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San Fco. Macoris vive crudos matices de ficción en pandemia del Covíd-19

El Centro Médico Materno Infantil del Nordeste tuvo que sepultar los restos de una persona que falleció del coronavirus o Covid-19 porque su familia no retiró el cadaver.
Luis Melenita está sepultando tantos fallecidos por día, que “ya estoy abrumado”, relata este taxista de cadáveres.
La pandemia del coronavirus que ataca con dureza a San Francisco de Macorís se refleja en los contagios masivos que existen y en el aumento constante del número de fallecidos, al propio tiempo confirma que este es un pueblo de ciudadanos solidarios y espíritu de servicio. Aunque el ministro de Salud Pública ha contabilizado 61 fallecidos al 15 de abril, sectores políticos y sociales calculan que han fallecido más de 200 personas y acusan al ministerio de llevar un sub-registro de las muertes, es decir, solo informa de los muertos que se les ha hecho la prueba, pero no de los muchos que expiran con los mismos síntomas. Las pruebas las hacen con lentitud y tardan días en ofrecer los resultados, explican quienes impugnan las estadísticas de la institución.
Los médicos, enfermeras y bioanalistas han demostrado con su total entrega en la atención de los afectados son protagonistas de primera línea en la batalla contra el temible Covid-19. Esta es una lucha intensa, una verdadera serie de la vida real con crudos matices de ficción ya que nunca antes los centros de salud públicos y privados aquí se habían visto desbordados de personas necesitadas de atenciones facultativas. Además de estos valientes profesionales son notorios los esfuerzos que despliegan los empleados de limpieza, secretarias y el personal administrativo de los centros asistenciales.
Es justo destacar otros grupos de héroes que trabajan en medio de la tempestad que no pueden cumplir con la recomendación de Quédate en Casa. Estos son los empleados de supermercados, bancos, farmacias, almacenes de provisiones, los que cobran los servicios de agua, luz, teléfonos, los delivery, taxitas, motoconchistas, los obreros de la limpieza de la ciudad, guardianes de seguridad y el personal de las empresas remesadoras. También los agentes de la Policía Nacional, soldados del Ejercito, Bomberos, el personal titular y voluntarios de la Cruz Roja y de la Defensa Civil.
Asimismo sobresalen en labores de altruismo los ángeles guardianes que forman los grupos Fuerzas Vivas de la provincia Duarte y el grupo Unidos por San Francisco los cuales colectan alimentos crudos y enlatados y agua embotellada para distribuirlos en los barrios pobres.
En la labor de informar y de orientación, San Francisco de Mayorís cuenta con reporteros, camarógrafos y comunicadores que permanecen en las calles realizando su trabajo con gran eficiencia. El batallón de comunicadores lo encabezan Miguel Montilla, Franklin Santos y Félix Vargas (Quequi), quienes mantienen a la ciudadanía informada a través de sus páginas de internet TuvozRD, Francomacorisanos.com, Agenda 56.com y su aliado el portal eljaya.com.
Esta ciudad del Jaya cuenta con importantes instituciones de salud que ofrecen un extraordinario servicio a la población en estos momentos de suprema necesidad colectiva. Estas entidades son Centro Médico Siglo 21, Centro Materno Infantil del Nordeste, Cetro Médico Nacional, Instituto de Especialidades Médicas (Inemed), Centro CardioRenal, las Clínicas Dr. Reynoso, Dr. Gatón, Dr. Sarante, Flores Pichardo, y Dr. Camilo, entre otras, que no han cerrado sus puertas ante esta pesadilla.
Testimonios
El señor Luis (Melenita) dice que ahora está ofreciendo el servicio de taxis de cadáveres, ante la cruda realidad que está viviendo San Francisco de Macorís en estos momentos. Afirma que desde que recibe el cadaver de la persona fallecida en el hospital San Vicente de Paúl, lo lleva directo a sepultar al cementerio, no a velarlo a casa de sus familiares. “Ya estoy abrumado de tantos entierros”, afirma Melenita.
Mariela Cáceres, cajera de un supermercado narra que le parte el alma cuando su hija de siete años le dice “mami tú escuchas que hay que quedarse en casa para que esto termine, no salgas, ayudas”.
Ramón Peguero, motoconchista de la calle Castillo con Libertad dice que “si no salgo a ofrecer mis servicios de transporte en este motor, si a mi familia no la mata el Covid-19 moriría de hambre”.
El doctor Angel Almánzar del Centro Médico Materno Infantil en declaraciones a EL JAYA expresa que “esto es devastador, porque no he podido ver a mis hijos desde que inició la pandemia, viven fuera de la ciudad y no he podido visitarlos. No poder brindar un servicio pleno porque los consultorios hemos tenido que cerrarlos. Saber que familiares que residen en otro países corren el mismo riesgo y tenemos el riesgo de no poder volver a verlos. En el Centro Materno Infantil estamos tratando los casos de Covid 19 con una  gran  dedicación y esfuerzo porque es nuestro deber como centro médico humanizado brindar el mejor de los servicios, sin temor a ser contagiados. A pesar de que no hemos recibo el apoyo que necesitamos de las autoridadades de Salud Pública en estos momentos, nos hemos entregado a nuestros pacientes ayudándolos tanto de manera profesional como económica. De manera particular hemos contado con  ayuda de amigos cercanos y del Grupo Rizek. Nos hemos visto precisados a congelar cuenta de familiares de fallecidos y tuvimos el caso de tener que sepultar un cadaver ya que la familia no lo reclamó».
Por otra parte, el emergenciólogo doctor Díaz, del centro del mismo centro de salud,  expresa con lágrimas en los ojos que “esto ha sido de gran impacto ya que me contagié con el virus y tuve que alejarme de mi familia y de mis amigos, siguiendo el protocolo, por suerte ya  estoy recuperado y me reintegré a mi trabajo para seguir ayudando a nuestros pacientes”.
Via eljaya.com

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