El Estadio Olímpico de Londres vivió un juego fuera de serie.
Por primera vez en 106 años de rivalidad, Red Sox y Yankees cruzaron el charco para medirse en Londres, en el primer duelo de Grandes Ligas en el Viejo Continente, donde los neoyorquinos se impusieron por 17 carreras a 13.
Ambos equipos regalaron un espectáculo de bateo que dejó como saldo 37 imparables, 4 entradas con 6 carreras, y un primer rollo que duró 58 minutos y vio partir a los respectivos abridores.
Actuaciones estelares de Aaron Hicks, DJ LeMahieu y Luke Voitpermitieron a los Mulos vencer a su acérrimo rival.
Para estar a tono, la carrera de botargas tuvo como protagonistas a Winston Churchill, Freddie Mercury, el Rey Enrique VIII y el Monstruo del Lago Ness; acostumbrado a ser un “champion”, el ex vocalista de Queen se llevó la victoria.
No es sorpresa que todo el inmueble entonara con singular alegría “YMCA” y “Sweet Caroline”, himnos de Yanquis y Medias Rojas en sus respectivos estadios, pues de las 59 mil 659 asistentes, Grandes Ligas aproxima que 40 mil de ellos fueron estadounidenses.
Por si las dudas, 700 voluntarios instruyeron a los nuevos aficionados al Rey de los Deportes y estuvieron al pendiente de sus dudas. Más de una vez tuvieron que recordarle a los asistentes que, a diferencia del futbol, podían conservar las pelotas que cayeran en la grada.
La fanaticada londinense resintió poco a poco un juego que se prolongó por 4 horas y 42 minutos.
Hoy, Boston y Nueva York vivirán -con un cuerpo de pitcheo mermado y bateadores por las nubes- el último capítulo de su aventura europea.
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