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Cabernet Franc: secretos del vino que promovió el cardenal Richelieu y que hoy le compite al Malbec


Muchos de los días de celebración de las variedades de uva con las que se hace vino no son oficiales, no obstante gracias a los consumidores alrededor del mundo, algunas se han convertido en fechas importantes, como es el caso la del Cabernet Franc.
Desde 2015 se eligió al 4 de diciembre por el fallecimiento del cardenal Richelieu (4 de diciembre de 1642, a la edad de 57 años), responsable de llevarla desde el Valle del Loire hasta la zona del Libournais, en el corazón de Burdeos, donde se recibió de gran cepaje. Allí se consagró de la mano de los Grand Cru Classes de Saint Emilion, y si bien no es protagonista como varietal puro -ya que los vinos de Burdeos son blends- su aporte es muy respetado por los hacedores que lo incluyen en sus assemblages para darle más frescura y vivacidad a sus tintos a base de Cabernet Sauvignon y Merlot.
Originaria del Valle del Loire, donde sí se la vinifica como varietal (en Chinon y Burgueil, por ejemplo), aunque en el Viejo Mundo los vinos son más reconocidos por su origen que por su cepa.
Al Cabernet Franc se la conoce por muchos nombres: Breton, Véron, Noir dur, Bouchy, Bouchet, Gros Bouchet, Carmenet, Grosse Vidure, Messanges rouge y Trouchet noir. Sin embargo, en la Argentina actualmente todos la llaman Cabernet Franc.



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Actualmente, sigue siendo el vino de moda. Una moda que comenzó hace muy pocos años, cuando el enólogo de Catena Zapata (Alejandro Vigil) decidió comenzar un nuevo proyecto; junto a la hija menor del Dr. Nicolás Catena, apoyado en este varietal. Y si bien su intención nunca fue opacar al Malbec, por momentos lo logró. Porque sus flamantes Cabernet Franc rápidamente captaron la atención de los degustadores internacionales que le otorgaron puntajes muy altos, incluso más que sus Malbec. Algo que llamó mucho la atención. Porque más allá de las virtudes del cepaje, todos los enólogos y agrónomos del país venían trabajando a fondo con el Malbec, la variedad más importante de la Argentina. Y sin dudas que esos trabajos dieron sus frutos, ya que hoy el mundo asocia a esa variedad con nuestro país.
Pero el Cabernet Franc estaba ahí, y solo se usaba en los vinos de corte, como se estilaba en Burdeos, más allá de algunos pocos exponentes varietales en el mercado. Es decir, que hasta ese entonces no era un vino que llamara tanto la atención.
Rápidamente la fama del Cabernet Franc se expandió a muchas bodegas y a todas las regiones vitivinícolas. El cepaje tocó el cielo con las manos cuando en 2018 The Wine Advocate, la publicación creada por el crítico Robert Parker, y de gran influencia en los Estados Unidos, principal mercado de destino de los vinos nacionales, le otorgó 100 puntos. Era la primera vez que un vino local alcanzaba el puntaje perfecto, y fueron dos, un Malbec y un Cabernet Franc.
Está claro que es un vino con atributos y que bien elaborado puede dar grandes exponentes, aunque eso no implique que todos los Cabernet Franc sean igual de buenos.
¿Puede el Cabernet Franc competir con el Malbec?



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Sin dudas que sí, de hecho, le ha sacado algo de protagonismo en los últimos años. Pero el reinado del Malbec está a salvo. No solo porque hay 42.000 hectáreas versus las 1000 de Cabernet Franc, sino también por los vinos.
Para lograr grandes vinos hace falta mucho estudio, del lugar, de los suelos, de la influencia del clima, del comportamiento de la planta para definir el riego, la poda, el rendimiento, etc. Y la mayoría de esos estudios se han hecho a manos del Malbec. Claro está que con el camino despejado es más fácil ver cómo se comportan otras variedades como Bonarda, Cabernet Sauvignon, y por supuesto, Cabernet Franc. No obstante, es un cepaje difícil de elaborar porque su ventana de cosecha es más chica. Además, por su mayor contenido de piracina, la clave está en dar con el punto de cosecha indicado. Porque si se lo levanta antes, el vino resultante se sentirá verde y muy herbal, y si se lo cosecha más tarde, el vino será sobre maduro y también con dejos herbales marcados.
La gracia del Cabernet Franc es su vivacidad, es un tinto que puede ser refrescante, con buena fluidez y cierto cuerpo, y un carácter de frutas rojas, bien rodeado con especias y hierbas frescas. Como alternativa al Malbec es interesante, pero no logra ser tan completo como el cepaje emblema. Es cierto que es más fácil de reconocer a ciegas (por ese dejo herbal) que muchos otros tintos, incluso que el Malbec. Sin embargo, los grandes vinos son una sumatoria de detalles, donde ninguno sobresale, como los instrumentos de una orquesta. Por ende, el carácter varietal debe estar supeditado al del lugar, con una vinificación poco intervencionista, y una crianza bien integrada. Solo así se logran vinos con personalidad única y que pueden trascender en el tiempo.
Todos los días el Malbec abre una nueva puerta, mientras los demás cepajes corren de atrás, incluyendo al Cabernet Franc. Obviamente tiene sus chances de consagrarse, aunque no en todos lados.
¿Qué es el Cabernet Franc?



