La Ciudad Colonial se puso el traje de glamur, de brillo y de esplendor para dar inicio a DominicanaModa 2019. Se la lució con una apertura a cargo de la internacional Giannina Azar.
Con su colección ‘Studio Fifty Four’, la diseñadora dejó inaugurada la pasarela que apuesta a superar todas las expectativas. Sus modernas creaciones se mezclaron con la historia que exhibe la zona de la ciudad más vieja del Nuevo Mundo.
Despampanantes modelos, llamativas creaciones y un entusiasmo desbordante entre los presentes matizó el pase de las 55 piezas que conforman la propuesta de ‘La Maestra’, inspiradas en el ambiente de discoteca de la ciudad de Manhattan, de los 60’s, el que disfrutaban luminarias y y celebridades.
Esta colección fue trabajada cien por ciento a mano con materiales artesanales y en cristales. Se puede apreciar el minucioso trabajo en pedrería en cada una de sus piezas, predominando las plateadas, plomo, negras, bronce y colores metálicos.
Las obras de arte fueron creadas en el mismo cuerpo de cada modelo. Zapatos, carteras y accesorios también son en cristalería evocando las bolas que distinguen a las discotecas.
La fashion blogger dominicana Letty Rivera fue la encargada de abrir la pasarela modelando un traje blanco bordado con Cristales de Swarovski plateados y plumas blancas. El traje es una réplica de uno de los trajes utilizado por la cantante Cher. Mientras que la cantante mexicana Yuri tuvo a su cargo el cierre del desfile luciendo con gracia y diversión la pieza que escogida.
Un final sin desperdicio
La diseñadora, quien goza de la admiración de los dominicanos, cerró con broche de oro. La producción y estilismo del desfile estuvieron a cargo de Keyhter Estévez, y la escenografía que estuvo ambientada en las discotecas de la década del 60 de La Gran Manzana, fue una creación de La Vereda y Víctor Erarte.
La diseñadora, quien goza de la admiración de los dominicanos, cerró con broche de oro. La producción y estilismo del desfile estuvieron a cargo de Keyhter Estévez, y la escenografía que estuvo ambientada en las discotecas de la década del 60 de La Gran Manzana, fue una creación de La Vereda y Víctor Erarte.
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