La prédica mediática de sus dotes gerenciales fue la carta de presentación de Gonzalo Castillo desde que, en agosto de 2012, tomó posesión como ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, en sustitución de su compañero de organización Víctor Díaz Rúa. Con 51 años entonces, era un empresario que había logrado éxito en la vida privada en la que se abrió un espacio en el negocio del transporte aéreo local y en el servicio de tecnología.
Pero aquella figura que lucía casi nueva para muchos dominicanos había recorrido un trecho político a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el cual se vinculó a la facción del presidente de la República, Danilo Medina. Impedido de una repostulación que confesó llegó a evaluar, el mandatario lo escogió como su delfín para enfrentar al veterano expresidente Leonel Fernández a lo interno de la organización oficialista en el proceso de escogencia del candidato presidencial para 2020.
En la Barahona que le vio nacer el 20 de noviembre de 1960, Gonzalo cursó sus estudios primarios y luego pasó al Instituto Politécnico Loyola, de San Cristóbal, donde obtuvo el título de Perito en Electrónica Industrial, en 1980.
Entre 1982-1983 realizó un postgrado en Electrónica Digital y Microprocesadores en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), y en 1997-1999 cursó una Maestría en Administración de Empresas (MBA) en la Universidad de Quebec en Montreal, Canadá.
Se integró a las filas del PLD en 1979, cuando el partido apenas tenía seis años de fundado, y para el año 2001, pasó a ser parte de su Comité Central.
Fue uno de los hombres que trabajaron en 2007 a favor de la precandidatura de Medina, cuando el dirigente oriundo de Arroyo Cano se enfrentó a lo interno del PLD con Fernández, entonces presidente de la República, y terminó “aplastado por el poder” según sus propias palabras.
En 2014, cuando el PLD amplió a 35 su matrícula de miembros del Comité Político, Gonzalo fue una de las ocho caras nuevas que ingresaron al principal órgano de dirección de la organización.
Se ha definido como un seguidor de la obra de gobierno de Medina, a quien en septiembre del año pasado definió como el “mejor estadística” de toda la historia dominicana.
Aunque de poco hablar, su figura ha tomado un alto relieve en los últimos dos meses, impulsada por un gran despliegue publicitario que ha sido inspiración para innumerables memes que circulan a través de las redes sociales sobre su propaganda política.
Al parecer, trató de salvar con publicad la estrechez de tiempo para preparar su candidatura para las primeras del PLD que, por primera vez, se abrieron a todos los votantes, dando un giro a los lineamientos del partido de cuadros que se reunía en “círculos de estudios” cuando fue fundado por Juan Bosch en 1973.
Aunque el nombre de Gonzalo Castillo salía entre un grupo de probables candidatos del PLD en caso de que el presidente Medina no lograra una modificación constitucional que le permitiera reelegirse, el todavía ministro de Obras Públicas evadía referirse a tal propósito.
Sus aspiraciones por la Presidencia de la República Dominicana fue algo rápido en su vida, pues en agosto del año pasado, durante una entrevista que concedió al programa Edición Nocturna, aseguró que agradecía a la gente que en las calles le decía que votaría por él, pero que “yo debo decirles que yo no aspiro a ninguna posición electiva en ninguna parte de la República Dominicana”. Agregaba, no obstante, que analizaría la propuesta, en caso de que le señalaran como candidato.
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