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Es uno de los tintos de moda que ofrece una alternativa más vibrante al Malbec (en algunos casos), y un Cabernet sin tantos taninos como los del Cabernet Sauvignon.
Mediante análisis de ADN se demostró que el Cabernet Franc es el padre, junto con la Sauvignon Blanc, del Cabernet Sauvignon; ni más ni menos que el cepaje rey de los tintos. En 1996, la Dra. Carole Meredith, profesora de UC Davis (California) determinó que el cruce probablemente ocurrió por casualidad en el siglo XVII.
Cabe recordar que antes del auge del Malbec, en la Argentina los mejores vinos se basaban en el Cabernet Sauvignon. Hoy, detrás del Malbec hay varios candidatos, y el Franc es uno de ellos. Y si bien no se busca desplazar al Malbec, ya que haber logrado posicionar un cepaje a nivel global es un hecho muy significante, para justificar la tan mencionada diversidad, hay que seguir avanzando con otras uvas que se destaquen.
Aún no se sabe el mejor estilo de vinos que se puede hacer con esta variedad, ya que en el intento de muchos de emular al que logró los 100 puntos, sus virtudes quedan jaqueadas. Pero con tiempo todo se puede lograr.
Es una cepa con piel más fina que la del Cabernet Sauvignon, de racimo compacto y bastante rendidor. Madura más temprano, y a su vez posee una acidez más baja. Y eso, en un terruño tan soleado como son las regiones vitivinícolas argentinas en general, provoca un ciclo corto.
A los bodegueros le gusta por ser un cepaje noble y con cierto reconocimiento internacional. Y a los enólogos por estar logrando alternativas distintas al Malbec y al Cabernet Sauvignon, por nombrar a los más famosos tintos de nuestro país. Y quizás para poder definirlo bien, se puede decir que el Cabernet Franc tiene el alma frutada del Malbec con la estructura del Cabernet Sauvignon. Solo hay que darles tiempo a los hacedores para encontrar los mejores lugares (Gualtallary es uno de ellos), y ver como evolucionan en botella. Si con pocos vinos ha logrado llamar tanto la atención de muchos, ahora es tiempo de crecer sostenidamente, manteniendo ese poder atractivo con el que irrumpió.
10 Cabernet Franc recomendados para celebrar su día



