ser Cristiano Ronaldo en el Madrid es solo para unos afortunados que se lo trabajan y valen para ello. La inversión es para todo el mundo, pero el ‘‘trading’’ no».
Buena parte de la culpa de que cada vez haya más ciudadanos que se lancen sin saber a la aventura del «trading» está en la publicidad, pero también en las redes sociales. ABC ha podido comprobar que la actividad en canales de Telegram, tanto en inglés como en español, se ha disparado. Ofertas de señales Forex, recomendaciones de compra, gráficos de beneficios, imágenes a mansalva de gente que ha ganado dinero... Todo esto genera que en estos grupos los mensajes no paren ni siquiera de madrugada y se esté preguntando continuamente sobre qué brókers online son los mejores para empezar. Unos brókers online que, por otra parte, también cuentan con sus formas de atraer al público más fácilmente persuasible.
Francisco Torreblanca, profesor de posgrado en ESIC Business & Marketing School y director de Sinaia Marketing, explica que la publicidad agresiva es aquella que se vincula con lo afectivo, la que toca aspectos personales. El bróker Plus500 incluso llegó a la camiseta del Atlético de Madrid: «En este caso hay una emocionalidad muy clara, de vínculo objetivo con el club. Si eres parte del club y ves la publicidad pensarás que no ocurrirá nada malo y que tiene garantías. Incluso, si ves esa publicidad sin ser seguidor del equipo llegas a pensar que es fiable todo porque está en una marca de prestigio, centenaria...».
Buena parte de la estrategia de los brókers radica en aprovechar internet. Este experto explica que esto viene por la facilidad de segmentar a la población en esos formatos: por edades, por gustos, por tendencia al riesgo... Además, se habla al usuario a través de su móvil, lo que indica ya un vínculo de cercanía y credibilidad. Así las cosas, hay que añadir a este tipo de soportes el lenguaje que se utiliza en ellos. Palabras como multiplicar, doblar, símbolos de euros, porcentajes, sin comisiones, gratis... las cuales crean una ilusión monetaria, según este experto en marketing.
Un cúmulo de factores que animan, ahora más si cabe, a quienes no tienen formación para que se metan a «tradear» en los mercados. Un riesgo que la población en general no puede asumir por falta de conocimientos financieros. Nadie duda de las amplias posibilidades de operar en los mercados; los expertos consultados por ABC así lo atestiguan con su experiencia y cifras, pero, en muchas ocasiones, el remedio para salir de una situación de precariedad en estos momentos a causa de la pandemia puede llegar a ser peor que la enfermedad.
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