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La infraestructura de recarga actual es insuficiente para una elevada electrificación

En el contexto actual de creciente preocupación por los problemas energéticos y medioambientales, las estimaciones apuntan a que el parque mundial de vehículos duplicará su tamaño en las próximas dos o tres décadas.
Por ello numerosos expertos consideran aconsejable adoptar medidas de gran calado que aseguren el crecimiento sostenible de la movilidad basada en un amplio uso de vehículos eléctricos, sobre todo, orientadas a minimizar los posibles efectos negativos sobre nuestra sociedad e industria. Este es el principal objetivo del informe «Transición hacia una movilidad sostenible. Retos y oportunidades», elaborado por un grupo de profesionales en el ámbito de la movilidad de la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid (AIIM), la Asociación Española de Profesionales de la Automoción (ASEPA), el Colegio Profesional de Ingenieros Industriales de Madrid (COIMM) y el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA).
El informe identifica varias conclusiones y sugiere una serie de recomendaciones derivadas de la transición hacia una movilidad sostenible para que «todos los cambios que están por llegar se conviertan en una oportunidad para todos». En primer lugar, y en relación con la situación actual, afirma que deben potenciarse, sin exclusiones, los diferentes medios y modos de transporte, aprovechando sus diferentes rangos de eficiencia sin penalizar ninguno de ellos de forma no suficientemente justificada. Y más cuando el parque de vehículos español, a cierre de 2017, en cuanto a turismos, estaba compuesto, principalmente, por vehículos diésel (60,9%) y gasolina (38,3%), mientras que las energías alternativas solamente representan una cuota del 0,8%.
También ante el aumento de los impactos medioambientales de la actividad humana, es obligatorio revisar los paradigmas en los que se basan los diferentes sectores causantes de emisiones contaminantes, entre los que se encuentra el sector de los transportes en su conjunto. Al igual que la necesidad de establecer incentivos a la renovación del parque, que alcanzó en 2017, una edad media de 12,4 años. En este sentido, los vehículos híbridos, eléctricos y de pila de combustible se posicionan como candidatos prometedores para un sistema de transporte sostenible. Concretamente, el estudio asegura que si se sustituyeran un millón de coches de combustión por eléctricos podrían reducirse las emisiones de CO2 en un 6,4% y aumentaría el consumo de energía eléctrica en España tan solo el 1,1%. Una cifra que consideran perfectamente asumible por la red.







Pese a todo, estas alternativas todavía no satisfacen de forma general las necesidades de los usuarios. Todavía se considera necesario invertir en más instalaciones e infraestructuras de generación de energías limpias y en infraestructura de recarga, donde España se encuentra retrasada en relación a otros países europeos. Si la recarga de los vehículos se realiza en períodos en los que la red eléctrica está menos saturada (por la noche, por ejemplo), las actuales redes podrían ser suficientes para soportar la completa electrificación del parque móvil español. Pero si se generaliza un modelo basado en recargas rápidas, sobre todo en horas punta, no solo se pondrá en riesgo la estabilidad local de la red, sino que la capacidad actual podría no ser suficiente para soportar niveles elevados de electrificación del transporte por carretera. «Debe tenerse en cuenta que posiblemente más de 15 millones de vehículos pasan la noche aparcados en la calle», puntualizó Francisco Aparicio, presidente de Asepa, durante la presentación del informe.
No obstante, las previsiones son alentadoras. Según la hoja de ruta para 2050 de la Comisión Europea, en base a la necesidad de conseguir un balance neutro de emisiones de CO2, el parque de automóviles de turismo europeo estaría formado por 80% eléctrico puro, 15% pila de combustible y 5% gasolina, diésel e híbrido enchufable. En lo que respecta específicamente a España, el Gobierno prevé que en 2030 el 22% de la flota esté electrificada (5 millones de vehículos eléctricos). Por último, y de cara a 2025, Europa también debería tener 2 millones de puntos de recarga eléctrica pública, de los cuales 300.000 corresponderían a España, es decir, en 6 años los puntos de recarga pública deberían multiplicarse por 100, aproximadamente.
Por lo tanto, los expertos del informe «Transición hacia una movilidad sostenible. Retos y oportunidades» acentúan la necesidad de crear un Libro Blanco sobre Movilidad, Energía y Climaen el que se trabajen todos los sectores afectados. Asimismo, consideran imprescindible una estrategia-país a largo plazo plasmada en el correspondiente Pacto de Estado entre los diferentes actores políticos y sociales. Las políticas que se adopten deberían gozar de permanencia en plazos superiores a los ciclos políticos para otorgar seguridades, sobre todo, cuando gran parte de las decisiones que afectan al futuro del sector de automoción español se adoptan fuera de nuestras fronteras y condicionan inversiones cuantiosas. Cabe recordar que la industria de automoción es un pilar fundamental de nuestra economía, exportaciones y empleo, representando aproximadamente el 10% el PIB.

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