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Fabre Montmayou Reserva Cabernet Franc 2015
Bodegas Fabre, Luján de Cuyo, Mendoza $450
A este Cabernet Franc de zona tradicional mendocina, pero concebido con ojos bordeleses, se lo siente algo más actual que en la cosecha 2014. De estilo rupturista para la línea, por no ser tan clásico. Paso más joven y fluido, evidentemente más moderno y con cierta tensión. La madera nueva resalta su juventud (60 % del vino fue criado en barricas de roble francés durante 12 meses), y las especias frescas dominan su final. Beber entre 2019 y 2021.
Puntos: 90
Callejón del Crimen Reserva Cabernet Franc 2018
Vinos de La Luz, Vista Flores, Valle de Uco $540
Flamante Cabernet Franc que se suma a la línea, manteniendo el estilo moderno de la casa. Es un tinto de aromas intensos y bien definidos, con notas de frutas de baya y tonos herbales. Paladar franco y fresco, de paso fluido, con taninos incipientes un final amable, en el que convive la buena madurez de la fruta con leves ahumados. Beber entre 2019 y 2021.
Puntos: 89
Banda de los Tres Sucios, El Tramposo Cabernet Franc 2016
Vicentín Family Wines, Mendoza $550
Un vino desafiante desde la etiqueta. De aromas frutales e intensidad media, y trago amable, pero sin mucha fuerza. Algo vinoso en su carácter, con poco agarre, pero buen paso por boca. Es jugoso y algo diluido en su mensaje, propio de los tintos de esta cosecha. Por eso le falta fuerza a su expresión; igualmente resulta muy agradable de beber. Beber entre 2019 y 2020.
Puntos: 88
Numina Cabernet Franc 2015
Bodegas Salentein, Valle de Uco, Mendoza $760
Es uno de los vinos más queridos por Pepe Galante, por marca y varietal. De aromas poco profundos y frutales, directo en su mensaje, con las notas herbales maduras del cepaje y suaves dejos ahumados de la crianza. Vivaz y con buena fluidez, moderno y todavía tenso, de paladar franco, con la misma fruta y hierbas que conviven con los ahumados de la madera. Joven y con buen potencial de guarda. Beber entre 2019 y 2022.
Puntos: 90
Pequeñas Producciones Cabernet Franc 2017
Escorihuela Gascón, San José, Valle de Uco $890
Es el pollo de Matías Ciciani (enólogo) porque fue el primer vino que le tocó hacer en 2014. Hoy, este Cabernet Franc se ha ganado un lugar en la línea, sin abusar de su carácter herbal típico. Se nota que es un vino que busca trascender la moda, con muy buena factura, y un carácter típico del cepaje, con dejos herbales para nada exagerados, y una buena concentración. Sus texturas aún se sienten firmes, y quizás le falta algo de carnosidad en su paso por boca para contener esos taninos, algo que la estiba seguramente va a acomodar. Tiene fuerza, energía y una vibrancia de tinto que quiere crecer. Beber entre 2019 y 2022.
Puntos: 90
Fin del Mundo Single Vineyard Cabernet Franc 2016
Bodega Del Fin del Mundo, San Patricio del Chañar $900
Es de los pocos exponentes varietales patagónicos. De aromas no muy intensos pero que hablan del varietal. Paladar fluido y fresco, con taninos que se agarran, y una acidez sostenida, propia de los vinos de la región. De trago ágil y poco profundo, algo carnoso y con los taninos que sobresalen en su paso por boca. Por eso, puede ganar armonía con la guarda. Beber entre 2019 y 2021.
Puntos: 89,5
De Moño Rojo Súper Cabernet Franc 2018
De Moño Rojo, Valle de Uco, Mendoza $930
Si bien este Cabernet Franc no ostenta mucha tipicidad varietal, mantiene el estilo de la línea (y de la bodega) y remite a su origen, por vivacidad. De buena fluidez, con cuerpo y frescura, expresivo y de carácter frutal, de paso mordiente y la madera integrada (12 meses en barricas de roble francés). Bien moderno y bien de Uco. beber entre 2019 y 2021.
Puntos: 90
Trapiche Gran Medalla Cabernet Franc 2014
Trapiche, Altamira, La Consulta $1440
Este Cabernet Franc nace en un viñedo joven; una de las últimas adquisiciones de la bodega. Y a medida que pasan las cosechas empiezan a entender más la zona, y cada una de las parcelas. Se mantiene joven y con un ímpetu herbal que habla del cepaje. De paladar ágil, con taninos incipientes, y cierta calidez de fruta roja. Con buena fluidez y las notas de crianza bien integradas, hay agarre y una acidez que levanta el final de boca. Beber entre 2019 y 2021.
Puntos: 90,5
Barrabas by Judas Cabernet Franc 2017
Bodega Sottano, Agrelo, Luján de Cuyo $1500
El Cabernet Franc empieza a demostrar una gran diversidad de estilos, tanto por el lugar de donde provienen las uvas como por el punto de cosecha elegido por el hacedor. Acá hay un exponente de aromas delicados, con algo de frutos negros y dejos herbales. De buen volumen, pero sin tanta carnosidad para sostener sus taninos casi firmes, y con la madera (16 meses en barricas de roble francés usadas por primera vez) bien integrada. Se notan sus intenciones y su potencial. Beber entre 2019 y 2022.
Puntos: 90
Gran Enemigo Cabernet Franc Gualtallary 2015
Bodega Aleanna, Gualtallary, Valle de Uco $2000
Desde que en 2013 alcanzó los 100 puntos en The Wine Advocate, todas las miradas (y las copas) apuntan a este Cabernet Franc. Sin dudas, Alejandro Vigil logró poner al varietal en un lugar de privilegio. Con su propuesta ampliada en base a diferentes terruños, el de Gualtallary sigue siendo el más definido. Sus aromas son intensos y expresivos, y necesitan abrirse en la copa. De paladar compacto y refrescante, vivaz y equilibrado. Hay fuerza con expresión, pero su paso es amable y profundo. Un vino que tiene mucho recorrido por delante. Beber entre 2019 y 2025.
Puntos: 93

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